Reseña de Callison y Manfredi (2023). Neoliberalismo mutante

  • David del Pino Díaz
Portada libro

William Callison y Zachary Manfredi (2023)
Neoliberalismo mutante. Gobierno del mercado y ruptura política. Lengua de Trapo.
ISBN: 9788483812860

Este libro se aproxima, desde un enfoque multidisciplinar que integra diversas perspectivas y puntos de vista, a la figura del neoliberalismo mutante. El principal objetivo de este trabajo consiste en aportar una descripción compleja y matizada de la situación del neoliberalismo en nuestro presente, indagando no sólo en su ADN, sino en las posibilidades de pensar una alternativa plausible y no teleológica en una coyuntura histórica marcada por la consolidación de partidos de ultraderecha en todo el mundo. Cabe destacar que estamos ante una contribución teórica sobresaliente; una de esas obras que marcarán un antes y un después, capaz de conjugar diferentes voces reconocidas internacionalmente como son las de William Callison y Zachary Manfredi, Wendy Brown, Sören Brandes, Quinn Slobodian y Dieter Plehwe, Melinda Cooper, Michel Feher, Julia Elyachar, Leslie Salzinger, Megan Moodie y Lisa Rofel, Christopher Newfield y Étienne Balibar.

La publicación de esta obra a cargo de Jorge Lago por la editorial Lengua de Trapo supone un verdadero hito en el momento político actual. Tras acontecimientos recientes como la pandemia mundial de la Covid-19, la Guerra de Ucrania, la llegada de Giorgia Meloni al gobierno italiano, las graves protestas en Francia tanto por la subida de la edad de jubilación como por la brutalidad policial, o la entrada del partido de ultraderecha español VOX en diferentes gobiernos municipales y autonómicos, esta obra es pertinente para ofrecer una cartografía clara que nos permita orientarnos en un mundo cada vez más caótico y desenfrenado. De este modo, la presencia de este libro viene a ocupar un vacío en la producción de descripciones nítidas de lo que supone el neoliberalismo en este preciso momento.

Una de las virtudes más destacables de Neoliberalismo mutante es el replanteamiento radical sobre la naturaleza de la gobernanza neoliberal; una racionalidad política basada en la financiarización de todos los espacios de la vida, que es algo más que una ideología monolítica presente como una totalidad. Para la caracterización de este neoliberalismo mutante se insiste, en primer lugar, en rechazar la consideración de

que el neoliberalismo tras las sucesivas crisis a comienzos del nuevo siglo ha persistido únicamente como una ideología cadáver (p. 10).

Esto quiere decir que la imagen del neoliberalismo como un zombi implica la existencia de un régimen histórico acabado, pero que se resiste a desaparecer. Sin embargo, al adjetivar el neoliberalismo como mutante, los autores abren nuevas vías de teorización e interpretación de las relaciones existentes entre neoliberalismo y la irrupción de fuerzas políticas contemporáneas. Se explica que el aumento de partidos de ultraderecha no responde tanto a un supuesto anhelo por acabar con el neoliberalismo, como de una respuesta mutante en virtud de adaptarse a las nuevas circunstancias cambiantes: “Las rupturas políticas pueden equivaler no a simples reprobaciones o afirmaciones de los programas neoliberales, sino más bien a catalizar nuevos desarrollos en la racionalidad de las reglas del mercado” (p. 12).

En la introducción Williams Callison y Zachary Manfredi nos advierten que la figura del neoliberalismo mutante rompe con numerosos análisis recientes sobre la naturaleza del régimen neoliberal. La metáfora del mutante permite, según los autores, calibrar el cambio y la continuidad sin elucubraciones teleológicas; prestar atención a las dimensiones discursivas y afectivas, a la gobernanza económica, a la razón normativa y al orden de producción material sin apriorismos o, como diría Stuart Hall (2010), sin garantías.

Es por ello, que los editores en la introducción no busquen explicar simplemente la esencia del neoliberalismo, representando una cuestión de análisis relevante, como de presentar una serie de preguntas que han de resolverse en la lectura conjunta de los textos compilados: “¿Qué formas históricas ha adoptado el neoliberalismo y cuáles son sus diversos linajes en el presente?” (p. 16). Es de agradecer el meticuloso trabajo tanto de las personas encargadas en la agrupación de los textos, como a la editorial que nos ha permitido disfrutar de este libro en el contexto hispanohablante. Como hemos comentado anteriormente, cada capítulo está firmado por reconocidos pensadores en el ámbito internacional, encontrando aportaciones teóricas que avanzan investigaciones previas como los textos de Brown, Cooper, Feher o Balibar.

