Reseña de Álvaro (2018) (coord.) La Interacción Social

Review of Álvaro (2018) (coord.) La Interacción Social

José Ramón Torregrosa Peris (1940-2016) fue el introductor de la Psicología Social en España y uno de los impulsores de la modernización académica en este país. Fue el primer catedrático de Psicología Social en España en la Universidad Complutense de Madrid y fundador del primer departamento de esta área en el país. El libro que presentamos en esta reseña es un homenaje a su persona y a la disciplina que ayudó a nacer en el mundo hispanohablante.

El coordinador de este texto es José Luis Álvaro Estramiana, catedrático de Psicología Social en la Universidad Complutense de Madrid y discípulo de José Ramón Torregrosa. A él se le agradece su excelente papel de hábil y experimentado director de orquestra, que sabe tutelar, a través de los 30 capítulos distribuidos en dos partes, cada aportación de los numerosos científicos y profesionales que han conocido a José Ramón Torregrosa a lo largo de su carrera académica y personal. El libro, a parte de acompañarnos en la vida y en la obra de uno de los más importantes académicos españoles, es también rico en anécdotas e intimidades contadas de primera mano que a muchos lectores les interesará conocer. La increíble tarea del coordinador se aprecia y contempla en estos textos escritos especialmente para trazar estos lazos entre la obra de José Ramón Torregrosa y la Psicología Social en España con el resto del mundo.

En la primera parte de este libro se encuentran las memorias de los grandes nombres de esta disciplina, tanto a nivel nacional como internacional, que han querido dejar testimonios de sus experiencias académicas, intelectuales y vitales compartidas con José Ramón Torregrosa en distintos momentos (científicos y personales) y ámbitos (tantos nacionales como internacionales). En la segunda parte del libro se recogen trabajos inéditos sobre algunas de las principales líneas teóricas y de investigación desarrolladas y promovidas por el homenajeado a lo largo de su vida y retomadas por otros importantes investigadores de renombre: epistemología, teorías psicosociológicas e historicidad; interaccionismo simbólico; identidad personal, valores y psicosociología política; trabajo, desempleo y salud mental; emociones; sociología clínica y psicología social de la salud; y nacionalismo.

La aportación de José Ramón Torregrosa a la Psicología Social, y que en parte viene descrita y ampliada en este libro, es inmensa. La visión del autor se centró, sobre todo, en una Psicología Social sociológica, focalizada en la interacción entre individuo y sociedad, como bien señala Teresa González de la Fe en un capítulo muy ilustrativo sobre los orígines y desarrollo del interaccionismo simbólico. Su pensamiento se sitúa en un lugar intermedio entre la psicología y la sociología, entendiendo al individuo como parte misma de la sociedad y sabiendo mezclar con genialidad y pericia lo importante de ambas disciplinas. Por esta razón su obra no se queda solamente entre los muros de las facultades de Psicología, sino que sale de allí y coge impulsos de otras visiones y perspectivas, mezclándose con otras áreas de las Ciencias Sociales y Humanas, como la Sociología, la Antropología y la Filosofía.

Eduardo Crespo, uno de los históricos compañeros del autor en el emblemático departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid, nos presenta un enfoque social sobre las emociones, introduciéndonos al texto pionero que José Ramón Torregrosa publicó en el 1984 sobre sociología de las emociones. En su esbozo se hace evidente la preocupación de ambos científicos por el auge del reduccionismo biologicista que algunos neurocientificos han mantenido a lo largo de estas ultimas décadas hasta la actualidad. Eduardo Crespo nos recuerda la importancia de la estructura sociocultural en la generación de emociones. Se trata de una alarma que se hace evidente cuando en una ciencia que se define explícitamente como “social” sea prácticamente nula la reflexión sobre la sociabilidad de los individuos y su condición política, dejando completamente aisladas las emociones que conforman a los sujetos.

