Jens Kaae Fisker, Letizia Chiappini, Lee Pugalis y Antonella Bruzzese (Eds.) (2019) Enabling Urban Alternatives: Crisis, Contestation, and Cooperation. Palgrave Macmillan. ISBN: 978-981-13-1530-5p>
Nuestras ciudades no son entidades fijas y estancas, por lo que sufren modificaciones y cambios con el paso del tiempo. Los distintos espacios urbanos que se diseñan y planifican para ser creados en nuestras ciudades también sufren constantes cambios, como consecuencia del paso del tiempo. Planeados para tener una función determinada, estos espacios urbanos deben ser utilizados para la función para la que fueron concebidos. Sin embargo, ¿qué pasa si se dice que los espacios públicos urbanos pueden tener un uso alternativo a lo que se les pretendía dar? ¿Y si se trata, por ejemplo, de una plaza pública, que sirva de escenario para manifestaciones o para la práctica del parkour? Este es el gran desafío presentado en el libro "Enabling Urban Alternatives: Crises, Contestation, and Cooperation", editado por Jens Kaae Fisker, Letizia Chiappini, Lee Pugalis y Antonella Bruzzese, en el que pretenden mostrar que existen "alternativas urbanas", que desafían la idea de que un espacio público urbano debe tener una sola función y un solo uso asociado, y que este mismo espacio puede servir para varios tipos de funciones, con varios tipos de usos asociados. En los capítulos siguientes, es posible comprender mejor qué son las "alternativas urbanas" y cómo pueden manifestarse, a través de una presentación general del contenido del libro, seguida de una evaluación de la misma obra y su contribución al conocimiento científico.
En el capítulo introductorio (“Introduction: Introducing Urban Alternatives”), escrito por los editores del libro, los autores muestran sus preocupaciones sobre los diversos desafíos que el urbanismo, como fenómeno global, ha traído al bienestar de las poblaciones y cómo se necesitan soluciones a estos problemas. De esta manera, pretenden presentar "alternativas urbanas", es decir, ante la visión neoliberal que ha marcado este fenómeno, pretenden mostrar cómo existen caminos alternativos a esta visión normalizada de cómo debe proceder la urbanización. También hacen una breve presentación de la estructura del libro.
En la Parte I del libro (“Thinking the Urban Differently”), el lector tiene la oportunidad de comprender que cuando hablamos de espacio público urbano, existe la idea de que este espacio debe ser utilizado de la manera en que fue diseñado, es decir, que los espacios urbanos sólo tienen una lógica de uso. En los capítulos que componen esta parte del libro, se cuestiona esta idea. El lector tiene la oportunidad de comprender que el espacio urbano puede ser utilizado de muchas maneras diferentes, a medida que decide utilizarlo. Es también en estos espacios donde los ciudadanos deben cuestionar sus derechos, como el derecho a la salud o el derecho a la vivienda.
En la Parte II del libro (“Governing the Urban Differently”), el lector tiene la oportunidad de comprender que, al tener un espacio urbano, múltiples formas de ser utilizado, todos los ciudadanos y comunidades locales pueden utilizar estos espacios. Con algunos ejemplos, se puede ver cómo las comunidades locales se involucran en el uso de los espacios urbanos, asumiendo un papel central en el uso de estos espacios, cuestionando los discursos dominantes de los responsables de la toma de decisiones públicas. Se crean alternativas urbanas para el uso del espacio urbano, haciendo este uso más democrático.
En la Parte III de este trabajo ("Performing and Producing the Urban Differently"), en 4 capítulos, también tenemos 4 ejemplos distintos de usos alternativos del espacio urbano. Desde la práctica de correr en parques urbanos en Sofía, Bulgaria, hasta la práctica del skateboarding y el graffiti en Turín, Italia, o el surgimiento de comunidades religiosas en las afueras de la misma ciudad italiana, pasando por la contestación social de los movimientos sociales en Hong Kong, China, son ejemplos sencillos, pero bastante distintos de cómo el espacio urbano que todos frecuentamos puede ser utilizado para las prácticas más o menos comunes que podemos imaginar. Por lo tanto, tenemos varios ejemplos de alternativas urbanas que los editores del libro mencionan en el capítulo introductorio.
