Memoria social y literatura: escenas y personajes de la Venezuela contemporánea

Social memory and literature: scenes and characters of contemporary Venezuela

  • Leonor Mora Salas
Examinamos algunos textos de narrativa breve producidos en Venezuela a comienzos del siglo XXI, con el objetivo de comprender la memoria social que se construye y se registra; develar los fenómenos, procesos, prácticas y actores sociales resaltados en sus temáticas; y analizar el papel que juega este género literario sobre el imaginario colectivo para crear, cuestionar o ampliar los sentidos existentes alrededor de la vida privada y colectiva en el país. Analizamos relatos, publicados por escritores venezolanos entre 2004 y 2012. Es una investigación de la imagología literaria, que implicó el estudio hermenéutico de la imagen en el imaginario literario y social relativo a la representación del “otro”. Nos acercamos a la memoria social que se construye en la Venezuela contemporánea a través de la narrativa; sus contenidos nos han provisto de referentes que hablan de la identidad del país, los venezolanos y de mundos alternos creados por la ficción.
    Palabras clave:
  • Memoria social
  • Narrativa venezolana contemporánea
  • Imagología literaria
  • Hermenéutica gadameriana
We examine short stories produced in Venezuela at the beginning of the 21st century, with the aim of understanding how social memory is constructed and recorded. In this endeavor we uncover the phenomena, processes, customs and actors that appear as themes in these productions. We analyze the role that literary narrative has in relation to collective imagination. This includes creating, questioning, and extending the already-existing significance of private and collective life in the country. We analyze done stories published by Venezuelan writers between 2004-2012. This research can be classified in the line of literary imagology. This involves the hermeneutic study of literary images within the framework of fictional and social imaginary relative to the representation of the “other”. Our approach to the representation of contemporary Venezuelan social memory through narrative refers to both the country’s identity and that of its inhabitants, and of alternate fictional worlds.
    Keywords:
  • Social memory
  • Contemporary Venezuelan narrative
  • Literary imagology
  • Hermeneutics of Gadamer

1 Introducción

Una perspectiva de la situación sociopolítica venezolana nos permite indicar que los venezolanos inauguramos el milenio con un contexto socioeconómico de deterioro creciente, que se inicia y arrastramos desde las últimas décadas del siglo XX; sus indicadores más emblemáticos son los problemas de pobreza, exclusión, violencia e inseguridad que comienzan a transformar las condiciones y la dinámica del país (López Maya, 2008; 2009). Estos problemas, además de convertirse en ingredientes esenciales del caldo de cultivo para estallidos sociales e irrupciones militares que fueron minando los entornos políticos y los niveles generales de vida en Venezuela, dieron paso a un proyecto político formulado desde la alianza cívico-militar que alcanza el poder por la vía democrática en 1999, se posiciona con un claro tinte populista que pretende la inclusión social de los excluidos históricamente y ofrece resistencias al capitalismo.

Los cambios políticos generados de la acción gubernamental naciente se producen en un clima de polarización y alta conflictividad, son favorecidos por el autoritarismo y personalismo desplegados por el presidente Hugo Chávez, contra diferentes grupos y representantes de la sociedad civil, y resultan avalados por la aprobación de leyes a discreción en beneficio de los intereses gubernamentales y del proyecto político (López Maya y Panzarelli, 2011; Petkoff, 2005). Tales hechos contribuyen con la gestación de disensos categóricos y la adopción de vías insurreccionales por parte de la oposición.

Como consecuencia de la inestabilidad política producida por los enfrentamientos entre oficialistas y opositores, en la primera década de este siglo, la ciudad experimenta quiebres, segregaciones y una polarización que se profundiza con el pasar de los años (Freitez, 2011, Salas, 2004). A esto se agrega que, en este mismo tiempo, el país contó con el ingreso petrolero sostenido mayor de su historia. Sin embargo, esto no ha repercutido en el desarrollo y bienestar de la población: la dilapidación de los ingresos, la falta de planificación en su inversión y la corrupción progresiva son algunas de las explicaciones. Se aprecia sí un re-incremento de la pobreza, una situación económica en los hogares similar a la existente en 1999 (España, 2009; 2014), y la ausencia de programas sociales efectivos que den respuesta a los problemas de la población más sensible.

Los venezolanos en lo que va de siglo atestiguamos el menoscabo progresivo del país, lo observamos desplomarse día a día como consecuencia de una política gubernamental que ha socavado sus cimientos y ha erigido el liderazgo de la violencia, la impunidad, la intolerancia, la polarización política y social, el desempleo, la falta de producción, la corrupción, el desabastecimiento de alimentos y medicinas y el racionamiento de los servicios básicos, solo por mencionar algunos de los males que nos aquejan y se escapan del control del Estado. Muchos de nuestros compatriotas, en su mayoría de alta calificación, han optado por marcharse del país (De la Vega, 2012; Freitez, 2011; León, 2015); esta pérdida del “capital intelectual y social” que experimenta Venezuela pareciera indetenible, particularmente por la ausencia de una política que garantice la permanencia en el país del grupo más susceptible de emigrar y que estimule el retorno de aquellos venezolanos que se vieron en la necesidad de partir.

Por si todo esto no fuera suficiente, la coyuntura política que define nuestro presente en estos inicios de siglo ofrece la singularidad de un regreso al militarismo, el mismo que el país había retirado del poder durante cuatro décadas (Arenas, 2005; Guerrero, 2013). A pesar de las dificultades, el venezolano que resiste ha desarrollado una amplia capacidad para la lucha y defensa de sus derechos, ha debido aprender desde la práctica —a veces con costos no imaginados— lecciones para el ejercicio de la ciudadanía y de sus derechos económicos y políticos, se arriesga, lucha, sobrevive; día con día construye la esperanza que lo sostiene, desde bases personales y socio-familiares constantemente hostigadas y degradadas.

Esta coyuntura socio-histórica que nos determina como país en los comienzos del milenio, nos interpela como psicólogos sociales y demanda que nos ocupemos de las consecuencias de su acontecer, de las señales y huellas que van generando en el imaginario colectivo los diferentes eventos sociales que ocurren, de allí que consideremos pertinente un estudio que busca indagar sobre los registros y modos de recuperación del recuerdo que se realizan en la literatura a través de la narrativa breve.

Nos orienta la necesidad de conocer otros modos desarrollados en la sociedad para recuperar olvidos acentuados del acontecer habitual en el país, en su dinámica y en sus habitantes, además de los medios específicos empleados para almacenar su transcurrir. Particularmente porque estos olvidos, por lo general, pueden estar asociados a la producción creciente, renovada, continua y profusa de hechos que de manera vertiginosa y atropellada marcan la vida cotidiana de los venezolanos.

La memoria como producto social da continuidad a la existencia social, permite la permanencia de vínculos y relaciones (Vásquez, 2001). Esto es así porque la realidad es un suceder al cual la memoria le ofrece secuencia, facilita el enlace entre las diferentes transformaciones que acontecen y la proyección de opciones para la emergencia y evolución del futuro. Por intermedio de la memoria se representa el imaginario actual para almacenarlo, favorecer su recuperación y mantener para la posteridad el registro de acontecimientos significativos (Mendoza, 2004).

Desde la literatura, la memoria social se conserva a través de los diferentes géneros. Por la vía de la narrativa, la memoria perdura “no se agota” y “el recuerdo se pone de manifiesto” (Benjamin, 1991, pp. 6, 12). Contrariamente a lo que puede representar la información, que perenemente se renueva y su tiempo de vida es muy breve, la narrativa ofrece un carácter permanente al hecho de dar sentido al mundo a través del relato de historias (Bruner, 2002; 2006; Gergen, 2015). La representación que se logra por intermedio del lenguaje favorece la construcción del mundo y es también constitutiva de historias que se elaboran acerca de él; es además una posibilidad dentro de varias de lograr la representación de “lo real y sus memorias” (Huyssen, 2002, p. 10).

El narrador oral de la historia hunde sus raíces en la cultura de la cual proviene y recompone con su material, que no es otra cosa que “la vida humana”, las experiencias que nos comparte y cual “artesano” elabora “las materias primas de la experiencia, la propia y la ajena, de forma sólida, útil y única” (Benjamin, 1991, p. 21). El que narra y utiliza para ello la escritura brinda a los lectores la oportunidad de desarrollar modos subjetivos de comprensión; además, fija en el tiempo un texto inagotable sobre el cual se puede ir una y otra vez, y conseguir que logre desplegarse tras su paso.

Los textos literarios tienen entre sus características distintivas que “su verdad como un todo” (Pavel, 1995, p. 30) se define en independencia de las “micro-verdades” que le son constitutivas y adquiere una suerte de realidad propia; el relato lo construye la voz del narrador, esto es, “una fuente de lenguaje imaginaria” (Reisz, 1979, p. 101) a la cual recurre el autor de la obra de ficción; el lenguaje empleado no simboliza “un hablar fingido y no pleno del autor”, por el contrario, representa “un hablar pleno y auténtico, pero ficticio, de otro, de una fuente de lenguaje” (Martínez·Bonati 1978, citado en Reisz, 1979, p. 101). Así, las versiones de mundo instituidas a través de la narrativa de ficción constituyen “construcciones mentales” creadas que permiten acceder a mundos posibles.

A las posibilidades de la evocación que proporciona la narrativa se agrega el valor que tiene la presencia permanente del texto escrito. De modo tal que, en el libro, se recogen la memoria y la representación invariable en el tiempo de los acontecimientos que conforman la vida de las personas y los coloca a disposición inmediata (Blanchot, 1994). El libro constituye asimismo el medio de soporte para los tránsitos que definen el fluir del tiempo.

El estudio de la memoria social, particularmente en Latinoamérica y en Centroamérica, ha tenido un espacio de reconocimiento en los textos narrativos, en especial en la novela (Becerra, 2010; Chavarría, 2010; Grenoville, 2010; Mackenbach y Ortíz, 2008; Presas, 2008; Suárez, 2011a; 2011b; Visacovsky, 2007), desde allí, la crítica literaria destaca el poder que tiene este género para la denuncia de violación de los derechos humanos y la utilidad que reporta la literatura en la promoción y defensa de estos.

