Reseña de Ovejero (2017) Autogestión para tiempo de crisis

Review of Ovejero (2017) Autogestión para tiempo de crisis

  • Jesús M. Canto Ruiz
Portada libro

Anastasio Ovejero Bernal (2017)
Autogestión para tiempo de crisis. Utilidad de las colectividades libertarias. Biblioteca Nueva.
ISBN: 978-84-16938-21-6



El libro que nos presenta Anastasio Ovejero (catedrático de psicología social en la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Valladolid, Campus de Palencia) constituye un análisis psicosocial de un acontecimiento histórico tan importante como fueron las colectividades libertarias en España que tuvieron lugar durante el transcurso de la Guerra Civil en la zona republicana, colectividades llevadas a cabo por los libertarios españoles tanto en zonas urbanas (por ejemplo: Barcelona) como en zonas rurales (por ejemplo: Aragón).

No suele ser usual la interrelación entre la psicología social con la Historia. No suele ser usual que los principales modelos teóricos psicosociales tengan en cuenta la dimensión histórica del ser humano. Su naturaleza social (la del ser humano) nos debe llevar a tener en cuenta la dimensión cultural y la dimensión histórica. Reconocer esta falta de interrelación no debe implicar obviar que los acontecimientos históricos han tenido una gran influencia en el desarrollo y devenir de la propia Psicología Social. Baste recordar como los trágicos acontecimientos históricos transcurridos durante la II Guerra Mundial (por ejemplo: el Holocausto) influyeron en la vida de importantes psicólogos sociales (Lewin, Asch…) y en el interés teórico e investigador reflejado en importantes líneas de investigación llevadas a cabo en la década de los 50 y 60 del siglo pasado. A título de ejemplo, se puede destacar el énfasis en las modalidades de influencia social propiciadoras del control social (obediencia y conformidad), en detrimento de las modalidades de influencia social propiciadoras del cambio y la rebeldía, así como las investigaciones que resaltaban los aspectos negativos de los grupos humanos, que convivían con una visión positiva resaltada por el movimiento de la dinámica de grupos, con Lewin a la cabeza entre otros.

Anastasio Ovejero lleva a cabo en este libro un análisis psicosocial de un fenómeno histórico protagonizado por varios millones de trabajadores y trabajadoras que, defensores de la ideología libertaria, decidieron llevar a la práctica las bases sociales de una sociedad antiautoritaria e igualitaria. Un fenómeno histórico doblemente olvidado. Olvidado por los historiadores del bando fascista. Pero también olvidado mayoritariamente por los historiadores que se dedicaron a investigar la Guerra Civil española en los años de la transición del régimen fascista a un régimen democrático. El relato triunfante en el bando republicano asumió la perspectiva comunista que quiso minimizar la importancia y eficacia de las colectividades libertarias. No ha sido muy difundida la actitud hostil de los dirigentes comunistas hacia las prácticas autogestionarias (a las que reprimieron militarmente en Aragón), como tampoco la acción exterminadora de los comunistas-estalinistas soviéticos y españoles del POUM (desaparición y fusilamiento de sus dirigentes) y de la represión que sufrieron los anarquistas barceloneses en mayo de 1937 (lo que dio lugar a fuertes enfrentamientos en el bando republicano entre el ejército dirigido por la comunistas contra militantes de la CNT y militantes del POUM). Frank Mintz, historiador francés especializado en las colectividades libertarias, comienza en la introducción del libro de Anastasio Ovejero constatando la comentado más arriba: “Hacia los años 1950-1962 la gran mayoría de los historiadores españoles y extranjeros, franquistas y marxistas, coincidían en ignorar o en poner sistemáticamente en tela de juicio todo lo referente a los aspectos económicos de la España republicana” (p. 11).

