Freenberg, Andrew & Friesen, Norm (Eds.) (2011) (Re)Inventig Internet. Critical Case Studies. Sense Publishers. ISBN: 9789460917325
Andrew Feenberg, discípulo de Herbert Marcuse, viene profundizando en la filosofía y teoría crítica de la tecnología, así como su relación con la ciencia y la democracia. Reflexiona sobre quién debe decidir sobre ciencia y tecnología, a quién debe servir y cuál es el rol de las políticas públicas e instituciones, comprometiéndose sin vacilaciones por la democratización de las mismas. Para el investigador el objetivo de la teoría crítica de la tecnología es la transformación de la misma (Feenberg, 2002). Es reconocido como unos de los iniciadores, año 1982, en el campo de la educación en línea. Considera la ciencia como un bien social que ha de salvaguardarse de la privatización y la mercantilización creciente por la política hegemónica neo-liberal. Norm Friesen, también canadiense y editor de la selección de estudios de casos críticos, es investigador de e-learning, medios de comunicación y múltiples alfabetizaciones, ha desarrollado estudios de tecnologías de la web en contextos educativos y aplica la perspectiva fenomenológica en sus análisis prácticos.
La teoría crítica de la tecnología ofrece un punto de partida para el desarrollo de propuestas alternativas y un análisis para no dejarse atrapar por las grandes teorías entusiastas y los ciber-fetichismos. El concebir la arquitectura de Internet y sus cualidades como campo de posibilidad, creación y crítica revela una historia transformadora. “La tecnología no es una variable independiente, sino que es
co-construida por las fuerzas sociales que organiza y da rienda suelta” (Feenberg y Friessen, 2011, p. 3).
(Re)inventing Internet hace referencia, en sus diversos ejemplos, a un potencial renacer de la agencia humana en una sociedad cuya tendencia es la reducción de la persona a sujeto pasivo y consumidor, ajeno a las cuestiones sociales. En este sentido el libro nos ofrece un conjunto de estudios de caso críticos que analizan escenarios concretos de transformación, resistencia y contestación.
Internet es una tecnología no definitiva, por ello la controversia se mantiene entre el polo que señala la dominación y el polo que considera la liberación. (Re)inveting Internet se propone destacar aquellas experiencias internautas que desafían al poder institucional, mediante el uso de actualizadas prácticas de socialización, reciprocidad, movilización y resistencia. Contribuye, como nos muestra la profesora Lievrouw en el prefacio, a una compresión de Internet como un indisoluble entramado de la experiencia cotidiana y de comunicación mediada, como un proceso complejo que orquesta lo material y lo simbólico, la tecnología y la vivencia, el sistema y la acción, la restricción y la agencia.
Internet es una tecnología indeterminada, que abre la posibilidad de crear y transformar por parte de cada una de las personas y los grupos sociales, pero también por los Estados y las corporaciones. Por tanto, y a los hombros de Nietzsche en su concepción de la vida como campo de batalla, “la tecnología no es un destino sino el escenario de una lucha. Es un campo de batalla social (…) en el que pugnan alternativas civilizatorias” (Freenberg, 2002, p. 15).
Feenberg describe tres modelos posibles que pueden prevalecer para Internet en el futuro, según la característica más importante que los define establece el modelo de información, el modelo de consumo y el modelo comunitario. Este último es el único que tiene el potencial demo-crático de Internet. No obstante, resulta lógico pensar que existen relaciones entre estos tres modelos caracterizados por la presencia de tensiones y conflictos, y del mismo modo afloran composiciones renovadoras resultantes de la combinación de los diferentes modelos. Buena parte de estas relaciones son descritas en los capítulos dos (Grimes y Feenberg) y tres (Hamilton y Freenberg), sobre el juego y la educación en línea respectivamente. La contienda del futuro de Internet camina de la mano de la aplicación de esta a la educación, véase el furor actual de determinadas propuestas y aplicaciones como los cursos globales (masivos) en línea. La inmensa mayoría generadas por intereses mercantiles y corporativos, que confunden con facilidad el éxito y la notoriedad (la marca) con la cualidad y el saber. Una pedagogía tecno-burocrática y estandarizada, ajena a una pedagogía crítica de la tecnología y a desatender a Internet como patrimonio común para la libertad, la justicia social y la democracia de alta intensidad.
En el capítulo cuatro, de Friesen, Feenberg, Smith y Lowe, la aplicación de la fenomenología a la vigilancia permite considerar determinadas restricciones en el curso de la vida cotidiana, en relación a la vigilancia y vinculadas al cuerpo, la identidad y la subjetividad.
De otra parte Bakardjieva en el capítulo cinco retoma la frase lo personal es político, procedente del movimiento de liberación de las mujeres de la década de los 70 del pasado siglo, para resignificar el poder democrático que supone el activismo sub-, así como sus imprescindibles retos e incertidumbres.
Por último se aborda la piratería informática para la justicia social, el hack-activismo, la alta tecnología como movimiento social por la justicia mundial. El trabajo del software libre que se opone rotundamente a la toma de posesión comercial del ciberespacio, defendiendo una Internet como lugar abierto, libre y demo-crático. Se analiza el caso de Indymedia, el de activistas de tecnología de software wiki cuyo fin es facilitar la redistribución y los Hacklabs como luces esperanzadoras para otra Internet (mejor) es posible.
Feenberg deja la responsabilidad de una Internet democrática para cada una y uno de los internautas. Eso sí, y en eso prefieren no entrar los autores, los lazos virtuales de las tele-redes y su efecto fragmentador e in-diferenciador favorecen eso que Durkheim denominaba efervescencia colectiva, aquella que sirve para el placer de auto-contemplarse y celebrar que somos congregación sin más, pudiendo convertirse él y la internauta en fantoche.
Los trabajos de Andrew Freenberg son pilares para entender la teoría crítica de la tecnología y su valor instituyente para la lucha tecnológica y cibernauta, prueba de ello son las experiencias presentadas. No obstante, no podemos deslumbrarnos por el poder de la inteligencia colectiva y dejar de lado una mirada amplia sobre todo el campo de la tecnología. La gobernanza mundial de Internet camina lejos de un bien común global para los Derechos Humanos ampliados y la Justicia Social, con desiguales realidades entre regiones y países. La redistribución del poder y la democratización profunda exige intervenciones apropiadas en todos los niveles institucionales de la gobernanza de mundial de Internet.
Siguiendo la tesis de la gran obra de Simondon (2009) sabemos que cualquier esfera de la cultura humana es relacional y diferencial, no podemos separar partes de un todo pues unas y otras interactúan constantemente. En oposición a esta mirada amplia, compleja y problematizadora, aparece el peor cientificismo como corrupción ética que instrumentaliza un nuevo fascismo positivista y cultural, que incentiva la gran transformación de los intereses del gran poder. La tecno-ciencia como bien de salvación, sin amplitud filosófica de miras y sin soporte moral alguno, deviene en catástrofe antropológica. Dos cuestiones inaplazables para la lucha creativa: ¿Tendremos las necesarias condiciones materiales, sociales, culturales y educativas para la práctica en la batalla ciberespacial? ¿Estaremos a la altura ética, cooperativa y demo-crática suficiente?
Feenberg, Andrew (2002). Transforming Technology: A Critical Theory Revisited. Ciudad: Oxford University Press.
Simondon, G. (2009). La individuación a la luz de las nociones de forma y de información. Cactus, Buenos Aires.