Los impactos de pasados violentos a cargo de regímenes militares, los desaparecidos de las guerras civiles en Latinoamérica y Centro América, las problemáticas sociales irresueltas, las transformaciones que vive la sociedad, la ciudad como espacio socio-cultural, la historia de las instituciones, la identidad de los pueblos, la evolución de los procesos sociales, lo geográfico y lo urbano, son algunas de las temáticas que se someten a la reconstrucción, se registran como testimonio y huella de lo acontecido, como representación creada del pasado. Pero también en su abordaje, la memoria individual de los escritores, la memoria de los grupos y la creatividad literaria se colocan en diálogo constructivo y representativo de hechos y de épocas.

Como una manera de resistencia al olvido y de recuperación del pasado, incluso como un medio de denuncia y de hacer justicia, la memoria social tratada en la literatura permite no solo experimentar sino analizar procesos sociales, estudiar los modos en que se evidencia y desarrolla la historia, y las formas en que esta es comprendida en cada sociedad. A su vez, constituye un reflejo de las influencias foráneas sobre la literatura y la cultura.

Bajo este marco que enlaza el estudio de la memoria social y la literatura, nos interesa particularmente examinar algunos textos de narrativa breve producidos en Venezuela a comienzos del siglo XXI, con la finalidad de comprender la memoria social que se construye y se registra; develar los fenómenos, procesos, prácticas y actores sociales que se resaltan en sus temáticas; y analizar el papel que juega este género literario sobre el imaginario colectivo para crear, cuestionar o ampliar los sentidos existentes alrededor de la vida privada y colectiva en el país.

La investigación que reportamos se inscribe en los estudios analíticos de obras literarias específicas, como línea de investigación de la literatura comparada. Desde allí, concretamente, se ubica en la imagología literaria, la cual puede estar enfocada en los aspectos de orden histórico, cultural, político y social, además de las “líneas de fuerza” (Pageaux, 1994, p. 118) que definen la dinámica de pueblos y culturas, conducen a que la imagología favorezca la interpretación del “alcance cívico” (Moll, 2002, p. 347) que tienen los textos literarios, al tiempo que ayuda a optimizar la visión del mundo que poseemos.

Con el estudio de las imágenes, prejuicios, clichés, estereotipos y opiniones de pueblos y culturas, la imagología pone en evidencia contenidos de tipo ideológico y político que están presentes en una obra literaria y representan el imaginario social y cultural del autor (Moll, 2002). Para la imagología se reafirma la necesidad de retomar la senda interdisciplinaria y sostener una alianza entre literatura y otras investigaciones de los campos social y cultural (Pageaux, 1994); de esta forma podrá establecer contrastes entre métodos y de la imagen literaria con diferentes testimonios, por cuanto “Se trata de reinscribir la reflexión literaria en un análisis general que considere la cultura de una o varias sociedades” (p. 103). Así, el diálogo con los textos literarios permitirá —a partir del estudio de la imagen— restaurar opiniones, creencias y los dilemas que configuran una sociedad en una época determinada.

En la investigación trabajamos con la evidencia documental a través del diálogo crítico propuesto entre el discurso ficcional y otros discursos sociales no ficcionales. La selección de las obras literarias que conforman el corpus de análisis se llevó a cabo bajo los criterios: autores venezolanos que escriben en los comienzos de siglo, de distintas edades y perspectivas de mundo, hombres y mujeres; textos con contenidos de diversidad temática cuyo tránsito se detiene, tanto en lo íntimo de los personajes y su espacio privado, como en la vida colectiva de la ciudad y del país. El criterio de posición política de los autores no fue considerado.

Los seis escritores y las catorce obras literarias —que contienen los 148 relatos analizados— seleccionadas fueron: Ricardo Azuaje. Tres novelas cortas (2007); Ella está próxima y viene con pie callado (2009). Krina Ber. Cuentos con agujeros (2004); Para no perder el hilo (2009). Rodrigo Blanco. Una larga fila de hombres (2006); Los invencibles (2007); Las rayas (2011). Enza García. Cállate poco a poco (2007); El bosque de los abedules (2010); Plegarias para un zorro (2011). Gisela Kozak. Pecados de la capital y otras historias (2008); En rojo (Narración coral) (2011). Gabriel Payares. Cuando bajaron las aguas (2008); Hotel (2011).

La interpretación de las obras literarias tuvo como referencia la hermenéutica gadameriana y para ello estimamos las consideraciones siguientes: la comprensión como quehacer hermenéutico implica en sí misma un acto reflexivo; el establecimiento de una conversación hermenéutica entre el texto y el lector–intérprete se sitúa como recurso y requisito del comprender; y la verdad hermenéutica relacionada con lo vivido se hace patente a través de la palabra como acontecer del diálogo (Gadamer, 2000a; 2000c). De esta forma, la comprensión de las representaciones de las otras personas desde la perspectiva hermenéutica no dispone de un sistema de reglas que oriente la interpretación (Romo, 2007). No obstante, ofrece las posibilidades de apertura de un diálogo entre texto y lector, donde el entender se enriquece tanto de los conocimientos y valoraciones como de las experiencias del intérprete.

El artículo lo organizamos en tres apartados: caracterización de la narrativa venezolana de inicios de siglo, construcción narrativa de la memoria social del país y conclusiones. Su contenido representa el interés de comprender la memoria social que algunos textos de la literatura venezolana contemporánea construyen sobre la realidad nacional y cómo temas, personajes e imaginarios de la literatura dialogan con contenidos y reflexiones de las ciencias sociales y la filosofía: desde la psicología social (procesos psicosociales, memoria social, imaginarios colectivos) y desde la filosofía (hermenéutica gadameriana).

2 Narrativa breve venezolana de inicios del siglo XXI

La narrativa breve producida en Venezuela en los inicios del siglo XXI, nos muestra una clara controversia entre el país real y el ideal. En acuerdo con lo que indica Antonio López (2006) y a diferencia de lo expresado por Antonietta Alario (2012a; 2012b; 2012c), esta narrativa se presenta desde la necesidad de relatar lo que sucede en la realidad urbana, de comprometerse con la denuncia, el pronunciamiento crítico y la propuesta de formas alternativas que pueden resultar novedosas e innovadoras; revela así un modo de ser consecuente con la historia del país, pero también determina un firme optimismo sobre su reconstrucción.

Podemos decir entonces que la narrativa breve, en concordancia con lo señalado por diferentes críticos literarios venezolanos (Barrera Linares, 2005; Guerra, 2007; López, 2006; Rivas, 2011; Sandoval, 2013), se ajusta a las transformaciones experimentadas en las diferentes áreas de la vida nacional, a los cambios psicosociales, contextuales y estructurales sucedidos en el país y en sus habitantes. También a las variaciones experimentadas por el género literario, así como a las posibilidades de las que disponen los escritores, en estos tiempos, para la producción y difusión de sus creaciones.

Las obras literarias objeto de nuestro análisis ofrecen una diversidad temática, la cual constituye un reflejo de la complejidad que presenta la vida urbana contemporánea. En ellas se abordan desde los aspectos vinculados con la experiencia íntima de los sujetos: amor y relaciones de pareja, identidad personal, adultez, sexualidad, familia, enfermedad, muerte, hasta aquellos relacionados con el entorno social y los manejos públicos: diferencia y diversidad, violencia, situación sociopolítica del país, migración, ciudad, medios de comunicación. En su conjunto resultan similares a las presentadas en diferentes antologías realizadas en los tres primeros lustros de esta centuria (Barrera-Linares, 2006; Guerra, 2007; López, 2006; Pacheco, 2007; Puig, 2010; Rivas, 2010; 2011; Sandoval, 2013). También, como en estas valoraciones, los textos aquí estudiados, en general, ofrecen un tratamiento de los temas que se da en un entramado de relaciones donde se conectan varias problemáticas en una misma entrega.

Los planteamientos reunidos en las obras son consecuentes con el “imaginario instituido” (Castoriadis, 2012, p. 12), aquel que recoge la experiencia de vida de autores y lectores, pero que pretende re-crearlo. De esta forma, como señala Thomas Pavel (1995), la ficción muestra su plasticidad y ausencia de fronteras. Así lo hemos identificado en el análisis, allí apreciamos el compromiso que asumen los autores con la realidad del país, en los inicios de siglo, y con las experiencias de sus pobladores. De modo variable sus construcciones lingüísticas sobre “lo real” ofrecen alternativas de comprensión y transformación de las condiciones dadas: denuncian diferentes situaciones que caracterizan a la Venezuela actual; previenen sobre la necesidad de rectificar equívocos y reorientar la senda; estimulan la acción social como garante en la construcción de soluciones y en la definición de nuevas apuestas. Su responsabilidad es clara frente al escenario social y político del país, también es firme su posicionamiento con respecto al malestar y sufrimiento de sus habitantes, con los problemas que les embargan y cómo estos afectan su subjetividad, sus acciones y sus prácticas de relación.

En concordancia con el imaginario instituido que se muestra en las producciones, el espacio urbano —en sus cualidades, complejidad y situado en el tiempo presente— es el predominantemente descrito. Es allí, en la ciudad, donde suceden las escenas y hacen vida los diferentes personajes en lugares simbólicos, representativos y alegóricos: la calle, zonas residenciales, sitios de trabajo, instituciones diversas, zonas comerciales e industriales, espacios recreacionales, territorios del miedo, la confrontación y la violencia, el ambiente íntimo del hogar y los afectos. También en los relatos, el habitante del espacio urbano es indagado en su área psicológica, se revelan de él los lugares íntimos representados por pensamientos, emociones, sentimientos, motivaciones, angustias; con ello su interioridad resulta escrutada, removida, visibilizada. La ficción, a través de la referencia al espacio, crea vínculos de identificación que favorecen la reminiscencia; por cuanto, la significación que adquieren los lugares por la identidad que se genera con ellos y las vivencias que allí se experimentan —como lo ha indicado Maurice Halbwachs (2004, p. 157)—, sirve de “marco” a la confluencia de los recuerdos colectivos de los diferentes grupos de pertenencia: nacional, local, institucional, fraternal, filial. La evocación ocurre, justamente, porque en estos lugares se albergan acciones y relaciones que parten de principios compartidos y, por esta razón, tienen un significado para los usuarios (Mendoza, 2011), además de ofrecer la posibilidad de la celebración (Nora, 1984), permitir una distinción en el tiempo y un acceso al pasado (Jodelet, 2010), poseen una flexibilidad (Cuesta, 1998) que admite la visita reiterada aunque, constantemente, tras cada encuentro, contribuyamos en su transformación (Allier, 2008). En virtud de ello, quienes hoy nos sentimos advertidos —o quienes lo serán en un futuro cercano— por los lugares que estas piezas de ficción nos ofrecen y con ellos nos facilitan evocar, sabremos qué eventos allí alojados es necesario desterrar de manera terminante, qué es conveniente conservar o transformar y qué, definitivamente, requiere que le otorguemos perennidad.