A pesar de que cada autor o autora realice su contribución a partir de su propia perspectiva intelectual, ya sea territorial o disciplinar, esto no reduce lo más mínimo la coherencia interna que tiene la lectura completa del libro. Si bien se puede leer cada aportación separadamente, saltando de una a la otra sin un orden rígido, lo que permite disfrutar de diferentes itinerarios de lectura, la comprensión de este neoliberalismo mutante se encuentra íntimamente ligado a una lectura holística.

En este orden de cosas, hay que destacar la existencia de tres enfoques teóricos que sirven como clave de lectura, ya que cada firmante se adscribe a uno de estos, sin que sean excluyentes: el paradigma marxista, foucaultiano y antropológico. En la introducción se reconoce que los autores basan sus contribuciones teóricas en alguno de estos paradigmas intelectuales. Sin embargo, corremos el riesgo de exagerar las diferencias existentes entre ellos y no destacar las virtudes de una lectura conjunta, sin exclusiones. Este es el principal objetivo del libro, el acercamiento al fenómeno del neoliberalismo mutante a partir de diversas perspectivas teóricas que deben dialogar y entenderse para arrojar claridad sobre los cambios y mutaciones que sufre el neoliberalismo en su fase actual: “El objetivo es mostrar el panorama que surge cuando las diferentes formas de análisis se despliegan junto a, y no en contra de, las demás” (p. 27).

Wendy Brown aborda en el primer capítulo lo infructífero que es pensar la irrupción de fuerzas de ultraderecha a partir de esquemas teóricos que apuntan como causa principal a la devastación de amplias zonas geográficas otrora industriales. Autores como Arlie Hochschild (2018), Thomas Frank (2008) o J. D. Vance (2017) estarían detrás de una explicación política del auge de la ultraderecha mediante las características señaladas anteriormente. Para Brown, estas aportaciones teóricas, que en ningún caso merecen desconsideración, obvian cómo la racionalidad neoliberal ha desvencijado lo social y lo político, ocupando su lugar la moral tradicional y la praxis de los mercados. Brown reformula cuestiones que están presentes en otros trabajos recientes (Brown 2021), sosteniendo que el ataque neoliberal a lo social ha sido clave para que se instale una cultura antidemocrática desde abajo, al mismo tiempo que se consolidan formas políticas antidemocráticas desde arriba: “A medida que la razón neoliberal demoniza lo social, desencadena la libertad y la moral tradicional contra la democracia, otorgando a ambas la licencia de operar como una reclamación contra los principios y las prácticas democráticas de la justicia social” (p. 68).

En el segundo capítulo, Sören Brandes desmiente claramente cómo el neoliberalismo, una filosofía basada en principios como el anticolectivismo, el individualismo o la lucha contra la irracionalidad, se opone irremisiblemente a la forma política populista. A partir de la lectura del teórico argentino Ernesto Laclau, uno de los máximos exponentes del populismo como forma de construcción de lo político, Brandes explora la forma en que uno de los padres intelectuales del neoliberalismo contemporáneo, Milton Friedman, intervino en los medios de comunicación de masas. Brandes demuestra en este texto cómo Friedman se había prestado a protagonizar una serie de televisión cuyo objetivo consistía en componer un nosotros político, un pueblo, a favor de la racionalidad neoliberal y la hegemonía de los mercados, aquello que Brandes denomina “pueblo del mercado”: “También cultivó la noción de un —pueblo— colectivo cuyo enemigo es el —gobierno— y cuyos intereses comunes convergen en el mercado” (p. 88).

En el tercer capítulo, Quinn Slobodian y Dieter Plehwe critican los discursos que observan la Unión Europea como una institución neoliberal desde su construcción. Para estos autores, gran parte de las críticas al modelo de la Unión Europea proceden de centros intelectuales neoliberales que consideran excesiva su inclinación social y su reverso socialista. A través del estudio de diferentes organizaciones euroescépticas y neoliberales entre 1988 y 2010, como el Grupo de Brujas, el Centro para la Nueva Europa y La formación de la Alianza de Conservadores y Reformistas Europeos demuestran que la crítica más acerada a la institucionalización de la Unión Europea procede de círculos neoliberales. Los autores nos advierten de una gran diferencia; a saber, que no es lo mismo que el resultado de la UE haya sido un proyecto neoliberal, con que los actores neoliberales fueran los responsables de su origen: “No mantener los niveles de análisis diferenciados puede llevar, en el mejor de los casos, a una confusión empírica y, en el peor, a un pensamiento conspirativo” (p. 121).