En el último capítulo, “Conclusion: Enabling Alternative Urban Futures”, también escrito por los editores del libro, se presenta una síntesis general de los contenidos de los capítulos que componen este libro y muestra que existen varias alternativas urbanas, mostrando sólo algunos ejemplos y algunas orientaciones posibles. Más que los ejemplos presentados aquí, concluyen que todos los usuarios de la ciudad son capaces de crear alternativas urbanas de las maneras más variadas.
Sin duda, se trata de un libro fascinante y muy interesante de leer, especialmente para aquellos interesados en temas y sociología urbanos. Sin embargo, ¿cómo se presenta este libro como innovador para el conocimiento científico y qué se puede destacar de este trabajo científico?
Ya se puede señalar un aspecto crucial que se comprueba justo cuando comienza la lectura de este libro: Se trata de otro libro de Sociología Urbana, similar a tantos otros que se han publicado y que hablan sobre el uso del espacio urbano. Para los investigadores en este campo, este aspecto es innegable. Otros aspectos que se señalan también apuntan a una continuidad de la lógica de los libros que se han escrito sobre la ciudad. Uno de estos aspectos es el uso del concepto de Henri Lefebvre, el "Derecho a la Ciudad", es decir, los espacios públicos urbanos deben ser utilizados para la conquista de derechos, como el derecho a la vivienda, la educación, la salud, entre otros. Un uso más reciente de este concepto apunta incluso al uso de estos espacios urbanos por parte de todos los habitantes de la ciudad, no sólo para la reivindicación de los derechos personales, sino también para el uso de los espacios públicos urbanos para su uso personal, en la forma en que los entienden, dentro de la legalidad. Por ejemplo, usar una calle con mucho tráfico peatonal y automovilístico para correr.
Pero es también en el uso de este concepto que encontramos la innovación de este libro para el conocimiento científico, particularmente para el conocimiento sociológico. La gran mayoría de los libros sobre apropiación y uso del espacio público urbano se limitan a hablar de los puntos descritos anteriormente. Este libro también hace esto y va mucho más allá. Este libro nos muestra cómo el propio uso de los espacios públicos urbanos por parte de los ciudadanos y las comunidades locales puede servir como actores importantes en las decisiones políticas que llevan a cabo los responsables de la toma de decisiones públicas. Si, por ejemplo, hay una intención de demoler un viejo almacén, pero la comunidad local se reúne para hacer un nuevo uso de ese mismo espacio, los responsables políticos y los planificadores urbanos se verán obligados a retractarse de esa decisión, incorporando también a la comunidad local en la decisión sobre el destino de ese almacén. Este ejemplo pretende mostrar que el hecho de que los ciudadanos y las comunidades locales utilicen los espacios urbanos significa que estos actores sociales también se incorporan a las decisiones sobre el destino de los espacios urbanos en las ciudades. Así, hay una democratización del uso de los espacios urbanos y de las decisiones tomadas que afectan a la evolución en el tiempo de estos mismos espacios urbanos. También permite una liberación de la visión lineal de que cada espacio público urbano debe tener una sola función y un solo uso asociado, pasando a una visión múltiple de su función y uso, es decir, que un mismo espacio público urbano puede tener múltiples funciones y múltiples usos asociados. Por ejemplo, una calle puede ser utilizada para el tráfico peatonal y automovilístico, pero también puede ser utilizada para correr y para el parkour.
Un último punto de énfasis para la originalidad de este libro es, por tanto, las diversas alternativas al uso del espacio público urbano, que antes podían ser ilegales y/o incómodas para la mayoría de los habitantes de la ciudad, como la práctica del parkour, el skateboard o el graffiti, pero que, con el cambio de visión sobre el uso del espacio urbano, se están aceptando cada vez más. Hoy en día, un practicante de parkour es más aceptado para practicar en varias partes de la ciudad en cuestión, sin dejar de tener sus peligros y sin ser inmune a las tensiones y conflictos con otros usuarios de los mismos espacios urbanos a los que asiste el practicante.
Más que un libro de Sociología Urbana, este libro destaca por el refuerzo de lo que los distintos autores que contribuyeron a este libro denominaron "alternativas urbanas" y las diversas formas en que se manifiestan.