Con sus modos de expresar, específicos de la literatura (Todorov, 1974), el lenguaje empleado en los textos de ficción analizados convoca al lector a sus parajes (Walton, 1990, citado en Pavel, 1995), le ofrece la heterogeneidad que es característica de las historias y de las vidas que se cuentan. En este sentido, en algunas historias el lenguaje utilizado ostenta calidez, cercanía, intimidad, en otras, manifiesta dureza, severidad, contundencia. En todos los casos, el manejo del lenguaje se realiza en apego a los hechos y pretende ser respetuoso y considerado con el lector. De esta manera, la relación autor-escritor, mediada por el lenguaje, posibilita a unos hacer partícipes a otros de los mundos creados desde la imaginación y de la relación entre ficción y realidad (Pavel, 1995), en una suerte de juego regido por las reglas que son propias de la representación imaginaria (Pozuelo-Yvancos, 1994). El lenguaje cumple aquí el papel de constituyente de mundo —de nuevos mundos, de realidades que son otras— y “nos abre a la verdad”, eso es, a la “fundación de sentido” (Gadamer, 1998, pp. 11-12) o facultad de otorgar significación al mundo. En razón de lo cual acceder a las propuestas de los autores mediante la acción comprensiva nos enriquece en nuestros pensamientos, conocimientos y en el saber sobre nosotros mismos (Gadamer, 2000b); esto es, entender la diversidad del mundo que los autores nos presentan en sus producciones faculta —en tanto conocimiento y auto conocimiento— a tener una experiencia individual; además de ejercitar formas de intercambio con la significación de los fenómenos que como comunidad les otorgamos (Gadamer, 2000a; 2013) o, tal como lo expresa Eduardo Colombo (2002, p. 218), desplegar “la producción social de bienes de significación” o imaginarios sociales.

En las historias que nos ocupan, el género literario adquiere diversidad: mayoritariamente se trata de cuentos, pero también encontramos algunos relatos breves, novelas cortas o novelas en gestación. Los formatos gráficos varían entre la fragmentación del texto en escenas o el uso de notas a pie de página. En la estructura que presentan los relatos hallamos monólogos, diálogos breves o extensos entre los personajes, junto con descripciones detalladas de los hechos, que se intercalan en la narración y complejizan la trama, relato cruzado, narración circular, autobiografía, varias historias asociadas, chats, mensajes de correo electrónico, diario, diálogos telefónicos, la estructura del viaje… Las estrategias discursivas que aparecen incluyen, entre otras: humor, ironía, lo fantástico, suspenso, construcción progresiva de la expectativa y el elemento sorpresa. En general, el corpus analizado presenta importantes similitudes en cuanto a estrategias y técnicas empleadas en la elaboración de los cuentos, con lo referido por Carlos Sandoval (2013), en su evaluación sobre el estado del relato venezolano de inicios de siglo.

A través de la voz del narrador, el autor relata utilizando un lenguaje “auténtico pero ficticio” proveniente de “una fuente de lenguaje imaginaria” que asume el autor en su creación (Martínez-Bonati, 1978, c. p. Reisz, 1979, p. 108). De forma que discurso y hablante son creados porque están separados del productor del texto (Landwehr, 1975, c. p. Reisz, 1979), son obra del autor; sus versiones de mundo son construcciones mentales a través de las cuales los lectores pueden acceder a mundos posibles. El texto resultante se pronuncia desde sí mismo, aun cuando el autor constituye la “figura ideológica” que lo posiciona y le restringe la dispersión de sentido (Foucault, 1999, p. 123); es por ello que texto y autor asumen roles intercambiables desde el momento de la creación hasta su edición. Pero, independientemente del rol asumido —protagonista, testigo, actor directo, narrador omnisciente u observador—, tal y como señalan Teresa Cabruja, Lupicinio Íñiguez y Félix Vázquez (2000), es el narrador dentro del texto —de la mano del autor— quien construye y confiere verdad al relato, otorga contexto a la narración, toma en cuenta el contexto social donde se inserta la historia que se narra y adquiere significado.

El ser urbano contemporáneo tiene preeminencia en los personajes de los relatos que hemos analizado. En su caracterización podríamos destacar elementos de talante psicosocial que nos hablan más de un sujeto en situación y en el desempeño de un rol (Pichon-Rivière, 1999), y de su determinación sociocultural, que del sujeto psicológico a través de sus comportamientos, emociones, y pensamientos aislados. Tenemos así personajes en la situación de inmigrantes, estudiantes, ancianos, sobrevivientes, suicidas, militares, niños/as, adolescentes, hombres y mujeres, empleados públicos, escritores, motorizados, malandros, revolucionarios, lesbianas, transexuales, homosexuales, entre otros. Los personajes vienen, entonces, a constituirse en una suerte de símbolo que compendia una clase social, un grupo específico y una zona determinada de la sociedad; sus vivencias, tradiciones, costumbres, prácticas y valores no solo se ven reconocidos, sino que constituyen la base para tejer las historias que son reveladoras de realidades sociopolíticas, económicas y culturales del país actual. La sociedad y sus avatares determinan en los relatos el comportamiento de los personajes, de este modo, la influencia del medio social y cultural de Caracas, por ejemplo, sirve de elemento modelador de procesos internos como proyecto de vida, creatividad, sentido del humor, inteligencia, experiencia, motivación, esto es, da cuenta de la presencia de lo social en el individuo (Fernández-Christlieb, 2009; Martín-Baró, 2000).

Los personajes, aunque imaginados, tienen arraigo en la realidad social, contribuyen en la construcción de la historia social general desde el marco que establece su quehacer cotidiano, pero buscan rebasar sucesos concretos que ocurren de manera ordinaria en el día a día y pertenecen al orden político, militar, económico (Rivas, 1999). En la generalidad de los relatos analizados, el sentido social e histórico moderno es representado por los personajes como símbolos de una colectividad, de allí que las razones que determinan su “existencia textual” (Bustillo, 1995, p. 154) guardan relación con las que dirigen la realidad social en la respectiva comunidad cultural que representan.

Los personajes creados en la narrativa, fieles vicarios del ciudadano urbano común coetáneo y de su acontecer habitual, reflejan las vivencias de su espacio íntimo y de sus prácticas de relación. Aparecen fundamentalmente como protagonistas de sus “dramas”: en el caso de las historias femeninas en su totalidad vinculadas con la ética del cuidado, el espacio íntimo y la privacidad; en las historias donde los protagonistas son hombres, las temáticas están directamente relacionadas con el espacio público, el debate y la discusión. Las acciones de estos personajes guardan relación directa con las convenciones sociales establecidas para los géneros masculino y femenino, además de estar en acuerdo con los estereotipos que le son inherentes a cada uno de ellos. Los personajes de niños, adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes, maduros y mayores de la época presente y sus historias cuentan las situaciones, problemáticas, angustias que les aquejan, alegrías, motivaciones e intereses que les son propios, las maneras en que enfrentan la vida, sus proyectos vitales. Actúan en consonancia con sus búsquedas y sus existencias en construcción, con ello nos revelan su sentir subjetivo respecto a cómo ven el mundo y de qué forma transitan por él. Los roles que desempeñan estos personajes dentro de la dinámica social venezolana son variables, desde sus lugares, acciones y omisiones nos hablan de la Venezuela de hoy, de la Caracas actual y, además, nos recrean un pasado cercano. Aseguran de este modo un lugar para la añoranza del bienestar y la tranquilidad que hemos tenido en otros tiempos, también se proyectan en diferentes formas de imaginar la ciudad, actuarla y ofrecerla distinta: más humana y cercana, más habitable. Caracterizan y representan una dinámica social que habla, relata e interpreta un sentir de nuestra identidad con el espacio, la cultura, los procederes que nos son propios, con nuestra historia de ser venezolanos.

Los mundos ficcionales presentados así por los autores —desde las imágenes de la identidad y la alteridad caracterizadas, temáticas abordadas, tratamiento del espacio y el tiempo, uso específico del lenguaje, utilización de recursos estructuradores determinados y rol de los narradores—, nos refieren a una variedad de posibles estados de cosas, donde lo real-objetivo y lo fantástico aparecen en conexión y, justamente, accedemos a los mundos ficcionales desde el mundo real a través de vías de significación que construimos (Doležel, 1989, citado en Pozuelo-Yvancos, 1994), a partir de las significaciones imaginarias sociales que nos orientan en la comprensión y la acción (Agudelo, 2011; Castoriadis, 2002; 2012; Colombo, 2002). En otro decir, desde los conocimientos, valoraciones y experiencias que podemos aportar los intérpretes de un texto en la práctica de su comprensión y en la fusión de horizontes que le es inherente al acto interpretativo (Gadamer, 2000a; 2000b; 2013; Grondin, 2002). De esta forma, la conversación que hace posible que texto e intérprete —a partir de las contribuciones de uno y otro— logren el elemento común, promueve el suceder de la ‘verdad’: la comprensión y su valor de bien común, además de la auto-comprensión de sí que adquiere el intérprete (Gadamer, 2000a; 2013).

En resumen, lo que nos presentan estos autores de la narrativa breve venezolana de inicios de siglo, ofrece el complemento entre la realidad social y la creación de otras formas de ver y pensar lo social (Ricoeur, 2006), en razón de que sus producciones nos hablan de Venezuela y los venezolanos en un momento histórico determinado —los inicios del siglo XXI— en este sentido, sus producciones dicen y participan en la construcción de la memoria social del país. Lo geográfico, lo urbano, lo ciudadano, los hechos sociales y políticos corresponden a la realidad social; los autores, a partir de su práctica y los usos que dan a la imaginación, proporcionan la posibilidad de crear —a través de la estructura que ofrece la narrativa— formas distintas de dar existencia y entender la realidad social, los hechos y actores que la conforman.