La principal fortaleza de la obra de Anastasio Ovejero, sin menospreciar su rigor histórico, es el análisis psicosocial que lleva a cabo de la experiencia que constituyeron las colectividades libertarias. Como tal, es interesante para cualquier psicólogo social interesado tanto por la psicología política como por la psicología de las organizaciones, sin olvidarnos de la psicología de los grupos. Anastasio Ovejero no sólo quiere dar a conocer a los psicólogos sociales una realidad histórica determinada, sino que, al mismo tiempo y sobre todo, quiere poner en liza una forma de organización económica y política que pueda ser útil para inspirar en la actualidad distintas formas de organización opuestas al neoliberalismo. Formas de organización no tan infrecuentes como podríamos pensar (véase Elinor Ostrom, premio Nóbel de Economía en 2008, la que puso en cuestión la afirmación convencional de que la gestión de la propiedad común suele ser ineficiente, razón por la que según muchos debería ser gestionada por una autoridad centralizada o ser privatizada). Formas de organizaciones económicas que basadas en prácticas colaborativas, establezcan una relación distinta con la naturaleza ante el posible colapso relativamente inminente que puede acontecer ante la escasez de materias primas y el deterioro ambiental propiciado por prácticas poco respetuosas con el medio ambiente. Y es que Anastasio Ovejero lleva tiempo insistiendo en la aportación de Kropotkin, al recordarnos e insistir en la importancia del apoyo mutuo (y no solo de la lucha mutua) y de la sociabilidad como el factor principal de la evolución en el ser humano. Apoyo mutuo que puede inspirar formas de organización propiciadas por ideologías de tintes libertarios.

En la página 15, Anastasio Ovejero nos presenta su visión de la psicología social. Afirma: “Al igual que mi libro anterior (Los perdedores del nuevo capitalismo: Devastación del mundo del trabajo, 2014), este libro pretende hacer psicología social, pero también al igual que aquel, con una perspectiva no convencional: intento hacer un libro de psicología social del trabajo y de las organizaciones alejado del enfoque positivista que suele adoptar nuestra disciplina. Seguiré un enfoque abiertamente transdisciplinar, porque transdisciplinares son los temas de que me ocuparé, lo que exige acudir también a campos como la sociología y la historia. La psicología social es una disciplina intersticial, que está justamente en el punto de encuentro entre las demás ciencias sociales y estudia aquello que es a la vez psicológico y social, histórico y antropológico. Así las colectividades libertarias estudiadas en este libro fueron un fenómeno social e histórico, pero que requirió de individuos resueltos, y esa resolución nacía de una ideología muy concreta como era el anarquismo. Y la ideología es sin duda una cuestión psicosocial”. Porque uno de los objetivos señalado por el autor es, además de proponer las colectividades libertarias como formas de organización validas frente al neoliberalismo, mostrarlas desde la psicología social, destacando las razones psicosociales de su éxito (véase capítulos 7 y 8 del libro).

En el capítulo 1º (Neoliberalismo y expropiación de lo que es de todos), Anastasio Ovejero nos muestra los ejes ideológicos que sustenta el credo neoliberal y sus principales efectos, entre los que sobresale el incremento de las desigualdades sociales y la construcción de lo que denomina sujeto neoliberal. En esta construcción del sujeto neoliberal intervienen la utilización de una psicología individualista, la manipulación informativa y el disciplinamiento a través del endeudamiento y de las medidas de austeridad como método para salir de la crisis económica. Como apunta Anastasio Ovejero, lejos de conducir a un debilitamiento de las políticas neoliberales, la crisis ha llevado a su refuerzo y consolidación. El autor propone, al final del capítulo, la necesidad urgente de promover otras formas de subjetividades alternativas, que sepan resistir al poder y sepan inventar nuevas formas de vida cooperativas y colectivas; en definitiva “lo que hace falta es, frente a la actual hegemonía del sujeto neoliberal, construir un sujeto libertario. Y para ello el ejemplo de las colectivizaciones libertarias puede sernos de gran utilidad” (p. 60).

Los capítulos 2º (Alternativas al neoliberalismo: participación de los trabajadores y recuperación colectiva de lo común), 3º (Las colectividades libertarias: qué fueron y en qué consistieron), 4º (Tipos de colectividades y principales características), 5º (Cómo funcionaron las colectividades: organización interna y externa), 6º (Dificultades a que tuvieron que enfrentarse las colectividades: Declive y final de la colectivización), 7º (Eficacia de las colectividades: balance final) y 8º (Factores que explican por qué las colectividades fueron eficaces) sirven, en su conjunto, para hacer ver que otra forma de ser, otra forma de organizarse y otra forma de vivir puede ser posible porque ya fue posible. Porque como comenta Frank Mintz (página 11), Anastasio nos descubre que los trabajadores y trabajadoras que propiciaron las colectividades autogestionadas en España estaban llevando a la práctica lo que su formación ideológica les animaba a llevar a cabo desde hacía bastantes años (en los sindicatos, en los ateneos, en las escuelas racionalistas). La espontaneidad con las que fueron puestas en práctica no fue debida a ninguna actitud irracional e irreflexiva, sino que fue fruto de toda una formación ideológica que habían asumido como suya y que les guiaba en su acción colectiva autogestionada. La espontaneidad con la que surgieron y el hecho de que la entrada en ella era libre y voluntaria en la mayoría de las ocasiones y, sobre todo, que funcionaron con una enorme participación en los procesos de toma decisiones, hicieron que los trabajadores y trabajadoras se sintieran fuertemente empoderados; sintieron no sólo que otro mundo era posible sino que otro mundo mejor era posible.