En el cuarto capítulo, Melinda Cooper nos advierte de cómo una de las críticas más sobresalientes a la austeridad propia de la racionalidad neoliberal procede de los partidos de ultraderecha. Para Cooper, este hecho no es algo novedoso, ya que, comparando nuestro contexto histórico con el periodo de entreguerras, percibe que ya el partido nacionalsocialista de Hitler había abanderado la alternativa a la austeridad económica en el interior de la hegemonía internacional del patrón oro. Cooper avisa a partidos con un anhelo político de superar el modo de producción capitalista del peligro existente cuando formaciones de ultraderecha imponen su marco antiausteridad y absorben una sustancial crítica anticapitalista sin cuestionar el poder y los privilegios de clase, pues eso mismo sucedió en la Alemania de Hitler y todos sabemos cómo terminó: “La política antiausteridad de la extrema derecha se define por el intento de superar la amenaza de la deflación sin amenazar sustancialmente la distribución existente de la riqueza y la renta” (p. 172).

El quinto capítulo expone cómo el proyecto europeo está destinado a acabar con los desacreditados; esto es, la financiarización de todos los espacios de la vida humana ha generado numerosos grupos que no tienen la capacidad y la solvencia de adscribirse a una racionalidad de vida vinculada al crédito y la rentabilidad económica. Michel Feher logra mostrar cómo las personas que no terminan de adherirse a una vida sometida por el imperativo del homo oeconomicus, por ejemplo, las personas que tratan de llegar a tierras europeas en condiciones de verdadera miseria, grupos humanos tales como los gitanos o los desempleados son un estorbo del que hay que prescindir: “Deshacerse de los desacreditados es un esfuerzo para mejorar la posición de Europa a los ojos de los potenciales inversores” (p. 228).

En el sexto capítulo, Julia Elyachar fija su atención en el debate teórico que se produce tras el final de la Primera Guerra Mundial entre la racionalidad y la irracionalidad; polémica intelectual que tiene a Max Weber como uno de sus principales protagonistas. Elyachar destaca la manera en la que pensadores como Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek teorizaron contra la irracionalidad que observaban en el proyecto económico del socialismo. De este modo, el mercado y el mecanismo de precios como orden que imprime información libremente disponible genera una racionalidad saludable frente la irracionalidad que constituye el modelo socialista, pues busca intervenir la infraestructura que comunica libremente las necesidades humanas: el sistema de precios. Para Elyachar, estos primeros debates teóricos sobre la racionalidad del mercado y la irracionalidad del intervencionismo socialista representan el telón de fondo de la naturaleza del neoliberalismo hoy en día: “Cualquier movimiento que intentara eliminar el sistema de precios iba a ser considerado un ataque existencial contra el orden humano, la civilización y la racionalidad” (p. 249).

En el séptimo capítulo, Leslie Salzinger va más allá de los análisis sobre el neoliberalismo como realidad histórica que exige la existencia de sujetos autónomos y autosuficientes que buscan valor en la optimización de su capital humano, ya que a estos estudios les falta una mayor profundidad, a saber, que el sujeto ideal del neoliberalismo está perfectamente vinculado a discursos y representaciones de la masculinidad. De este modo, no se trata tanto de la existencia de un sujeto abstracto y no sexuado, como de un sujeto que tiene una dimensión masculina desde su origen. Salzinger no niega que el sujeto ideal que buscan los pensadores neoliberales no sea perfectamente racional, interesado en la rentabilidad económica y absolutamente calculador, sino que su existencia está supeditada a una distribución de roles de género bien marcados: “El sujeto neoliberal racional y libre de cargas está supeditado a la estructura familiar y afectiva del género que le permite atender a las decisiones económicas sin hacer referencia a las sucias tareas de cuidado y atención que se esconden tras ellas” (p. 280).