3 Construcción narrativa de la memoria social del país

Ha señalado Hans Georg Gadamer (1998, pp. 8-9) que la autenticidad de la palabra está en su carácter “diciente”, en “su espiritualidad”, en el poder que tiene para transmitir algo a alguien; precisamente, porque la palabra tiene la legitimidad que le da el hecho de “habitar entre los hombres”, es que adquiere carácter de verdadera, no por lo que dice sino por su atributo de “decir”. En el caso de los textos literarios su verdad es asumida como un todo y logra realidad propia (Pavel, 1995). Los textos literarios como integrantes de las “bellas artes” o “bellas letras”, tienen su justificación precisamente en la belleza, en “su propio ser”, en la existencia específica y en la riqueza que los constituye (Gadamer, 1998, p. 52). El arte contenido en los textos literarios tiene la potestad de sustraernos de la realidad, pero nunca colocarnos en oposición a ella y al conocimiento que de esta poseemos (Grondin, 2003), esto en razón de que la obra de arte literaria se constituye en testigo “comprometido a decir la verdad y toda la verdad de lo que ha visto” (Romo, 2007, p. 228). Al ser parte de un momento histórico no puede convertirse en un objeto ajeno al mundo, por el contrario, se totaliza una representación global de él, “una representación verdadera y propia de tipo profético y utópico” (Vattimo, 1990, p. 63), que exhibe mundos históricos, promueve desde el punto de vista lingüístico oportunidades de sucesos y verdades históricas.

Los significados contenidos en la palabra y lo que ella comunica, como significado colectivo, le da sostenibilidad en el tiempo (Bruner, 2006; Gergen, 1996; 2007; 2015); hay en ello una representación de las comunidades de significado (Gergen, 1996), de las comunidades culturales (Bruner, 2006), quienes deciden los modos de interpretación del mundo. Por esta razón, si pensamos en la legitimidad de la palabra por ser un bien compartido y “algo que pertenece al mundo común” (Gadamer, 2000c, p. 13) —debido a que se ajusta a nuestra existencia histórica y consiente el reconocimiento mutuo, a partir del acuerdo que hace posible— entonces la palabra que se registra en el texto escrito adquiere estatus público y de perennidad porque permite la “coexistencia de pasado y presente” para quienes pretendan acceder al texto en cualquier momento. El texto es así “portador de la tradición”, se erige como recurso para “la continuidad de la memoria”, posibilita que se haga presente “toda una humanidad pasada” (Gadamer, 2000a, pp. 467-468); porque, además de su presencia permanente, el texto escrito está en condiciones de ser “siempre inmediatamente accesible”. De tal manera que, memoria y presencia están en un plano superior a los hechos, las cosas y la vida de las personas, el texto ofrece la presencia constante a través de la cual se renuevan presente, pasado y futuro (Blanchot, 1994), para todo aquel que se encuentre en condiciones de leer.

De nuestra conversación hermenéutica —en el papel de lectores-intérpretes de los textos señalados para el análisis— exponemos aquí algunos productos de la comprensión, en diálogo con los contenidos de la realidad social que la literatura recrea. Los temas emergentes del corpus de análisis los organizamos en dos grupos: espacio privado y espacio público. Establecemos tal distinción con fines prácticos de carácter organizativo y para facilitar la comprensión de los énfasis que están presentes en los relatos, sin pretender con ello evocar las fronteras más claramente delimitadas y hasta cierto punto inflexibles que otrora se tuvieron para estos dos ámbitos.

3.1 Espacio privado

3.1.1 Infancia: vulnerabilidad y riesgos. “Si gritas te juro que te mato, carajita”

Este es un tema tratado con profundidad en los diferentes textos que lo abordan (Ber, 2004, “Escondite”; García, 2007, “Ángeles goliardos”; “Disidencia”; “La gente que vive al lado”; “Pausa entre fotografías”; García, 2010, “Sauce con pájaros negros”; García, 2011, “Andrei Balanescu y los caballos”; entre otros). En ellos se anuncia la existencia de lo que es, sin duda alguna, una problemática atroz, violenta, perversa y execrable que se encuentra presente en la realidad social venezolana de este tiempo. Así lo demuestran las estadísticas relativas a la violencia contra niños, niñas y adolescentes, específicamente en los casos de abuso, violaciones, explotación sexual, situación de calle, tráfico de niños/as, prostitución infantil (Cecodap, 2008; 2015; Coddetta, 2009; Llorens, 2005). Que los escritores decidan mostrar en registro literario lo que está velado o conviene mantener oculto, nos alerta sobre la existencia de injusticias, omisiones, encubrimientos, complicidades, que hacen posible su ocurrencia y ocultamiento; con ello, ponen en juicio la moralidad del adulto y nos descubren alcances de la maldad humana (Mendoça, 2012). Su pronunciamiento revela la fragilidad e impotencia de las víctimas, dibuja rasgos del contexto y de los agresores; por lo tanto, ayuda a construir rutas para la prevención, la atención y la protección de los derechos de las víctimas. Darle visibilidad a la problemática cuestiona a la familia como institución protectora, señala una parte de la situación que encara el país, refleja la precariedad en el funcionamiento de sus instituciones, programas sociales, políticas de prevención y el incumplimiento del Estado venezolano en la protección de los derechos de esta población (Cartaya, 2013). En fin, con la evaluación del tema que plantean los relatos, en este momento histórico, advierten sobre situaciones que es necesario cambiar y ofrecen algunas señales de cómo hacerlo.

3.1.2 Adultez y sexualidad: “La pasión también se aprende”

El tema asume una dirección interesante, porque los escritores en sus historias no solo se detienen para hablar de la heterosexualidad y sus prácticas en el adulto (Azuaje, 2007, “Juana la Roja y Octavio el Sabrio en una playa de Willemstad, Anzoátegui”; García, 2007, “La gente que vive al lado”), sino que se despliegan a la diversidad sexual, en un intento de posicionarla en el discurso público (Azuaje, 2009, “Carro rojo”; Blanco, 2006, “Una larga fila de hombres”; Kozak, 2008, “Dead Can Dance”; Payares, 2008, “Génesis (la noche antes del diluvio)”; entre otros). Llama particularmente la atención este abordaje que se hace del tema, en un país donde hasta el año 2016 no existe legislación que proteja a las personas por su identidad o expresión de género; donde la discriminación por preferencias sexuales hace a los grupos que forman parte de la sexo-diversidad altamente vulnerables de recibir tratos crueles, inhumanos, degradantes y desiguales; y donde los crímenes de odio se incrementan con los años (Acción Ciudadana Contra el Sida - ACCSI, 2013; Nieves y Franco, 2015). Frente a tal panorama, la pretensión de dar visibilidad al tema de la sexualidad plural resulta una acción poco menos que valiente —aunque pareciera que este no es el objetivo de los autores— pero sus propósitos si son fundamentalmente intencionales para erosionar la comodidad de las convenciones. Es aquí donde la ficción, a partir de la creación de nuevas realidades: hace evidentes prácticas existentes —pero socialmente ocultas, deformadas y/o mal informadas— vinculadas con la identidad y el ejercicio sexual del adulto, cuando da voz a quienes por tradición en el país la han tenido silenciada; muestra la intolerancia frente a la diferencia sexual que está presente en el actual momento histórico de Venezuela; ilustra sobre las funciones varias que cumple la sexualidad en la vida de las personas; propone opciones que obligan a cuestionar la realidad social, pero también anticipa futuros cercanos que apuestan a la flexibilidad y respeto, frente a prácticas sexuales —entre adultos— que representan la pluralidad que somos los seres humanos. La historia se encargará de dar reconocimiento social a los fragmentos de la memoria social que quedan registrados en estos archivos.

3.1.3 Amor / Relaciones de pareja: “Nunca te diré no a nada que me pidas”

Aquí fundamentalmente se interpela al adulto contemporáneo en su intimidad afectiva, en el espacio de la convivencia, los acuerdos y las renuncias, en los goces y los temores. Con un tratamiento agudo que complejiza la vida de relación homo y heterosexual, los autores nos descubren los caminos insondables de los vínculos afectivos, traslucen así lo sublime de la condición humana (Azuaje, 2009, “Puertorrico”; Ber, 2004, “Agujeros”; Blanco, 2006, “De todas maneras rosas (una comedia)”; Blanco, 2011, “Las rayas”; García, 2010, “El aliento de los cedros”; Kozak, 2008, “Menos de cien años de soledad”; Kozak, 2011, “Amorosos”; “Mujeres”; Payares, 2008, “Autorretrato”; Payares, 2012, “Nagasaki (en el corazón); “Réquiem en Buenos Aires”; entre otros). De este modo revelan uno de los acontecimientos principales del tiempo humano, donde el desafío, la atracción y la seducción que ejerce un ser humano sobre el otro, urgen a la fusión y anhelan la supervivencia propia a través de la alteridad que motiva el sentimiento amoroso (Bauman, 2010). Sin embargo, los tiempos modernos tienen por lo común hacer a los vínculos humanos frágiles, temporales y con perdurabilidad incierta (Bauman, 2007). Es así que el tema relacional en nuestras historias es planteado en el continuo amor-desamor-desilusión-recomenzar, que se sucede en una cotidianidad contemporánea que es compleja. La ficción nos ofrece, aquí nuevamente, un espacio para la alteridad de los afectos y relaciones entre personas de un mismo sexo y, sin distingos, nos brinda la oportunidad para la reflexión sobre lo inestimable de los sentimientos humanos, un capital natural, definitivamente, renovable que nos engrandece como personas. Rescatamos como punto característico que los relatos nos ayudan a enfatizar el valor que el sentimiento amoroso supone, la oportunidad de los vínculos que favorece y lo esenciales que son ambos en la vida de los seres humanos: un recurso propio fundamental bajo nuestra única y exclusiva gobernanza, particularmente si pensamos en el contexto venezolano actual.

3.1.4 Familia: “Una parte vital de mí mismo”

En este tema los autores nos señalan elementos cotidianos de la experiencia familiar en la Venezuela de ahora. Ofrecen una representación de la realidad familiar con su diversidad y aspectos singulares que se pronuncian en el marco de una subcultura, para hablar en conjunto de la cultura familiar del país. Familias populares, de estrato medio y alto son exploradas en su interior, indagadas en sus bases, mostradas en su diversidad. De esta forma se quieren dejar en evidencia las diferencias en valores, prácticas, costumbres, constitución y funcionamiento que son inherentes a los distintos grupos familiares, aun cuando todos poseen una base cultural común. Esta heterogeneidad característica de la familia venezolana ha sido señalada por diferentes estudios (Hurtado, 1995; 1998; 1999; Moreno, 1994; 1995; Moreno, Brandt, Campos, Navarro, Varela, 1998; Moreno et al., 2002; Recagno-Puente, 1998; 2002; Recagno-Puente y Platone, 1998). En ellos se reconocen las variaciones históricas y culturales, además de las transformaciones que ha experimentado la familia en su concepción, papel y reconocimiento social, estructura y dinámica relacional, como espacio privado y su vinculación con el espacio público. Se plantea además como necesario el reconocimiento de la pluralidad y la diferencia porque puede ayudarnos a entender no solo las modificaciones que suceden en la familia, sino la forma como las están viviendo sus miembros. En ese sentido, la ficción se pronuncia en torno a la forma en que llevan la vida sus integrantes, las características de los roles que desempeñan, la forma en que se relacionan, los hechos que les ocurren, sus desafíos, satisfacciones y privaciones; nos devela la variedad que plantea la familia homoparental, la demanda por su reconocimiento social y por la preservación de sus derechos; sugiere que se reconozca públicamente su realidad (García, 2007, “El mar es un misterio”; Kozak, 2011, “Objetos al acecho”; “Retrato”; Payares, 2012, “Sudestada”; entre otros). Estos archivos distinguen una época y de ella nos muestran signos de la pluralidad familiar; nos refieren la complejidad y variedad de hechos, experiencias, tradiciones, que la determinan, con ello buscan ampliar el imaginario social que existe de la familia.

