Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social

Volumen 24, Número 1, 2024

Reseña de Oyama (2020). Tormenta

Review of Oyama (2020). Tormenta

Thaís Oyama (2020)
Tormenta. O governo Bolsonaro: crises, intrigas e segredos. Companhia das Letras.
ISBN: 9788554516406

• Resumen
• Abstract

No podría haber un título más revelador que "Tormenta" para el primer año del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil. Obra de la periodista Thaís Oyama, publicada por Companhia das Letras en 2020, Tormenta: o governo Bolsonaro: crises, intrigas e segredos (Tormenta: el gobierno de Bolsonaro: crisis, intrigas y secretos), aunque no cuenta con la profundidad académica y analítica de otros libros lanzados en la misma época, como O pêndulo da democracia (El péndulo de la democracia) de Leonardo Avritzer, cumple efectivamente su función de cubrir el comienzo del Bolsonarismo en el gobierno. La periodista presenta algunos datos inéditos, ventaja de sus credenciales, y analiza en detalle todo el proceso de inestabilidad que experimentó Brasil durante 2019.

La construcción de Oyama es pertinente para ilustrar cómo Bolsonaro era un político irrelevante, pero que aprovechó la oportunidad de su vida con una mezcla de audacia y suerte. Y se convirtió en un fenómeno. En casi 30 años de mandato, no proporcionó grandes propuestas, actuando más para satisfacer a su principal sector de apoyo: los militares. Cuando mucho, aparecía en las noticias en tono anecdótico, por haber dicho o propuesto algo absurdo. Por ejemplo, entre sus propuestas estaba "la obligatoriedad de que los civiles canten el Himno Nacional con la mano en el pecho y la inclusión del nombre de uno de sus ídolos confesos, el difunto Enéas Carneiro, en el Libro de los Héroes de la Patria" (Oyama, 2020, p. 11, traducción nuestra).

La irrelevancia persistió incluso después de su elección como presidente, al menos en el ámbito internacional. A principios de 2019, cuando el mundo entero estaba ansioso por presenciar el fenómeno Bolsonaro en el Foro Económico Mundial, el presidente pronunció un discurso considerado provinciano por la comunidad global, limitándose a resaltar el potencial turístico de Brasil. El evento se clausuró a la mitad del tiempo previsto, con el presidente demostrando no solo desconocer el idioma inglés, sino también sentir incomodidad entre la élite financiera global (Oyama, 2020, p. 21).

Sin embargo, la irrelevancia internacional poco importaba para los seguidores de Bolsonaro. Al contrario, incluso impulsaba el apoyo de una parte que veía a la élite de Davos como "globalistas" y similares. Es pertinente recordar la fuerza que tuvo el Bolsonarismo cuando llegó al poder: en última instancia, se podría pensar que Bolsonaro fue el primer presidente después de la redemocratización en lograr gobernabilidad sin ceder porciones significativas a los demás partidos del establishment. Algo impresionante, pero que no duró mucho, debido al proceso de autodestrucción e implosión llevado a cabo por el propio presidente, así como la debilitación de sus poderes durante la pandemia de COVID-19 y los constantes choques entre los poderes (en 2019, con el parlamento de Rodrigo Maia, y a partir de 2020 con el poder judicial). Bolsonaro formó un gabinete más alineado que cualquier otro presidente anterior, lo que evidencia tanto la debilitación del establishment, con el crecimiento de la antipolítica, como la fuerza de la extrema derecha. Fuerza que le permitió a Bolsonaro cuestionar principios básicos de isonomía, como el anuncio de Sérgio Moro como Ministro de Justicia, tan solo cuatro días después de su elección, confirma.

El discurso antiglobalismo, incluso, llevó a un diplomático antes menos conocido, Ernesto Araújo, a convertirse en Canciller. Un año antes de la elección de Bolsonaro, publicó un artículo llamado Trump y el Occidente, en el que presenta a Trump como el Mesías capaz de devolver no solo la grandeza a Estados Unidos, sino a todo Occidente. En un texto que parece fuera de lugar incluso en el contexto de la extrema derecha brasileña, Araújo destila un antiislamismo que es ajeno al Bolsonarismo (Schargel, 2023). Sin embargo, sus posiciones anticospolitas y "antiglobalistas", su tono salvacionista sobre Trump y el llamado reaccionario de que Occidente estaría en una crisis irreversible, complacieron a Filipe Martins, influyente miembro del Bolsonarismo y él mismo involucrado en escándalos raciales y antisemitas (Poder360, 2021), quien lo llevó al gobierno.