Siendo todos los capítulos necesarios para comprender el fenómeno de las colectividades libertarias, los capítulos 7º y 8º son indispensables para cualquier psicólogo social y para cualquier psicólogo social interesado en las organizaciones. El autor, tras señalar los factores materiales que la posibilitaron, destaca los factores psicosociales que intervinieron en la eficacia de las mismas (el poder de la situación, la satisfacción de necesidades psicosociales fundamentales, procesos de socialización muy especiales, aumento de la cooperación, mejora de las relaciones interpersonales, pleno empleo, mejora de la autoestima, incremento del capital social y del apoyo social, sentimiento de autoeficacia, igualdad social, incremento y mejora de la educación, mejora del nivel y calidad del lenguaje. Cuando señala los factores organizacionales, destaca: una organización laboral más racional, que incluye el trabajo en grupo, liderazgo democrático, dimensión altruista del trabajo, autogestión y eficacia (implicando la participación por parte de los trabajadores y trabajadoras), aumento de la satisfacción laboral, mejora del clima emocional del grupo y eficacia organizacional.

El autor comienza el capítulo 8º con dos afirmaciones que resumen lo que plantea a lo largo de todo el capítulo. En primer lugar se pregunta por qué fue eficaz la colectivización en España y no lo fue en la URSS y responde que la diferencia está en lo que hicieron unos y otros. Allí (en la URSS), los comunistas nacionalizaron, mientras que en España los anarquistas colectivizaron: los trabajadores en la URSS pasaron de estar al servicio del patrón a estar al servicio del Estado y del partido comunista, mientras que en España los trabajadores fueron dueños de su destino, por lo que su compromiso con la tarea y su implicación eran grandes y por eso eran también grande su motivación y su rendimiento. Desde hace varias décadas se ha demostrado que las personas en grupo holgazanean menos cuando la tarea es desafiante y atractiva. La mayoría de los colectivistas tenían una alta motivación laboral porque sentían que estaban haciendo algo importante e ilusionante y porque se contaba con ellos para conseguirlo. Por otra parte, en la primera página del capítulo 8º, Anastasio Ovejero realiza una afirmación que enmarca el carácter psicosocial que aporta al análisis de las colectividades libertarias, utilizando los hechos históricos como amplios laboratorios de investigación: “La conducta humana no depende tanto de factores individuales y/o de personalidad, cuanto de factores psicosociales, grupales, organizacionales y culturales. Por tanto, la psicología social es muy útil para entender la eficacia de las colectividades libertarias” (p. 211). Las prácticas cotidianas de cooperación y la organización antiautoritaria y anticapitalista hicieron más solidarios, cooperativas y libertarios a sus integrantes. Anastasio Ovejero, utilizando una idea expresada por Tomás Ibáñez en relación a la revolución de París en 1968, afirma que las colectividades libertarias implicaron espacios liberados que engendraron nuevas relaciones sociales, que crearon nuevos lazos sociales y que, comparados con los lazos que existían anteriormente, esos se revelaron incomparablemente más satisfactorios.

Hay abundante literatura que ha tratado desde distintos enfoques ideológicos el fenómeno de las colectividades libertarias. La principal aportación del libro que nos ocupa es la disciplina desde la que se aproxima y desde la que las analiza: la psicología social. Corresponde al lector, máxime si está interesado por la psicología social u otras ciencias sociales, comprender los retos organizativos a los que se enfrentaron las personas que participaron en estas colectividades y la subjetividades que las sustentaban. Una realidad social distinta produce subjetividades distintas, del mismo que los cambios de sujetividades dan pie a interelaciones distintas, a prácticas organizativas diferentes. La dimensión histórica de la interacción social abre la posibilidad a cambios y ahí radica la principal demostración del texto escrito por Anastasio Ovejero sobre los anarquistas españoles de los años 30 del siglo pasado. I”