Stephen Smith (2019) La huida hacia Europa. La joven África en marcha hacia el Viejo Continente. Arpa. ISBN: 9788417623043
El libro de Stephen Smith abre con dos ideas: existe una nueva geografía humana del mundo, donde habría sociedades envejecidas y en contraposición a estas sociedades encanecidas, estaría África; y es este continente el que concentra a la juventud mundial que jugará un papel determinante en el futuro de Europa. Así, el libro nos empuja a una tesis general según la cual el crecimiento demográfico de África empujará a millones de jóvenes africanos hacia Europa y la “africanizarán”.
Aunque La huida hacia Europa es un título sugerente, también es válido cuestionarlo ya que no hay, de facto, una huida de personas del continente africano hacia Europa. Es decir, los demógrafos señalan que la tasa de emigración de la población en África es comparable al promedio mundial -en torno al 3%-, que la gran mayoría de los migrantes de África permanecen en el continente africano, y que los inmigrantes de esa región representan sólo el 2,3% de la población de Europa occidental y menos del 2% de la población total de continente europeo (Flahaux & De Haas, 2016). Lo que sí es válido, y Smith lo subraya en su libro, es que estamos ante un cambio en las composiciones de las ciudades europeas. Por dar un ejemplo, Londres hoy tiene a más de la mitad de su población de origen inmigrante -primera o segunda generación-. En ese sentido, el contexto urbano de Europa sí se ha transformado en las últimas décadas, pero lejos estamos de una huida o fuga.
Así, el libro se adentra en esa nueva “geografía humana” del continente africano, fundamentalmente la África subsahariana, haciendo un recorrido por datos demográficos y ofreciendo algunos pronósticos que, para muchos, pueden ser polémicos, y llegando a su conclusión general: “la joven África va a huir hacia el Viejo Continente” (p. 15).
Las configuraciones en el mapa migratorio mundial han cambiado. Si antaño los europeos exploraban y se instalaban en África, hoy los vientos se han dado la vuelta. Aquí Smith hace una diferenciación, si antes era la elite europea, un pequeño grupo el que iba hacia África para saquear y extraer riquezas, hoy, es el demos, es el pueblo de las distintas naciones africanas la que va e irá hacia la rica Europa. Así, yuxtapone el otrora imperialismo europeo a las sociedades pobres del continente africano. Y también ahí hay cierta paradoja: los europeos pobres del siglo XX se iban a América, no a África.
Pero si hay algo polémico en el libro de Smith es que afirma que África será lo que es y fue México para los Estados Unidos. El autor se basa en las proyecciones de población de la ONU y afirma que “si África sigue el ejemplo de México”, entonces “unos 150 millones [de ciudadanos africanos] se embarcarán hacia Europa en el 2050”. Ante esto vale decir que proyectar valiéndose de datos pasados y de regiones diversas no es loable ni científico. Hay que ser cautelosos ante las cifras demográficas y los pronósticos del libro. Además de las diferencias temporales y espaciales, existen contextos políticos y socioculturales diversos entre México y África. A su vez, como indica Brachet (2019) existen niveles de desarrollo disímiles entre ambos ejemplos, lo que hace poco factible que África, a mediados del siglo XXI, continúe el camino migratorio del México de finales del siglo XX.
Dicho de otra manera, el África subsahariana no es México, ni siquiera el México de hace treinta años, y Abuya o Luanda poco tienen que ver con Guadalajara o Puebla. Más allá de eso, el libro combina datos estadísticos y resultados de investigaciones con opiniones y algunas predicciones en torno a la migración del continente africano en las próximas décadas que no dejan de resultar, al menos, sugerentes. Aunque se presentan buena cantidad de datos duros, es posible discutir muchos de los postulados. No obstante, el autor aclara que “en este libro, todos los datos citados se citan con buena fe, pero solo como magnitudes y puntos de comparación” (p. 36).
Ahora bien, si entre la década de los sesenta y el año 2000 la inmigración sur-norte se triplicó, pasando de 20 a 60 millones de personas (ONU, 1999) el África subsahariana tuvo poco que ver en ese aumento migratorio1. Hoy, y en un futuro cercano, el papel que jugará esa parte del continente será central en los flujos migratorios. Smith explica esto basándose más que nada en aspectos socioeconómicos: en los años sesenta la mitad de África estaba bajo la pobreza, hoy ese porcentaje ha disminuido. Al mismo tiempo, la población de África se ha cuadruplicado alcanzando la cifra de mil millones de habitantes en 2015. En este contexto de mayor población, conexiones y una leve baja de la pobreza, surge una clase media en este “océano de la pobreza” (p. 33). Esto da como resultado que una buena porción de los africanos esté en “contacto directo” con el resto del mundo. Por ello, estas recientes características y desarrollo del África subsahariana hacen ver a Smith una reminiscencia de México. Es decir, en los sesenta eran pocos los y las mexicanas que podían cruzar el río Bravo para instalarse en los Estados Unidos; entre 1975 y 2010 llegaron más de diez millones de ciudadanos mexicanos dando como resultado una comunidad de más de 30 millones de mexicanos en el país del norte de América. Según cálculos, si los africanos siguen el ejemplo mexicano en 2050 entre un cuarto y un quinto de la población europea será de origen africano. Sin embargo, ni África es contigua a Europa como lo es México a los Estados Unidos, ni el río Bravo se le asemeja al cementerio a cielo abierto en el que se ha convertido el mar Mediterráneo.