En otro frente, las Fuerzas Armadas desempeñaron un papel fundamental. Siempre alineadas ideológicamente con el Bolsonarismo, lograron vender a los principales medios de comunicación la imagen de ser la "ala técnica" y "moderada", en comparación con el olavismo. Es irónico, considerando que no solo Bolsonaro surgió de las filas militares, sino que también el propio Olavo de Carvalho difundió sus ideas en conferencias y charlas dentro de las Fuerzas Armadas. En 2002, el general Sérgio de Avellar Coutinho ya prefiguraba y adelantaba varios aspectos del Bolsonarismo, como la paranoia anticomunista y el mito del marxismo cultural. Esto sin mencionar la ansiedad de una parte de la población que a menudo pedía una "intervención militar constitucional", una idea basada en un artículo ambiguo de la Constitución. Como señala Oyama (2020, p. 28, traducción nuestra), en marzo de 2018 "la cuenta oficial de WhatsApp del Ejército ("Exército na Mídia", ahora desactivada) llegó a recibir cerca de 20 mil mensajes, la mayoría pidiendo que los militares resolvieran 'la situación del país'".

El tono salvacionista del Ejército, así como su papel autoatribuido, se reflejaron en el infame tuit del General Villas-Boas, amenazando al Supremo. A pesar del epíteto de "poder moderador", esto no impidió que las Fuerzas Armadas compartieran la falta de decoro del presidente, como se evidencia en otra de las anécdotas de Oyama (2020, p. 40-41), cuando el General Augusto Heleno le pidió a un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores que tradujera un insulto al hebreo para ofender a la jefa de la comitiva del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Es importante recordar, como menciona Oyama (2020, p. 41), que el mismo Heleno fue asistente de Sílvio Frota, tío de Alexandre Frota, un general que intentó un golpe interno durante la Dictadura, al considerar que Ernesto Geisel era de "centro-izquierda".

Si, por un lado, logró articular a diversos grupos en torno a su nombre, por otro lado, Bolsonaro nunca pudo convertir su movimiento en un partido. Cambió de leyenda varias veces a lo largo de su carrera, y empezó a utilizar leyendas de alquiler, como el Partido Social Liberal (PSL) o el Partido Liberal (PL), para las elecciones al Ejecutivo. Debido a su ego y a las luchas internas por los fondos electorales, no dudó en romper con estos mismos partidos tan pronto como logró lo que deseaba. El PSL, por ejemplo, se desmoronó poco después de su elección, en 2019, agitado por innumerables disputas, y finalmente se fusionó y fue absorbido por el Partido Democrático (DEM), formando la União Brasil (UB). Tampoco su intento de crear un partido personalista, totalmente orientado hacia el Bolsonarismo, tuvo éxito, y el Aliança pelo Brasil no logró registrarse a tiempo para las elecciones de 2022, a pesar de intentar inscribir incluso a personas fallecidas (Moura y Faria, 2020). En un ejercicio contrafáctico para repensar el pasado, si hubiera tenido éxito en la creación del Alianza, tal vez la libertad sin restricciones de un partido personalista podría haber sido el factor decisivo para su reelección en 2022.

El libro de Oyama está lejos de ser perfecto. No es un libro técnico ni reflexivo. Sin embargo, su trabajo como periodista y su biografía del primer año de gobierno de Bolsonaro proporcionan datos e insumos esenciales para cualquier persona interesada en comprender el Bolsonarismo. A pesar de la ingenuidad de algunas otras declaraciones de la periodista, como cuando afirmó, por ejemplo, que los militares no se unirían a Bolsonaro en un posible intento de golpe (UOL, 2022), el libro mantiene cierta distancia en su cobertura. Por sí solo, no es suficiente para comprender el movimiento de extrema derecha que tomó Brasil, pero cuando se combina con otras obras, como Guerra cultural y retórica del odio (Guerra cultural e retórica do ódio), de João Cezar de Castro Rocha (2021), se convierte en un ingrediente esencial.

Referencias