Desde la voz de las mujeres. Invisibilización, aprendizaje y oficio de las obreras agroindustriales

From the voice of women. Invisilibización, learning and labor of the woman worker

  • Maria Elena Mingo Acuña Anzorena
La participación laboral femenina ha sido una dimensión destacada en el análisis de los procesos de reconversión productiva de los sectores agroindustriales de América Latina. Estos estudios, muestran la importancia de las mujeres en puestos de trabajo que son críticos para el proceso productivo. Dichos puestos, requieren destrezas que se asocian con el proceso de socialización normativo y no con conocimientos adquiridos en las experiencias laborales. En este texto, se reflexiona sobre la construcción de las herramientas analíticas que permitieron estudiar la experiencia de las mujeres como obreras de la agroindustria. El trabajo de investigación fue realizado en el Valle de Uco, provincia de Mendoza, Argentina. Dicha zona, constituye uno de los territorios productivos más importantes del país.
    Palabras clave:
  • Genero
  • Feminismo
  • Trabajadoras agroindustriales
Female workers participation has been a prominent dimension in the analysis of Latin America agribusiness restructuration processes. Multiple studies describe women’s presence in critical places within production process. Skills requires for this jobs are usually associated to socialization process instead of knowledge acquired through working experience. In this paper, I think about the construction of analytical tools that make possible to study women’s experiences as agribusiness workers. Research was realized in Uco Valley, Mendoza province, Argentina, which is one of the most important productive areas of the country.
    Keywords:
  • Gender
  • Feminism
  • Agribusiness workers

1 Introducción

La investigación sobre la que se basa este texto tuvo como objetivo inicial estudiar las inserciones laborales de las mujeres asalariadas en el sector agrícola y agroindustrial de una zona productiva de la Argentina conocida como Valle de Uco, ubicada en la provincia de Mendoza. Dicha zona, se caracteriza por una producción primaria y agroindustrial altamente diversificada entre la que se destaca la producción vitivinícola para exportación.

En principio, el estudio estaba centrado en analizar el aumento de la mano de obra femenina en tareas agrícolas bajo el supuesto de que este proceso había tenido lugar en paralelo al de reestructuración de la producción para adecuarla a nuevos parámetros de calidad acordes a la exportación. Este fenómeno, conocido como “feminización de la mano de obra agrícola”, ha sido trabajado en investigaciones sobre la agricultura de exportación latinoamericana y europea. (Bonaccorsi, 1998; Candela y Piñon, 2005; León y Deere, 1986; Goldman, 1999; Lara, 1995; Lara, 1998). Según estos estudios, la mayor demanda de mujeres se vincula con requerimientos de calidad impuestos a las producciones agroalimentarias.

Una clave para alcanzar estos parámetros se basa en la introducción de etapas casi artesanales en el manejo y control de la producción. Dentro de estas fases productivas es la mano de obra femenina la que aporta las “herramientas de trabajo” específicas para estas tareas, como: agudeza visual, cuidado, delicadeza y paciencia. Este conjunto de destrezas es considerado como un patrimonio de la femineidad normativa. De este modo, se identifica como saber tácito al “saber hacer” de estas trabajadoras que es adquirido en largas trayectorias de aprendizaje, tanto individuales como colectivas, en los diferentes oficios necesarios para desempeñarse en las producciones de esta zona. (Mingo, 2012).

Para el caso de la provincia de Mendoza su larga tradición productiva, que comienza con la actividad vitivinícola en el siglo XVII, más los testimonios analizados alejaba la hipótesis de una mayor presencia de mujeres por causa de los cambios productivos. Emergió entonces la inquietud por analizar la experiencia de las trabajadoras. En esta línea, se recuperan los trabajos que, desde la tradición feminista, han estudiado la agricultura latinoamericana con el objetivo de dar visibilidad al trabajo de las mujeres en el mundo agrícola.

En el análisis de los procesos de reconversión productiva, Diana Deere (2006) advierte que más que un cambio en la tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral lo novedoso ha sido el cambio en las tasas de participación femenina en el mercado de trabajo, hecho que visibiliza a las mujeres como trabajadoras asalariadas independientes. Esta hipótesis presenta una imagen alternativa a la del trabajo femenino agrícola que se ha caracterizado como una “ayuda” dentro de un grupo familiar cuya jefatura es delegada en un varón adulto.