3.1.5 Amistad: “Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas”

Es un tema que para algunos involucra una realidad contemporánea caracterizada por la “fragilidad de los vínculos”, su carácter provisorio y su fácil disolución voluntaria (Bauman, 2007). Sin embargo, ello no le resta la importancia que este lazo tiene en la vida de relación del ser humano. La amistad ha sido calificada en el siglo IV a. C., como “lo más necesario para la vida” (Aristóteles, 2001, p. 234), de ella se resalta lo imprescindible que es para la existencia humana en particular y para los pueblos en general, además del valor que tiene como refugio para los individuos. A lo largo de la vida, las personas disponen de grupos de amigos, a los cuales permanecen ligadas por razones diversas: ayuda, bienestar, apoyo social (Papalia, 2012), la pertenencia en estos casos viene marcada por razones diversas de orden individual, social y contextual. Es con este acento que en los relatos analizados los escritores se pronuncian, para distinguir a la amistad como un bien extensible en la vida de los hombres; para indicar que son las alianzas, vínculos y afectos, los que perviven frente a los dramas e infortunios que a diario experimentan los venezolanos; para reafirmar, en medio de las dificultades, que la amistad se erige como el camino para compartir afectos, confianza, respeto, compañía (Azuaje, 2007, “Viste de verde nuestra sombra”; Blanco, 2011, “Flamingo”; García, 2011, “Plegarias para un zorro”; Payares, 2012, “Hotel”; entre otros). Desde la ficción se busca dejar claro que la amistad es un valor necesario de rescatar como recurso protector de la interacción afectiva, el entendimiento mutuo, la solidaridad y la preocupación por el “otro”. Los autores desde el aporte de sus creaciones nos previenen sobre una opción importante en estos tiempos difíciles que sobrellevamos: el valor que tiene la amistad, en tanto constituye una “virtud” que nos protege y nos reafirma en la existencia propia; además de representar un rasgo que nos caracteriza como venezolanos y singulariza un modo de ser nacional que, en este momento, emerge como recurso al cual apelar en defensa de nuestro bienestar psicológico.

Hasta aquí nos hemos ocupado de temas relacionados con lo íntimo y privado, el mundo interno y la subjetividad del ser humano, su necesidades, demandas y soledades particulares (Arendt, 2009; Marc Augè, 2009), el espacio de su autonomía (Lipovetsky, 1993), lo oculto y furtivo, lo secreto y no visible, lo que es contrario a lo público y resulta distante de la difusión y la indagación (Rabotnikof, 1998; 2008). Desde este marco, los temas que nos presentan los autores de la narrativa breve se inclinan a develar rasgos recónditos y profundos del venezolano contemporáneo; rescatan la crudeza de esta época, hacen transparentes los apremios y contrasentidos que regulan la vida y afligen al ser humano de inicios del milenio; junto a ello, también redimen sus experiencias de bienestar y felicidad; proponen —como mundos posibles y alternativas de sustitución de lo cotidiano—, modos de solución a las dificultades e incógnitas que demandan solución en las diferentes etapas de la existencia de hombres y mujeres. La ficción concede así, reconocimiento al mundo interno, la vida emotiva, sus necesidades, exigencias y autonomía. Los registros literarios que nos entregan los autores contribuyen a preservar procesos personales, además de resguardar la memoria de los hechos que afectan de uno u otro modo al venezolano en su individualidad y su intimidad, en estos tiempos problemáticos y convulsionados.

3.2 Espacio público

3.2.1 Diversidad / Diferencia: “Una existencia que no se parece a la de casi nadie”

Con el tema los autores, a través de los relatos, nos muestran la contracara que somos, cuando nos señalan al “otro” que es diferente porque es mayor, tiene una discapacidad o una condición sexual distinta a la nuestra. Por lo general son grupos vulnerables al rechazo e intolerancia social, como es el caso de los adultos mayores por presentar diversas problemáticas de orden físico, psicológico, económico y social que les aquejan (Reyes, 2003; Rincón, 2012); las personas con discapacidad quienes deben mantener una lucha constante por la aceptación en un contexto donde la diferencia es razón para la exclusión, pues aun cuando se han alcanzado algunos avances en la legislación, la integración —además de limitada para unos pocos—, solo permite participar en algunos espacios desde la condición de diferente. O, las personas sexo diversas quienes son proclives a recibir tratos crueles, inhumanos y una consideración desigual frente a la ley (Acción Ciudadana Contra el Sida - ACCSI, 2013; Nieves y Franco, 2015) que se expresa a través de la exclusión del beneficio de políticas públicas, así como de programas específicos que atiendan a sus necesidades. Aquí la ficción se encarga de: cuestionar la comodidad que supone lo homogéneo y confrontarnos con lo disímil y desigual representado en los grupos minoritarios que conforman las sociedades; manifestar la necesidad de contar con límites flexibles de aceptación de la alteridad; advertir sobre la diferencia como una realidad que nos distingue dentro de un mundo que es heterogéneo (Ber, 2004, “El hombre que tenía un secreto”; Kozak, 2011, “A media voz”; “Piedra de sol”; Payares, 2008, “El Duro”; entre otros). Nos ofrece opciones para la comprensión de la situación y para que su entendimiento permita una convivencia con inclusión y respeto del “otro”.

3.2.2 Violencia: “La noche aún debe recorrer un largo camino hasta su muerte”

Las expresiones de violencia son diversas, aquella que nos produce más miedo es precisamente la que nos acosa a diario, la violencia delincuencial y sus perpetradores: jóvenes entre 14 y 25 años (Briceño-León, 2012, p. 3063; Trigo, 2004, p. 58). Esta epidemia viene enlutando hogares a partir del Caracazo1, pero es a comienzos de siglo cuando el incremento de homicidios es mayor, unos 13.000 al año (Briceño-León, 2007, p. 226; Rotker, 2000, p. 10); a finales del 2015 son 27.875 (Observatorio Venezolano de Violencia, 2015, párrs. 11, 14), este aumento consecutivo y alarmante en la cifra de homicidios nos ha llevado a ser considerado el país más violento del continente. En los casos específicos de violencia contra la mujer, un hecho poco visible —la más oculta, silenciada y aceptada en las culturas y sociedades— el Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres reporta que cuatro mujeres mueren a diario en el país y solo un caso es denunciado de once que ocurren (García, 2013, p. 8). Finalmente, la violencia política que se vive desde 1999 producto de: la división de la sociedad venezolana fomentada desde una verbosidad vehemente, ruda, arbitraria y transgresora del presidente venezolano electo en 1998 (Salas, 2004); la inestabilidad política producida por los enfrentamientos entre oficialistas y opositores; una polarización que se profundiza con el pasar de los años (Almandoz, 2012; Irazábal y Foley, 2012); y la construcción del “odio, el miedo y el terror”, la falta de reconocimiento y la exclusión del semejante (Salas, 2004, p. 146). De esta realidad social los escritores toman referencias para construir sus relatos y plantearnos a través de ellos, además de las motivaciones, algunas de sus causas, actores, consecuencias e impactos de la violencia (Azuaje, 2009, “Buscando su muerte natural”; Ber, 2004, “Masacre de putas antes de cenar”; Blanco, 2006, “Uñas asesinas”; García, 2007, “Bailando en el agua”; García, 2010, “El bonsái de Macarena”; García, 2011, “Vistiendo a Matías”; Kozak, 2011, “Rapsodia para el mulo”; “Vuelta a la patria”; entre otros). La ficción deja un claro registro de este alarmante problema que enfrentan los venezolanos en esta época. Nos previene sobre las graves consecuencias de esta tragedia y pone en cuestión la responsabilidad del Estado en lo relativo a prevención, justicia, reparación, comisión de hechos punibles e impunidad.

3.2.3 Migración: “Qué lejos están mi tierra, mi casa y mi gente”

Los procesos de modernización del país y la evolución progresiva hacia la urbanización de los territorios han dado paso al fenómeno de la migración; un fenómeno que ha visto la movilización interna de los venezolanos, las llegadas al país de diferentes grupos: europeos, latinoamericanos y centroamericanos (Almandoz, 2011; De la Vega, 2012). Sin embargo, este desarrollo de importantes picos en los años 30, 50 y 70 del siglo XX impulsados por la huida de la pobreza, la búsqueda de riqueza y el refugio político fueron las principales motivaciones que estimularon a importantes grupos de inmigrantes (Cartay, 2005; De la Vega, 2012; De la Vega y Vargas, 2014; Ramos, 2010), ha revertido el papel de país receptor al de exportador de personas. Luego del Caracazo y hasta ahora se ha desarrollado de forma continuada la movilización de venezolanos fuera del país, el motivo no ha sido solo económico, sino que se ha ampliado a otras razones de orden social, político e institucional que afectan al país y sus habitantes (De la Vega, 2012; Freitez, 2011; León, 2015). Frente a la crisis galopante existente los venezolanos tenemos memoria de las causas del deterioro y del origen de los innumerables problemas que nos afectan, de las razones que han provocado la huida de miles de compatriotas. El tema de la migración es abordado con amplitud en los relatos por los diferentes autores (Ber, 2004, “El viaje”; Ber, 2009, “La vida en colores”; García, 2010, “El aliento de los cedros”; García, 2011, “Akuma contra el tiempo”; Kozak, 2011, “Vuelta a la patria”; entre otros), en su tratamiento intentan mostrarnos una Venezuela distinta, receptora de un importante número de inmigrantes quienes encontraron en el país la solución a sus ingentes problemas; también buscan destacar para los venezolanos que han emigrado o piensan hacerlo, situaciones como el desarraigo, los abandonos y las pérdidas de lo que se deja, las añoranzas, las novedades del destino, los acomodos y la adaptación a los nuevos lugares, las ganancias y aprendizajes de la naciente residencia, el posible regreso al país.