El octavo capítulo emplea el marco clásico de la teoría feminista sobre la división entre el espacio público y privado para analizar, a partir de los casos de China y la India, dos territorios postsocialistas, cómo la gobernanza neoliberal se aprovechó de las dinámicas socialistas en la economía para reconfigurarlas y privatizarlas. Sin embargo, Megan Moodie y Lisa Rofel señalan que esta privatización no es un proceso unidireccional que convierte lo público en privado, puesto que este movimiento implica de entrada la aceptación neoliberal de algunos aspectos de la planificación socialista o de las ayudas públicas para garantizar un aumento de los beneficios capitalistas: “Han surgido en los últimos años , estudios sobre la colaboración entre el sector público y el privado en lugar de lo que podríamos llamar la privatización simple” (p. 291).

En el penúltimo capítulo, Christopher Newfield estudia genealógicamente cómo el discurso de la “innovación” se ha hecho hegemónico en las instituciones universitarias y en los centros de investigación de todo el mundo. En este sentido, Newfield relaciona tres conceptos que se entrecruzan dentro de la formación social del neoliberalismo: innovación, neoliberalismo y universidad. Por ello, el discurso de la innovación, ampliamente aceptado en el mundo académico, sugiere un tipo específico de poder biopolítico que es positivo y no represivo, al mismo tiempo que se impone como una gubernamentalidad emotiva que regula y distingue valores buenos y malos: “La innovación es un discurso que vincula firmemente a la universidad con la economía y su imperativo de beneficio (ingresos, salarios, activos)” (p. 325).

Finalmente, este libro se cierra con un texto del teórico marxista Étienne Balibar acerca del concepto “capitalismo absoluto”. Para Balibar, la especificidad del neoliberalismo como una forma capitalista que está temporalmente delimitada y manifiesta una determinada función política y económica encuentra una contradicción fundamental. Antes de explicar esta contradicción, es conveniente afirmar que para Balibar el neoliberalismo expresa un deseo irresistible por introducir la lógica del valor de mercado en espacios humanos otrora alejados de la abstracción mercantil, por ejemplo, la amistad, el amor, o la intimidad.

Una vez dicho esto comprenderemos mejor la contradicción inherente que presenta el capitalismo contemporáneo; esto es, busca la superación de toda forma socialista previa, sin terminar de acabar con ella, pues necesita en forma de “exterior constitutivo” la existencia de remanentes disponibles. Esta contradicción inherente del capitalismo contemporáneo le permite a Balibar pensar que el resto socialista se encuentra en estado de latencia y que siempre puede despertar en una lógica política antagónica: “Debe mantener vivo (aunque sea con hambre) lo que destruye continuamente. […] el neoliberalismo es ahora dominante, pero el socialismo es un elemento latente o reprimido de contradicción interna. […] El capitalismo absoluto, por tanto, no es un sistema social y económico estable” (p. 387).

En conclusión, podemos reparar en que estamos ante una contribución teórica de mucho peso, no solo por las voces autorizadas que se dan cita, sino por una amplia, rica y matizada conceptualización del neoliberalismo desde diversas perspectivas teóricas que pueden ser más enriquecedoras cuando se las relaciona. Tras la atenta lectura de los textos compilados se puede afirmar que el neoliberalismo está lejos de morir, pues se encuentra continuamente mutando y modificándose en relación con las circunstancias siempre cambiantes. Su único objetivo es sobrevivir, de modo que la definición de neoliberalismo zombi está absolutamente descartada. Conforme se producen nuevos acontecimientos históricos, alianzas, compromisos y líneas futuras, la racionalidad del mercado progresivamente se va adaptando. Cada una de las contribuciones que hemos analizado nos advierte de que no existe una tensión dialéctica que termine con el neoliberalismo en base a una serie de contradicciones que deben resolverse de modo positivo. De este modo, la respuesta al neoliberalismo tiene que ir adaptándose y reformulándose a medida que este va sistemáticamente mutando y cambiando. Motivos, todos ellos, por lo que la definición del neoliberalismo como un mutante es acertada y coherente en relación con las aportaciones que integran este volumen colectivo.

Referencias

Brown, Wendy (2021). En las ruinas del neoliberalismo. Traficantes de Sueños.

Frank, Thomas (2008). ¿Qué pasa con Kansas? Como los ultraconservadores conquistaron el corazón de Estados Unidos. Antonio Machado.

Hall, Stuart (2010). Sin garantías. Universidad Antioquía.

Hochschild, Arlie Russell (2018). Extraños en su propia tierra: réquiem por la derecha estadounidense. Capitán Swing.

Vance, J. D. (2017). Hillbilly, una elegía rural. Memoria de una familia y una cultura en crisis. Planeta.