Athenea Digital - num. 0 abril 2001-
Narrativas del
espacio. Una resignificación del espacio en el contextotecnológico
y el pensamiento de finales del siglo XX
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Narración como fragmentos de un recorrido y de una trayectoria,
narración del espacio que incorpora murmullos externos, cadenciosos; velocidades
que implican desplazamiento y transportación, dice movimiento, flujo de fuerzas,
desequilibrios, apariencias y simulaciones. Narración del espacio como la
experiencia de una picnolepsia, igual que las ausencias frecuentes que necesitan
ser contadas reensamblando aquello a lo que no se asistió: se necesita, por
tanto, encajar secuencias perdidas para elaborar posibles apariencias. Mera
imaginación e invención de nuestra narrativa, así quiere ser la narrativa
del espacio que se quiere contar en este trabajo. Igual que un acto de fe, esta narrativa del espacio nos permitirá
visionarlo como aquel lugar en el que me encuentro cuando conjuro un lenguaje
del espacio, es decir, el espacio existe cuando presumo hablar de él, cuando
aparecen silabas que lo pronuncian, ya Foucault se refirió a ese espacio de
la siguiente manera; ...ya no estoy en ayuno...por ello se encontrarán
con toda seguridad hoy en mi saliva: áspides, anerudutes, alatraces, amobates,
arañas, atelabes, aemorroides, etc, pero todos esos gusanos y serpientes,
todo esos seres de podredumbre y viscosidad, tal como las sílabas que los
nombran, en la saliva de Eustenes tienen un lugar común...es muy improbable
que un día se mezclen bajo sus dientes, pero pese a ello en esa boca acogedora
encontrarían un buen lugar de habitación y el palacio de su coexistencia
. Esta narración del espacio, en tanto resignificación, nos
permite problematizar al espacio, repensarlo y releerlo. No se realizó aquí
la historia o la teoría del espacio, en cambio, se narró alguna de sus versiones
que dados ciertos contextos, fantasías y tecnologías, permitió una suerte
de narrativa extravagante del espacio y del lugar. La injuria Se conjuró el concepto de espacio al interior del pensamiento
foucaultiano, pues lo que resulta imposible no es el hecho de que pueda reunirse
algo, sino la existencia del lugar donde puede reunirse (tal como la boca
de Eustenes), tal lugar es posible en la medida en que se yuxtapone en el
lugar del lenguaje, ...en qué lugar podrían encontrarse sino en la página
que lo transcribe o en la boca que lo pronuncia?. Hay que sustraer el suelo
de las cosas, ahí donde están puestas y dispuestas: hay que esquivar los lugares
diferentes que las acojan pues este será el que estemos pronunciando, necesitamos
recrear espacios del pensamiento que obturen, cierren y permitan esos lugares,
Foucault necesitó de las utopías y de las heterotopías que podían sedimentar
tales lugares de la imaginación: Los primeros son sitios con lugares no-reales,
espacios que guardan una relación más o menos directa con los espacios reales,
son espacios que permiten la afloración de fábulas, sueños, etc., incorporando
la forma inequívoca de nombrar algo, por ello consuelan como sueños maravillosos
que son, las utopías en cierta medida dejan de ser narrativas para convertirse
en discursos detentadores de la verdad y la razón. Las heterotopías conectan
espacios, siendo capaces de yuxtaponer espacios incompatibles, deteniendo
a las palabras solo para realizar una versión de algo, el momento justo de
su evocación, mismo que desaparece rompiendo una sintaxis permanente y alertando
sobre lo fugaz del pronunciamiento, al igual que los elementos que una vez
se juntan en un pleno de movimiento y de desplazamiento que atormenta e inquieta
al impedir nombrar esto o aquello. Inquietan por su carácter marginal y clandestino,
del mismo modo que lo hizo el llamado arte portátil. La tesis o el libro son el espacio de la literatura, es su
lugar, el espacio donde la obra se concede el simulacro de la literatura en
el juego de las irrealidades, transgresiones y muerte. La narración, como
esta, organiza espacios, los crea una vez imaginados y pronunciados aun que
su carácter fuese absolutamente inverosímil absurdo y extravagante, tal es
la capacidad abyecta del relato. De un análisis literario del espacio que
concierne a la manera en que se encuentra espacializada la distancia que las
obras toman al interior de sí mismas, para librar una contienda con los relatos
como teorías y como verdades absolutas y para pugnar por las flexiones, acordes
y ritmos del discurso que puedan estar obedeciendo a tramas simultáneas, arquitectónicas
y de aceleración. Carácter inquieto del lenguaje que permite desplegar, ocultar.
El espacio del lenguaje que permite reconvertir a las palabras en signos y
llevarlos a una recreación interminable, para que pueda suspenderse en las
inmediaciones de las fronteras y de las marginalidades, para saltar los márgenes
de la imaginación. Entonces, se consolida una distancia entre el espacio y el
lugar como continente el primero, como locus de imaginación el segundo. De
esta manera, el espacio bien puede ser entendido como lo utópico y los lugares
como algo transitivo, emulando al espacio, aparentándolo y por tanto, movilizándolo
aboliendo sus fronteras. Una de las rutas de esta tesis es la de re-pensar que
las nociones del espacio son en cierta medida una reflexión político espacial. Fronteras La tesis recrea una reformulación en torno a los paradigmas
geopolíticos de gobernación de los territorios tal como una gran utopía del
poder. Se intenta interceder para que los territorios se conviertan en hechos
mas narrables que gobernables, esta idea constituye esa resignificación política
del espacio al considerarse la manera en que la cartografía pudo inventarse
a los espacios, permitiendo de esa forma, su gobierno y constituyéndose también
en su herramienta de poder. En su lugar, la característica transitiva de los lugares
apelan a su carácter intercambiable, a lo que directamente se conecta con
los flujos, tal sería la condición atópica de los territorios que quieren
escaparse de la delimitación de sus propias fronteras, la otredad espacial,
lo que se encuentra ni más allá ni más acá conforma al mismo tiempo cierto
tipo de identidades alternativas y auspiciadas por aquellos que se encuentra
en un movimiento perpetuo. Su continua trasgresión recae en la irrupción y
salto de la frontera para convertirse en fronteras imaginarias, aprendiendo
a vivir en los bordes donde se habita y cohabita con la estrecha línea que
separa las diferencias como marco de fondo; habría que buscar la parte más
delgada de esa hebra a fin de irrumpir en ella para que las mutaciones puedan
desarrollar modelos de espacios alternativos. Quizá ahí donde se han conectado
con otros espacios y lugares, convirtiéndose de es modo en exultantes invitaciones
al anonimato en tanto espacios internacionales, instalaciones necesarias por
donde se fluye, trafico perpetuo que manifiesta un movimiento igualmente perpetuo,
nos referimos a los no-lugares. La reflexión política del espacio que se narra aquí recurre
al gesto de la versión, pues así se cuentan las apariencias, las extravagancias
y la simultaneidad de sus encuentros artificiales. La versión se sujeta como
aquel discurso que elabora una repetición adredosa auspiciada por una cultura,
llamada hasta ahora posmoderna, alojada en el ejercicio del simulacro, de
lo aparente y de lo repetible, de este modo la narrativa del espacio propone
una creación del lugar deformado y confuso, una metáfora cultural y tecnológica
que intenta desestabilizar las tradicionales narrativas del espacio, intenta
conformar una versión del espacio resultante de la información y de la velocidad,
tal es el ejercicio del simulacro. La tesis, no fue sino un artilugio o artificio que bien se
puede convertir en una esperanza de poder contar otras historias y otras narraciones
del espacio.