Guiomar Rovira (2017) Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet. Icaria-UAM-X. ISBN: 978-84-9888-760-0
El primero de enero de 1994 es una fecha significativa no sólo para la historia política mexicana sino también lo es para los movimiento sociales que se han sucedido a partir de esa fecha en todo el mundo: las movilizaciones altermundistas de Seatle, en 1999, la Primavera Árabe, en 2011, y el #Yosoy132, en 2012, entre otros. Y es que, a decir verdad, tras el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, emergió una nueva forma de comunicación ciudadana que abrazó no sólo la causa zapatista sino la impronta de un modelo contra-mediatizador de comunicación que dio a conocer lo que estaba sucediendo en territorio mexicano y, al mismo tiempo, evidenció la existencia del sesgo mediático respecto del conflicto social abanderado por los pueblos indios de la selva chiapaneca. Me refiero a la tecnopolítica, es decir, al ejercicio ciudadano de utilizar las tecnologías de la información y comunicación con fines políticos.
El libro de Guiomar Rovira, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana y escritora de origen catalán, ancla su reflexión en la potencia activa/reactiva del uso de las tecnologías digitales con afán transformador y en donde lo vital es empuje para cambiar un mundo que a veces se nos presenta imposible. Para quien conoce a la autora, es justo esa fuerza la que irradia en lo que hace y dice y en este plano de lo dicho, Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet, no escapa a este imperativo, y más allá de ser un libro meramente descriptivo sobre cómo una nueva forma de acción política surgió con el desarrollo de internet y la Web 2.0, la suya es una mirada muy personal sobre lo que para ella representa, en el ámbito político, la veta que se abre con ese desarrollo, pero sobre todo, es un ejercicio reflexivo que apela, de entrada, a la experiencia como conocimiento situado.
Al margen del desarrollo tecnológico en sí, Rovira establece dos momentos históricos fundamentales para las movilizaciones sociales que analiza en Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet: el movimiento punk europeo de los años ochenta y lo acontecido alrededor del levantamiento zapatista de 1994. Del primer hecho que ella identifica y que lo trata desde su experiencia como participante en el escenario punk catalán durante su adolescencia, Rovira recupera la
cultura del “Do It Yourself” (DIY) –hoy vinculada al prosumidor de la Web 2.0- como posibilidad de resistencia ante la pérdida de perspectiva que conllevaba el neoliberalismo pujante de esos años; además de dar cuenta cómo es que a través del movimiento okupa se tejieron redes solidarias y culturales que nutrirán el espíritu disruptivo de generaciones post-punk que hoy siguen enfrentándose al orden establecido y del que, consecuentemente, abrevará la cultura hacker que aplicará el DIY. De su experiencia en la selva chiapaneca durante el conflicto de 1994, Rovira recupera el tránsito que se dio hacia lo digital en su rutina de trabajo como periodista y como en otros textos, alude a lo trascendente que fue el internet de esos años para hablar de lo que nadie hablaba con claridad, y para que el espíritu libertario desplegara sus alas y contagiara a otras causas sociales donde el poder de las multitudes conectadas se ha hecho sentir.
Es de reconocer la virtud que de dos situaciones que pueden considerarse anecdóticas, Rovira logra resumir el cambio de registro mediático –y de paradigma epistémico- donde emergió una nueva cultura política y otra forma de participación ciudadana con un ímpetu que ha trascendido lo virtual. Hay que decir también que el punto de partida de este libro se ancla en una perspectiva libertaria de la tecnopolítica como potencia emancipadora a partir de las “redes activistas” y las “multitudes conectadas”, términos que la autora propone para analizar las movilizaciones en la era de Internet, y aunque no desestima el uso que el poder hegemónico también ha hecho de la comunicación y las nuevas tecnologías, su interés se dirige, como ya dije, hacia las posibilidades que sí tienen para que el mundo sea un mejor mundo.
El objetivo central del libro es el de explorar la relación entre redes digitales y movilización social comenzando con los nuevos actores sociales que han surgido de esta relación, así como reflexionar sobre las formas en que la comunicación digital es hoy una mediación social desde la cual se configuran las “constelaciones performativas”, que son, justamente, redes de carácter efímero que surgen para una causa específica común y que ponen en desuso antiguos conceptos como el de acción participativa y la concepción clásica de Movimientos Sociales, pues han mostrado que estas nuevas configuraciones de movimientos sociales y activismo digital aprovechan lo virtual como espacio de comunicación y organización para tomar las calles y lo hacen no utilizando las estrategias de politización clásicas, sino a través de la sensibilización hacia una causa común y no la intención primera de generar opinión pública. En las redes digitales hay un borramiento de lo público/privado y de lo singular/universal; lo que hay es una dimensión común de las singularidad cada vez que un problema personal, singular, se comparte, se hace púbico.
Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet, se compone de cinco partes, cuatro capítulos y un anexo. En el capítulo I: «Redes de captura: tecnología y capitalismo», la autora reflexiona sobre las condiciones propias del término “red” como tejido de significaciones que están en la base de la comunicación social (ya sea cara a cara o de manera virtual) y de cómo existe la paradoja de que Internet es a la vez un espacio de socialización pero también un espacio de acumulación de valor. Cada uno de nosotros somos parte del entramado digital y no podemos evadir nuestra condición de sujetos expuestos a las leyes predatorias del capitalismo que nos alcanzan incluso ahí. Una realidad que se vive en carne propia y que se comunica constantemente en las redes y contradictoriamente, quizá, desde ahí los movimientos sociales de la era de Internet cobran sentido y viralizan la indignación que hace arder las conciencias
En el capítulo II: «Del “no future” a las redes activistas», Rovira expone el empuje libertario del movimiento punk de los ochenta en Europa y su trascendencia en la red solidaria transnacional surgida a propósito del zapatismo, así como la incidencia que éste tuvo en los movimientos altermundistas y de lucha contra el capitalismo de entre siglos, que como el zapatismo, querían “otro mundo posible”.
En el capítulo III: «Comunicación para la acción y pragmatismo hacker», se da cuenta de cómo el inicio de la era de Internet, en la década de los noventa, resquebrajó el sistema mediático hegemónico, así como la propia comunicación política que dejó de ser un campo de domesticación para convertirse en un espacio donde la acción colectiva emerge de una manera abierta, sin código y donde el “hacer sin pedir permiso” del movimiento hacker, se vuelve práctica cotidiana para expandirse a otras formas de organización como la autogestiva, la colaborativa y la del Do It Yourself.
En el capítulo IV: «Las multitudes conectadas», propuesta central del libro, se abordan de qué manera “las multitudes conectadas” es un concepto clave para entender a los nuevos actores colectivos hoy. Para Rovira, la multitud conectada es una “constelación performativa que surge de múltiples acciones individuales, capaz de acuerparse in situ y a la vez de sincronizarse en redes” (p.146). Y es que a partir de la web 2.0, ha sido posible que las multitudes conectadas accionen otras formas de irrupción política de carácter multidimensional y de libre convocatoria para tomar no sólo las redes digitales, sino también el espacio público de las ciudades y los pueblos con la única finalidad de ensayar en común “y compartir abiertos a la iniciativa de cualquiera, contra la atomización aislada de la fantasmagoría capitalista” (p. 20) La multitud conectada no alude sólo a la creatividad, sino a la emergencia de una voluntad de vivir contra el estado de excepción normalizado.
Por último, en Anexo 1: «Política de y sensibilidad estética de las multitudes conectadas mexicanas», presenta, a manera de ejemplos de activismo en red y multitudes conectadas, el caso de #Yosoy132, y su configuración como multitud conectada alrededor de ese hashtag y su posicionamiento como caso emblemático de movilización ciudadana de los últimos años, así como su repercusión en otra movilización social en torno a los 43 estudiantes de la Escuela Rural de Ayotzinapa, Guerrero, en septiembre de 2014, a partir del hashtag #Ayotzinapa. Sin duda, este apartado expone cómo las multitudes conectadas hicieron posible las protestas en contra de un candidato presidencial, por una parte, y por la otra, la desaparición de los estudiantes a manos de un Estado violento y necropolítico. En ambos casos, el papel de las redes digitales fueron fundamentales para evidenciar lo que sucedía, pero también, como en el levantamiento zapatista de 1994, evidenciar el sesgo mediático y exigir una información más veraz y sin manipulación.
Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet, es un libro que aporta información necesaria para entender el poder que la Web 2.0 tiene en lo social a partir de un uso político, así como también arroja pistas para estudiar las posibilidades que Internet ofrece al activismo como potencia transformadora. Cabe señalar, por último, que en la reflexión que atraviesa el libro, resalta el cuidadoso diálogo que la autora establece con autores diversos y emblemáticos en el ámbito del poder, la comunicación, el arte y la política. En lo personal, considero que este libro es fundamental para entender la agencia de cada uno de nosotros en la red.