3.2.4 Situación sociopolítica de Venezuela: “La medida de la vida misma”

Historias de contenido sociopolítico conforman el tema, en ellas es posible establecer una cronología con los hechos resaltantes en esta materia que se han experimentado en el país en los comienzos de siglo. La crisis general de la sociedad que tiene sus inicios en la década de los ochenta del siglo pasado y que se expresa en una grave problemática socioeconómica constituye la base sobre la que se erige el nuevo gobierno que gana las elecciones presidenciales del año 1998 (López Maya, 2008; 2009). Un gobierno de orientación populista con un discurso divisionista que contrapone sujetos políticos antagónicos (López Maya y Panzarelli, 2011; Petkoff, 2005). A la polarización promovida y el ambiente de conflictividad, se agregan prácticas gubernamentales antidemocráticas que llevan al cuestionamiento de parte de un sector de la población que se opone enérgicamente a través de la exigencia de la renuncia del presidente, paros, protestas, referendos (Freitez, 2011; Salas, 2004). Esta resistencia de la sociedad civil organizada ha venido a ser una respuesta a la situación de odio y discordia creados, a la perdida de libertades y violación sostenida de los derechos humanos de los venezolanos. Prácticas que no han resultado ajenas de la represión de la fuerza pública, con el consecuente saldo de detenidos, muertos y heridos. Al escenario del antagonismo reinante se agrega la fuerte presencia militar en el discurso y en la gestión gubernamental (Arenas, 2005; Guerrero, 2013). La convicción de que esto no se puede olvidar para que nunca vuelva a suceder, pareciera ser el interés de los autores al tratar el tema de la situación sociopolítica del país de modo extenso en sus relatos; también aquí la ficción quiere dejar evidencia suficiente de una ganancia importante de estos tiempos: la conciencia y defensa de los derechos políticos que tenemos como ciudadanos, el fortalecimiento de nuestra ciudadanía (Blanco, 2007; “Los golpes de la vida”; “Los invencibles”; Kozak, 2011, “El circo roto”; “Grito hacia Roma (Desde la torre del Chrysler Building)”; “Términos de comparación”; “Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío”; entre otros ). Un modo diferente de entender lo que hemos vivido en estos años duros de lucha incansable.

Los temas tratados hasta aquí corresponden a situaciones pertenecientes al espacio público, es decir, se trata de hechos visibles, audibles con difusión colectiva, de conocimiento y manejo común (Arendt, 2009). Su acceso libre para todos (Rabotnikof, 2008) queda garantizado por ser eventos que acontecen en el espacio abierto y son objeto del debate público (Augè, 2009), porque se presentan asuntos que competen a todos. La narrativa nos ofrece un trabajo exhaustivo sobre cuestiones de atención colectiva que caracterizan la época, en el interés de preservarlas y con la clara intención de no olvidarlas. Destaca, asimismo, el reconocimiento a situaciones que acontecen y son motivo del debate colectivo: puesta a prueba de capacidades, prácticas culturales determinadas, dificultades, facultades fortalecidas, responsabilidades asumidas y desafíos que confrontan a venezolanos de inicios de siglo. La ficción propone aquí opciones posibles para enfrentar obstáculos, para desviar el rumbo a situaciones indeseables y vigorizar las prácticas ciudadanas, deja como legado el registro de lo que sucede para no olvidarlo ni repetirlo y nos entrega lo que prometen ser salidas honrosas a las dificultades que hoy sobrellevamos como país.

4 Conclusiones

En el curso de la investigación hemos logrado conocer de cerca las formas en que algunos relatos de la literatura venezolana contemporánea nos ofrecen versiones de la realidad social que la inspiran y ella se encarga no solo de reconocer, recrear y plantear con sentido crítico, sino de registrar los diferentes eventos que la definen; de esta manera intenta garantizar la pervivencia del imaginario de estos tiempos, a través de la conservación de la memoria social de los venezolanos en la época contemporánea. Adicionalmente contribuye con la construcción de nuevos imaginarios sociales al proponer nuevas miradas y distintas opciones a la situación existente, desde aquí predice futuros cercanos que podemos vivir, los cuales comienzan a proyectarse de modo diferente a partir de ahora. Así, la literatura, en su forma de memoria social narrativa, recupera de la memoria social viva imaginarios contemporáneos y los fija, luego, estos serán los pasados recientes de futuros cercanos, crea e instituye nuevos imaginarios que alimentarán la memoria inmediata que nos disponemos a construir.

El país de inicios de siglo que se representa en la ficción reconoce la realidad social y es fiel a su acontecer, solo que más que ser una escritura documental o testimonial de la historia venezolana reciente, la recrea y la trasforma a partir de las acciones de personajes concretos situados —que tienen origen en la creación literaria— dan vida a situaciones, eventos y sucesos determinados en contextos específicos. A través del proceso creador se ofrecen opciones para dar solución a los problemas que aquejan a hombres y mujeres, esto es, se proponen mundos posibles que nos devuelven una realidad en sustitución de lo cotidiano.

Nuestro mundo interno, la vida emotiva, sus necesidades, exigencias y autonomía se ven reconocidos, con el registro escrito se preservan procesos personales y se resguarda la memoria de los hechos que afectan positiva y negativamente al venezolano de hoy en su singularidad. Igualmente hay un pronunciamiento frente a los asuntos de atención colectiva de la época, en ello se refleja una búsqueda de preservarlos con la clara intención de no olvidarlos. Se proponen otras miradas y distintas opciones frente a la realidad existente: desde el cuestionamiento de lo creado, con propuestas sobre lo posible, a través de la anticipación de opciones diferentes para el futuro. El país de la ficción en la memoria narrativa hace al relato inextinguible, sus lectores tendrán la libertad de la comprensión a su modo y tiempo propios.

Esta perspectiva de la representación del país que recoge el corpus analizado ofrece alusiones concretas al contexto, a los hechos y a momentos históricos específicos. Recrea y entrega versiones nuevas, libres y diferentes en un afán por ‘contar’ sobre lo que sucede y preservar así nuestra memoria cultural. También busca proponer desde una postura creadora y de innovación, un país alternativo de reencuentro, armonía, respeto, solidaridad, amistad… Es en estas dedicaciones que se teje su “verdad”.

5 Referencias

Acción Ciudadana Contra el Sida –ACCSI (2013). Crímenes de odio por orientación sexual, identidad de género y expresión de género. Informe Venezuela 2013. Caracas: ACCSI/ONUSIDA. Recuperado el 15 de abril de 2016, de: http://unaventanaalalibertad.org/wp-content/uploads/2017/01/ACCSI-2013-Informe-Crimenes-de-odio-por-homofobia-Revision-Hemerografica-Enero-2009-Agosto-2013.pdf

Agudelo, Pedro Antonio (2011). (Des) hilvanar el sentido/los juegos de Penélope. Una revisión del concepto imaginario y sus implicaciones sociales. Uni-Pluri/Versidad, 11(3), 1-18. https://doi.org/10.25100/lenguaje.v39i1.4929

Alario, Antonietta (2012a). La visión de lo social en la narrativa actual. En Antonietta Alario, Angel Infante, María Martínez, Mario Morenza Rebeca Pineda & Carlos Sandoval (Eds.), Leer la realidad: Estudios críticos sobre el contexto en la narrativa venezolana (pp. 13-22). Caracas: EBUC-UCV.

Alario, Antonietta (2012b). Política e ideología en la narrativa de la última década. En Antonietta Alario, Angel Infante, María Martínez, Mario Morenza, Rebeca Pineda & Carlos Sandoval (Eds.), Leer la realidad: Estudios críticos sobre el contexto en la narrativa venezolana (pp. 23-36). Caracas: EBUC-UCV.

Alario, Antonietta (2012c). La realidad sociopolítica actual desde la perspectiva del intelectual venezolano. En Antonietta Alario, Aangel Infante, María Martínez, Mario Morenza, Rebeca Pineda & Carlos Sandoval (Eds.), Leer la realidad: Estudios críticos sobre el contexto en la narrativa venezolana (pp. 37-50). Caracas: EBUC-UCV.

Allier, Eugenia (2008). Los Lieux de mémoire: una propuesta historiográfica para el análisis de la memoria. Historia y Grafía,31, 165-192. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58922941007

Almandoz, Arturo (2011). El imaginario de la ciudad venezolana: de 1958 a la metrópoli parroquiana. Aproximación desde la historia cultural urbana. Cuadernos de Geografía. Revista Colombiana de Geografía, 20(1), 9-20.
 https://doi.org/10.15446/rcdg.v20n1.23063

Almandoz, Arturo (2012). Introducción: Caracas, entre la ciudad guzmancista y la metrópoli revolucionaria. En Arturo Almandoz (Ed.), Caracas, de la metrópoli súbita a la meca roja (pp. 9-25). Quito: OLACCHI.

Arenas, Nelly (2005). El gobierno de Hugo Chávez: populismo de otrora y de ahora. Nueva Sociedad, 200, 38-50. Recuperado el 16 de mayo de 2016, de: http://nuso.org/media/articles/downloads/32951.pdf

Arendt, Hannah (2009). La condición humana. Barcelona: Paidós.

Aristóteles (2001). Ética a Nicómaco. Madrid: Alianza Editorial.

Augè, Marc (2009). No lugares y espacio público. En Viviendo al Margen. Recuperado de: http://issuu.com/dservetti/docs/05_auge

Azuaje, Ricardo (2007). Tres novelas cortas. Cumaná: Universidad de Oriente, Dirección de Cultura y Extensión.

Azuaje, Ricardo (2009). Ella está próxima y viene con pie callado. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Barrera Linares, Luis (2005). La negación del rostro. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Barrera Linares, Luis (2006). Nueva narrativa venezolana: de la urbe para el orbe. En Ana Teresa Torres & Héctor Torres (Comps.), De la urbe para el orbe. Nueva narrativa urbana (pp. 7-17). Caracas: Alfadil.

Bauman, Zigmunt (2007). Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores. Barcelona: Paidós.

Bauman, Zigmunt (2010). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.