Smith tiene la certeza, que transcurre a lo largo del libro, de que sería sorprendente que la próxima cadena de olas migratorias no afecte a Europa. El terreno parece estar abonado para la emigración: a nivel africano, el 42% de los jóvenes entre quince y veinticinco años quieren emigrar (Gallup, 2017). De este modo, Smith alerta que Europa será “africanizada” y que ese destino es inevitable. Estas sensaciones del autor están unidas a otro hilo que atraviesa todo el libro y que es la cuestión del “juvenismo” de África y, por oposición, el envejecimiento de las sociedades europeas. Sirva como dato que en nuestros tiempos más del 40% de la población de África posee menos de quince años. Por tanto, al contrario de lo que sucede en Europa, África renace continuamente. Y, al mismo tiempo, Europa necesita trabajadores para, entre otras cosas, sostener su sistema de seguridad social.
En definitiva, las claves de La huida hacia Europa son que la sensible salida de la pobreza absoluta africana, su consecuente desarrollo y leve prosperidad dan alas a los desplazamientos y conexiones. A su vez, estos desplazamientos serían dirigidos hacia Europa traduciéndose en una presión migratoria de magnitud que someterá al continente a una encrucijada, con el peligro de consumar una grieta entre sus élites, ciudadanos y gobiernos.
Para Smith la inmigración es un campo de minas dentro del ámbito político. Da como ejemplo a Polonia, país que defiende a los Estados “étnicamente homogéneos”; o Alemania, para quien la “acogida” es un imperativo categórico y cualquier “tentativa de condicionarla se asimila a una falta de moral, la xenofobia”. Países limítrofes, cercanos geográficamente, pero alejados diametralmente en materia de inmigración. Dos visiones que hoy existen en el corazón de la Unión Europea y están en constante debate.
De este modo, el autor se suma a lo que preconizó Paul Collier: la migración se ha politizado antes de poder ser analizada o estudiada. Según el propio Smith el gran mérito del libro es “desapasionar” y “desmoralizar” la discusión sobre la inmigración africana en Europa para, así, informar de manera objetiva. Empero, difícil tarea parecer ser esa luego de leer el libro. La sensación que deja es que Smith se posiciona claramente en términos de ideología.
En cualquier caso, se podría apuntar contra Smith que, primero, toma a África como un todo monolítico y, segundo, que no aprecia debidamente lo histórico, basándose fundamentalmente en la predicción. La sensación que deja la lectura de la obra es que estamos lejos de esas predicciones. Por ejemplo, se pueden poner sobre la mesa los datos de los demógrafos de la ONU, a saber, que entre 2015 y 2050, la red neta de migración de Europa será de 32 millones de migrantes, todos ellos de nacionalidades no europeas combinadas. Número bastante alejado a los que da el autor y sin la primacía de África.
Ante la cuestión de la africanización de Europa, Smith señala algunos puntos controversiales como que “la llegada de extranjeros” y su presencia no dejarán de “importunar” en el contexto europeo. En ese sentido, pareciera querer enviar mensajes políticos: cree que hay margen en las políticas migratorias pero que "se está haciendo tarde". Incluso, el tono general es el de un presagio siniestro para el continente europeo acarreado, fundamentalmente, por el crecimiento auspicioso de África. Es decir, la bendición de crecimiento de un continente históricamente saqueado y empobrecido como África sería una amenaza para Europa.
Tal vez, también podría reprochársele a Smith algo que de lo que él ya es consciente: las regiones más pobres del mundo no son, justamente, las que en mayor medida emigran. Y es el África subsahariana una de las zonas con menos recursos para migrar en masa. De alguna manera, esta paradoja, ya aceptada en los estudios sobre migraciones, va en contra de la tesis general del libro. En ese sentido, las predicciones alarmistas sobre la migración africana están en aumento. De hecho, Héran (2018) muestra que no se basan tanto en un enfoque demográfico como en una conjetura económica o sofisma: el desarrollo de África solo podría hacerse en detrimento de Europa.
Brachet, Julien. (30 de abril de 2019). Adónde va la falsa ciencia: sobre el libro de Stephen Smith, 'La huida hacia Europa'. El Salto. Recuperado 27 de noviembre de 2019, de https://www.elsaltodiario.com/migracion/adonde-va-la-falsa-ciencia-a-proposito-del-libro-de-stephen-smith-la-huida-hacia-europa
Flahaux, Marie-Laurence & De Haas, Hein. (2016). African migration: trends, patterns, drivers. CMS 4, 1, doi:10.1186/s40878-015-0015-6.
Gallup. (2017). Number of Potential Migrants Worldwide Tops 700 Million. Recuperado 24 de noviembre de 2019, de http://news.gallup.com/poll/211883/number-potential-migrants-worldwide-tops700-million.aspx.
Héran, François. (2018). L’Europe et le spectre des migracións européennes. Populación et sociétés, 558.
ONU (1999). The world at six billion. División de Población. Recuperado 27 de noviembre de 2019, de n.org/esa/population/publi-cations/sixbillion/sixbillion.htm.
Smith, Stephen. (2019). La huida hacia Europa. Arpa.