Concepción Fernández Villanueva, otra emblemática compañera de José Ramón Torregrosa, se centra en un tema fundamental en la Psicología Social, la interacción social y la subjetividad. La autora nos presenta la radical dependencia de los otros individuos en la constitución de toda nuestra subjetividad y, sobre todo, en todas y cada una de nuestras acciones. En su capítulo, nos enseña las bases para pensar y reflexionar una Psicología Social sociológica, en la cual las personas sean microestructuras relacionales, intersubjetivas, construidas con y desde lo social. Gracias a este capítulo es posible comprender de forma profunda estas estructuras, tan importantes para todo científico social, pero tan complejas y difíciles de analizar si solo nos centramos en herramientas positivistas.

Saliendo de las paredes del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid nos dirigimos a otro importante departamento de Psicología Social donde el trabajo de José Ramón Torregrosa ha sido muy emblemático: la Universitat Autónoma de Barcelona, donde Tomás Ibañez antes, y más tarde Lupicinio Íñiguez-Rueda, han tenido una estrecha relación con José Ramón Torregrosa creando un eje entre los dos departamentos. Justo Lupicinio Íñiguez-Rueda nos presenta en qué punto ha estado la Psicología Social en estas últimas décadas trazando unas líneas epistemológicas de una innovadora Psicología Social vintage. Esta concepción vintage describe la reproducción o copia y la referencia de practicas de la Psicología Social del pasado, que podrían ser ajustadas y ejecutadas también a día de hoy para estudiar fenómenos contemporáneos. Lo que el autor pretende hacer en este capitulo es reivindicar el patrimonio y la tradición de la Psicología Social en sus concepciones y prácticas, pero también en sus características éticas y políticas para dibujar un manejo de la disciplina contemporánea capaz de incrustar lo antiguo en los escenarios actuales, gracias a su carácter genuino y original.

Los que conocían a José Ramón Torregrosa saben perfectamente que uno de los grandes temas que más le preocupaba era el análisis del nacionalismo en España. Sagrario Ramírez Dorado y Juan García-García nos presentan este compromiso vital de José Ramón Torregrosa para comprender y conocer el nacionalismo y la identidad nacional. Su dedicación a la Psicología Social del nacionalismo es inmensa, con más de tres décadas de investigación que establecen vínculos con la Sociología y con la Historia como viene presentado en este capitulo conclusivo del libro.

Como puede observarse por estos ejemplos, y como decíamos anteriormente, se trata de un libro rico y fundamental para todo científico social, no solamente para conocer más a fondo a la figura de José Ramón Torregrosa, sino también para realizar un viaje a través de esta importante disciplina que es la Psicología Social y conocer cómo se ha enriquecido gracias a las aportaciones del homenajeado y cómo España ha sido y es todavía un referente internacional gracias a todos los discípulos y discípulas que José Ramón ha formado directa e indirectamente en cada departamento de Psicología Social de las universidades españolas y latinoamericanas a lo largo de estas décadas.

Se trata de un libro que puede ser leído, consultado, y releído más veces, dejándolo en un lugar visible o encima de nuestros escritorios, expuesto en nuestras estanterías, porque seguramente lo necesitaremos para saber más sobre autores, acontecimientos, conceptos y perspectivas, y de cómo todos estos elementos se entremezclan entre ellos para que esta disciplina se enriquezca y desde estas bases pueda seguir avanzando, como ha hecho en estas décadas gracias a personas como José Ramón Torregrosa.

El cantautor Raimon, amigo desde la infancia de José Ramón en el pueblo de Xàtiva, concluye las páginas de este libro con unas palabras cargadas de emoción y amistad hacia el homenajeado. Gracias a él, al coordinador y a los varios autores de este texto, nos es posible despedirnos también nosotros, como lectores y a su vez estudiantes, discípulos, compañeros de José Ramón, y saber que este viaje y experiencia vivida con tanta pasión y dedicación han sido posibles gracias a él.