Becerra, Witton (2010). Llegados de otro lado. Las inmigraciones en América desde la ficción narrativa. Comunicación presentada en XXXVIII Congreso Internacional del Instituto de Literatura Iberoamericana (IILI), Universidad de Georgetown, Washington, DC. Recuperado el 3 de abril de 2016, de: http://www.iiligeorgetown2010.com/2/pdf/Becerra-Mayorga.pdf

Benjamin, Walter (1991). El narrador. Madrid: Taurus.

Ber, Krina (2004). Cuentos con agujeros. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Ber, Krina (2009). Para no perder el hilo. Caracas: Mondadori.

Blanco, Rodrigo (2006). Una larga fila de hombres. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Blanco, Rodrigo (2007). Los invencibles. Caracas: Literatura Mondadori.

Blanco, Rodrigo (2011). Las rayas. Caracas: Puntocero.

Blanchot, Maurice (1994). El paso (no) más allá. Barcelona: Paidós.

Briceño-León, Roberto (2007). Sociología de la violencia en América Latina. Quito: FLACSO.

Briceño-León, Roberto (2012). La comprensión de los homicidios en América Latina: ¿pobreza o institucionalidad? Ciência & Saúde Coletiva, 17(12), 3159-3170. https://doi.org/10.1590/s1413-81232012001200002

Bruner, Jerome (2002). La fábrica de historias. Derecho, literatura y vida. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.

Bruner, Jerome (2006). Actos de significado. Madrid: Alianza.

Bustillo, Carmen (1995). El ente de papel. Un estudio del personaje en la narrativa latinoamericana. Caracas: Vadell Hermanos.

Cabruja, Teresa; Íñiguez, Lupicinio & Vázquez, Félix (2000). Cómo construimos el mundo: relativismo, espacios de relación y narratividad. Anàlisis, 25, 61-94. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/28051592_Como_construimos_el_mundo_relativismo_espacios_de_relacion_y_narratividad

Cartay, Rafael (2005). Aportes de los inmigrantes a la conformación del régimen alimentario venezolano en el siglo XX. Agroalimentaria, 20, 43-55. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/1992/199216551003.pdf

Cartaya, Vanessa (2013). El mundo que queremos más allá del 2015. Consulta nacional de la sociedad civil Venezuela. Las Metas del Milenio en Venezuela. Caracas: SINERGIA. Recuperado el 11 de mayo de 2016, de: http://www.derechos.org.ve/pw/wp-content/uploads/informe-metas-del-milenio-en-venezuela-resumen.pdf

Castoriadis, Cornelius (2002). La institución imaginaria de la sociedad. En Eduardo Colombo (Coomp.), El imaginario social (pp. 27-63). Montevideo: Nordan-Comunidad.

Castoriadis, Cornelius (2012). La institución imaginaria de la sociedad. Buenos Aires: Tusquets.

Chavarría, Gabriela (2010). Literatura y subjetividades migrantes.  Ixchel, vol. 2. Recuperado el 8 de abril de 2016, de: http://www.revistaixchel.org/attachments/093_Literatura%20y%20subjetividades%20migrantes.pdf

CECODAP (2008). Somos Noticia, octubre 2007 / septiembre 2008. Situación de los derechos de la niñez y adolescencia en Venezuela a la luz de la convención sobre los derechos del niño. Caracas: autor. Recuperado el 11 de mayo de 2016, de: http://www.cecodap.org.ve/descargables/derechosNNA/Somos_Noticia_2007-2008.pdf

CECODAP (2015). Somos Noticia, año 2015. Un panorama sobre diferentes formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes. Caracas: autor. Recuperado el 11 de mayo de 2016, de: http://www.cecodap.org.ve/descargables/derechosNNA/Informe_Somos_Noticia_2015.pdf

Coddetta, Carolina (2009). Prostitución y tráfico de mujeres y niñas: un problema global. Módulos / Prostitución y Tráfico de Mujeres y Niñas. Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres. Recuperado el 16 de marzo de 2016, de: http://observatorioddhhmujeres.org/modulos/prostitucion%20e-a-3.htm

Colombo, Eduardo (2002). La utopía contra la escatología. En Eduardo Colombo (Comp.), El imaginario social (pp. 213-232). Montevideo: Nordan-Comunidad.

Cuesta, Josefina (1998). Memoria e historia. Un estado de la cuestión. En Josefina Cuesta (Ed.), Memoria e historia, (pp. 203-224). Madrid: Marcial Pons. Recuperado el 15 de abril de 2016, de: http://www.ahistcon.org/PDF/numeros/ayer32_MemoriaeHistoria_Cuesta.pdf

De la Vega, Iván (2012). Venezuela está perdiendo su capital más importante: El intelectual. VenEconomía Social, 29(11), 4-7.

De la Vega, Iván & Vargas, Claudia (2014). Emigración intelectual y general en Venezuela: una mirada desde dos fuentes de información. Bitácora-e Revista Electrónica Latinoamericana de Estudios Sociales, Históricos y Culturales de la Ciencia y la Tecnología, 1, 66-92. Recuperado de: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/38748/3/articulo3.pdf

España, Luis Pedro (2009). Detrás de la pobreza. Diez años después. Caracas: Asociación Civil para la Promoción de Estudios Sociales; Universidad Católica Andrés Bello.

España, Luis Pedro (2014). Encuesta sobre condiciones de vida Venezuela 2014. Pobreza y programas sociales. Caracas: UCAB, UCV, USB, LACSO. Recuperado de: http://www.rectorado.usb.ve/vida/sites/default/files/pobreza.pdf

Fernández-Christlieb, Pablo (2009). Lo psicosocial. El Alma Pública. Revista desdisciplinada de Psicología Social, 2(4), 41-48.

Foucault, Michel (1999). Literatura y conocimiento. Mérida: Universidad de Los Andes/Editorial Venezolana.

Freitez, Anitza (2011). La emigración desde Venezuela durante la última década. Temas de Coyuntura, 63, 11-38.

Gadamer, Hans Georg (1998). Arte y verdad de la palabra. Barcelona: Paidós.

Gadamer, Hans Georg (2000a). Verdad y método I. Salamanca: Sígueme.

Gadamer, Hans Georg (2000b). Verdad y método II. Salamanca: Sígueme.

Gadamer, Hans Georg (2000c). Elogio de la teoría. Discursos y artículos. Barcelona: Península.

Gadamer, Hans Georg (2013). Hermenéutica, estética e historia. Antología. Salamanca: Sígueme.

García, Enza (2007). Cállate poco a poco. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

García, Enza (2010). El bosque de los abedules. Valle de Sartenejas, Baruta, Miranda: Equinocio.

García, Enza (2011). Plegarias para un zorro. Caracas: bid & co. Editor.

García, Evangelina (2013). La violencia de género en Venezuela y sus manifestaciones generales en el Área Metropolitana de Caracas. Caracas: Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales – ILDIS.

Gergen, Kenneth (1996). Realidades y relaciones. Aproximaciones al construccionismo social. Madrid: Paidós.

Gergen, Kenneth (2007). Construccionismo social, aportes para el debate y la práctica (Comp. Estrada, Angel y Diazgranados, Silvia). Bogotá: Universidad de Los Andes.

Gergen, Kenneth (2015). El ser relacional. Más allá del yo y de la comunidad. Bilbao: Desclée De Brouwer, S.A.

González, Silverio (2012). Espacio y dinámica de la ciudad violenta. En Arturo Almandoz (Ed.), Caracas, de la metrópoli súbita a la meca roja (pp. 199-211). Quito: OLACCHI.

Grondin, Jean (2002). Introducción a la hermenéutica filosófica. Barcelona: Herder.

Grondin, Jean (2003). Introducción a Gadamer. Barcelona: Herder.

Grenoville, Carolina (2010). Memoria y narración. Los modos de re-construcción del pasado. Andamios. Revista de Investigación Social, 7(13), 233-257. https://doi.org/10.29092/uacm.v7i13.125

Guerra, Rubi (2007). 21 del XXI: Antología del cuento venezolano del siglo XXI. Caracas: Ediciones B.

Guerrero, Gustavo (2013). Todos los rostros de Venezuela, En Silda Cordoliami (Coord.), Pasaje de ida. 15 escritores venezolanos en el exterior (pp. 11-22). Caracas: Alfa.

Halbwachs, Maurice (2004). Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Anthropos.

Hurtado, Samuel (1995). Cultura matrisocial y sociedad popular en América Latina. Caracas: Fondo Editorial Tropykos, Comisión de Estudios de Postgrado UCV.

Hurtado, Samuel (1998). Matrisocialidad. Exploración en la estructura psicodinámica básica de la familia venezolana. Caracas: FACES – UCV.

Hurtado, Samuel (1999). La sociedad tomada por la familia. Caracas: EBUC-UCV.

Huyssen, Andreas (2002). Pretéritos presentes: medios, política, amnesia. En Andreas Huyssen (Comp.), En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización (pp. 13-40). México D. F.: Fondo de Cultura Económica, Goethe Institut. Recuperado el 18 de abril de 2016, de: http://lapetus.uchile.cl/lapetus/archivos/1300886827Pret%C3%A9ritospresentesmedios,pol%C3%ADtica,amnesia.AndreasHuyssen.pdf

Irazábal, Clara & Foley, John (2012). Espacio, revolución y resistencia: Lugares ordinarios y eventos extraordinarios en Caracas. En Arturo Almandoz (Ed.), Caracas, de la metrópoli súbita a la meca roja (pp. 285-322). Quito: OLACCHI.

Jodelet, Denise (2010). La memoria de los lugares urbanos. ALTERIDADES, 20(39), 81-89. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/747/74720828007.pdf

Kozak, Gisela (2008). Pecados de la capital y otras historias. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Kozak, Gisela (2011). En Rojo (Narración coral). Caracas: Alfa.

León, Luis Vicente (2015, 13 de septiembre). El drama de un adiós forzado. La preocupación no es sólo por los que se fueron, sino por los que se quieren ir. El Universal, Opinión. Recuperado de: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/drama-adios-forzado_19474

Lipovetsky, Gilles (1993). Espacio privado y espacio público en la era postmoderna. Sociológica, 22, 1-10. Recuperado de: http://www.revistasociologica.com.mx/pdf/2212.pdf

López, Antonio (2006). Las voces secretas. El nuevo cuento venezolano. Caracas: Alfaguara.

López Maya, Margarita (2008). Venezuela: Hugo Chávez y el bolivarianismo. Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 14(3), 55-82.

López Maya, Margarita (2009). Venezuela: el gobierno de Hugo Chávez y sus fuerzas bolivarianas. México, D. F.: Instituto Federal Electoral.

López Maya, Margarita & Panzarelli, Dinolis (2011). Populismo, rentismo y socialismo del siglo XXI: el caso venezolano. RECSO –Revista de Ciencias Sociales, 2(2), 39-6. Recuperado el 16 de mayo de 2016, de: http://recso.ucu.edu.uy/inicio/item/download/14.html

Llorens, Manuel (2005) (Comp.). Niños con experiencia de vida en la calle. Una aproximación psicológica. Buenos Aires: Paidós.

Mackenbach, Werner & Ortiz, Alexandra (2008). (De)formaciones: violencia y narrativa en Centroamérica. Iberoamericana, 8(32), 81-97. Recuperado de: http://www.iai.spk-berlin.de/fileadmin/dokumentenbibliothek/Iberoamericana/2008/Nr_32/32_Mackenbach_y_Ortiz.pdf

Martín-Baró, Ignacio (Coord.) (2000). Psicología social de la guerra. San Salvador: UCA.

Mendoça, Kátia (2012). Del mal contra los niños. En Olga Belmonte (Coord.), Pensar la violencia, la justicia y la libertad (pp. 325-341). Madrid: Universidad Pontificia Comillas de Madrid.

Mendoza, Jorge (2004). Las formas del recuerdo. La memoria narrativa. Atenea Digital, 6, 1-16. https://doi.org/10.5565/rev/athenead/v1n6.158

Mendoza, Jorge (2011). La tortura en el marco de la guerra sucia en México: un ejercicio de memoria colectiva. Polis, 7(2), 139-179. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/polis/v7n2/v7n2a6.pdf

Moll, Nora (2002). Imágenes del “otro”. La literatura y los estudios interculturales. En Armando Gnisci (Coord.), Introducción a la literatura comparada (pp. 347-389). Barcelona: Crítica.

Moreno, Alejandro (1994). ¿Padre y Madre? Cinco estudios sobre la familia venezolana. Caracas: Centro de Investigaciones Populares.

Moreno, Alejandro (1995). La familia popular venezolana. Caracas: Centro de Investigaciones Populares-Centro Gumilla.

Moreno, Alejandro (2014, 19 de enero). En el país hay una subcultura de malandros para quienes matar da prestigio y poder. Correo del Orinoco, 15-17. Recuperado de: https://issuu.com/correo_del_orinoco/docs/co1561

Moreno, Alejandro; Brandt, Juan; Campos, Alexander; Navarro, Rafael; Pérez, Mirla; Rodríguez, William & Varela, Yadira (1998). Historia-de-vida de Felicia Valera. Caracas: Fondo Editorial CONICIT.

Moreno, Alejandro; Luna, Pedro; Brandt, Juan; Campos, Alexander; Navarro, Rafael; Pérez, Mirla; Rodríguez, William & Varela, Yadira (2002). Buscando padre. Historia-de-vida de Pedro Luis Luna. Valencia Venezuela: Delforn C. A.

Nieves, Alberto & Franco, Quiteria (2015). La discriminación y la impunidad no son iguales ante la ley. Caracas: Red LGBTI. Recuperado de: http://www.derechos.org.ve/pw/wp-content/uploads/Informe-situacion-de-los-DDHH-de-personas-LGBTI-en-Venezuela-CIDH-marzo-2015.pdf

Nora, Pierre (1984). Entre mémoire et histoire, la problématique des lieux, in Pierre Nora (Dir.), Les lieux de mémoire, I. La République (pp. XVI-XLII). Paris: Gallimard. Recuperado de: https://perso.univ-lyon2.fr/~jkempf/LDM_intro.pdf

Observatorio Venezolano de Violencia - OVV (2015). Informe del Observatorio Venezolano de Violencia 2015. Caracas: autor. Recuperado de: http://observatoriodeviolencia.org.ve/2015-tasa-de-homicidios-llego-a-90-por-cada-100-mil-habitantes/

Pacheco, Carlos (2007). Prólogo. En Ana Teresa Torres & Héctor Torres (Comps.), Quince que cuentan. II Semana de la Nueva Narrativa Urbana (pp. XI-XVIII). Caracas: Fundación Cultura Urbana.

Pageaux, Daniel-Henri (1994). De la imaginería cultural al imaginario. En Pierre Brunel & Yves Chevrel (dirs.), Compendio de literatura comparada (pp. 101-126). México D. F.: Siglo XXI.

Papalia, Diane (2012). Desarrollo Humano. México D. F.: Mc Graw Hill.

Pavel, Thomas (1995). Mundos de ficción. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Payares, Gabriel (2008). Cuando bajaron las aguas. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Payares, Gabriel (2012). Hotel. Caracas: Puntocero.

Petkoff, Teodoro (2005). Las dos izquierdas. Nueva sociedad, 197, 114-128. Recuperado de: http://nuso.org/media/articles/downloads/32631.pdf

Pichon-Rivière, Enrique (1999). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social. Buenos Aires: Nueva visión.

Pozuelo-Yvancos, José María (1994). La ficcionalidad: estado de la cuestión. Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica, 3, 265-283. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/signa-revista-de-la-asociacion-espanola-de-semiotica--11/html/dcd92a92-2dc6-11e2-b417-000475f5bda5_27.html

Presas, Axel (2008). Pensar en La Habana: Literatura, memoria y ciudad en el discurso de tres escritores cubanos. Graduate School Theses and Dissertations. Paper 458. University of South Florida (USF)Scholar Commons. Recuperado de: https://scholarcommons.usf.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1457&context=etd

Puig, María del Pilar (2010). Prólogo. En Ana Teresa Torres & Héctor Torres (Comps.), Tiempos de ciudad. III y IV Semana de la Nueva Narrativa Urbana 2008-2009 (pp. 1-12). Caracas: Fundación Cultura Urbana.

Ramos, Froilán (2010). La inmigración en la administración de Pérez Jiménez (1952-1958). Heurística, Revista digital de historia de la educación, 13, 94-101. Recuperado de. http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/36028/articulo8.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Recagno-Puente, Ileana (1998). Familia y exclusión social. AVEPSO, Fascículo 9, 41-61.

Recagno-Puente, Ileana (2002). Socialización de la adolescente: género, vida cotidiana y embarazo adolescente en familias populares. En Ileana Recagno-Puente (Comp.), Educación y familia: proyecciones sociales y educativas (pp. 77-100). Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Central de Venezuela.

Recagno-Puente, Ileana & Platone, María Luisa (1998), La familia venezolana contemporánea: Retos y alternativas. AVEPSO, Fascículo 9, 63-71.

Reisz, Susana (1979). Ficcionalidad, referencia, tipos de ficción literaria. LEXIS, 3(2), 99-170. Recuperado de: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/lexis/article/download/4679/4684

Reyes, Lila (2003). Investigación gerontológica y políticas sociales de atención al adulto mayor en Venezuela. Telos, 5(2), 214 – 227. Recuperado de: https://www.urbe.edu/UDWLibrary/ArticulosAdvance.do?operator=EMPTY&tag=100&word=Reyes,%20L

Ricoeur, Paul (2006). Del texto a la acción. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Rincón, Brígida (2012). En deuda con los adultos de la tercera edad. SIC – 749, 403-409.

Rivas, Luz Marina (1999). La mirada femenina de la historia en la narrativa venezolana contemporánea. Voz y Escritura, 8-9, 23-44. Recuperado de: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/32145/2/articulo2.pdf

Rivas, Luz Marina (2010). La urbe a la intemperie. En Ana Teresa Torres y Héctor Torres (Comps.), Tiempos de ciudad. III y IV Semana de la Nueva Narrativa Urbana 2008-2009 (pp. 125-133). Caracas: Fundación Cultura Urbana.

Rivas, Luz Marina (2011). ¿Irse o quedarse? La migración venezolana en la narrativa del siglo XXI. Jornadas de Investigación Humanística y Educativa, Universidad de Los Andes, San Cristóbal-Táchira. Recuperado de: https://www.academia.edu/3860554/Irse_o_quedarse._La_migraci%C3%B3n_venezolana_en_la_narrativa_del_siglo_XXI

Rabotnikof, Nora (1998). Público-Privado. Debate feminista, 8, 3-13. Recuperado de: http://www.debatefeminista.cieg.unam.mx/wp-content/uploads/2016/03/articulos/018_01.pdf

Rabotnikof, Nora (2008). Lo público hoy: lugares, lógicas y expectativas Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 32, 37-48. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Quito, Ecuador.  https://doi.org/10.17141/iconos.32.2008.288

Romo, Fernando (2007). Hermenéutica, interpretación, literatura. Barcelona: Anthropos; México D. F.: UAM-Iztapalapa, Div. Ciencias Sociales y Humanidades.

Rotker, Susana (2000). Ciudades escritas por la violencia. (A modo de introducción). En Susana Rotker (Ed.). Ciudadanías del miedo (pp. 7-22). Caracas: Nueva Sociedad.

Salas, Yolanda (2004). La guerra de símbolos y espacios de poder. El caso Venezuela. En Alejandro Grimson (Comp.), La cultura en las crisis latinoamericanas (pp. 145-176). Buenos Aires: Clacso.

Sandoval, Carlos (2013). ¿De qué va el cuento? Antología del relato venezolano 2000-2012. Caracas: Alfaguara.

Suárez, José (2011a). La literatura testimonial como representación de pasados violentos en México y Colombia: “Siguiendo el corte” y “Guerra en el paraíso”. Iberofórum. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana, 6(11), 57-82. Recuperado de: https://ibero.mx/iberoforum/11/pdf/3.SUAREZ.pdf

Suárez, José (2011b). La literatura testimonial de las guerras en Colombia: entre la memoria, la cultura, las violencias y la literatura. Universitas Humanística, 72, 275-296. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/unih/n72/n72a12.pdf

Todorov, Tzvetan (1974). Literatura y significación. Barcelona: Planeta.

Trigo, Pedro (2004). La cultura de barrio. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello.

Vásquez, Félix (2001). La memoria como acción social. Relaciones significado e imaginario. Barcelona: Paidós.

Vattimo, Gianni (1990). El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona: Gedisa

Visacovsky, Sergio (2007). Cuando las sociedades conciben el pasado como “memoria”: un análisis sobre verdad histórica, justicia y prácticas sociales de narración a partir de un caso argentino. Antípoda,4, 49-74.  https://doi.org/10.7440/antipoda4.2007.03