En este sentido, el análisis se interesó más por las condiciones de producción de las trayectorias laborales de las mujeres y sus experiencias, que por la relación entre el trabajo femenino y los cambios productivos.

2 Definiendo el problema de investigación

La formulación original del problema de investigación, tenía como “puerta de entrada” una inquietud vinculada a relacionar cambios ocurridos en la producción con el aumento de la demanda de mano de obra femenina. Partiendo de esta hipótesis de trabajo el esquema a seguir proponía presentar, en primer lugar, las características de los cambios productivos, para luego relacionarlos con los cambios en el proceso de trabajo y, a partir de allí, explicar qué relación había entre ellos y el aumento de la demanda de mano de obra femenina en la zona.

El problema para desarrollar esta hipótesis consistía en los datos que tenía a disposición. Los datos primarios provenientes de las entrevistas no daban cuenta de la relación que pretendía analizar; a esto se sumaban problemas que tienen que ver con la construcción de los datos secundarios derivados de los censos nacionales. En primer, lugar el Censo Nacional Agropecuario considera como unidad estadística a las explotaciones agropecuarias, tomando como informante al productor agropecuario. Esto presenta limitaciones para conocer, por ejemplo, las magnitudes de mano de obra demandadas a lo largo del año y la forma en que esta mano de obra se distribuye en las explotaciones. En esta línea, es habitual la advertencia realizada por los investigadores/as que señalan la posibilidad de que al ser el empleador el informante, este incurra en la subdeclaración de la utilización de mano de obra.

Otro de los problemas con el uso de esta fuente de información es que para relevar la demanda de mano de obra, se considera la cantidad de jornales contratados durante el ciclo anual de producción. Esta modalidad no permitía establecer la cantidad de trabajadoras/es que participan en la agricultura como mano de obra estacional y, mucho menos, conocer su distribución por sexo.

Por su parte, si bien el Censo Nacional de Población y Vivienda permite establecer el peso de la población económicamente activa en la agricultura y, además, la distribución según las categorías ocupacionales por sexo, presenta una importante limitación para captar el empleo estacional en la agricultura dado que el período de referencia para establecer la ocupación se limita a la semana anterior a la realización del Censo. A esto se suman las conocidas limitaciones que tienen las herramientas censales para captar el trabajo y el empleo de las mujeres. Como ha sido señalado por diversas investigaciones (Faur y Zamberlín, 2008; Jelin, 1998; Pautassi, 2007), los relevamientos censales tienden a considerar como “población económicamente activa” a quiénes desarrollan una actividad remunerada fuera del hogar, con lo que el trabajo doméstico y aquellas tareas vinculadas a la producción de subsistencia se analizan por fuera de la categoría de “población económicamente activa”.

Ya sea con datos secundarios como a partir de la generación de datos propios, quedaba claro que el futuro de la investigación dependía de un replanteo de las preguntas y de los problemas que se pretendían indagar.

Mientras tanto, las indagaciones preliminares mostraban una larga trayectoria femenina entre la mano de obra en este sector productivo. Es decir, que no era novedosa la presencia de mujeres trabajando en los diversos cultivos; más bien las mujeres habían formado parte de la fuerza de trabajo agrícola primero y agroindustrial después, en paralelo al desarrollo del modelo productivo provincial. Fue entonces que la experiencia de las mujeres como asalariadas agrícolas, pasó a ser el objeto de la investigación mientras que los aspectos productivos, sin perder relevancia, conformaron el marco para el análisis.

Ya en los primeros intercambios en la zona de estudio se advierte que el supuesto de una mayor demanda de mujeres vinculada a cambios en la producción, no constituía un hecho relevante para ninguno de los grupos que conformaban mis sujetos de investigación: empleadores/as, productores agrícolas y agroindustriales (varones en la totalidad de los casos) ni tampoco para las trabajadoras. Es decir, que mis entrevistadas/os no dieron cuenta en sus testimonios de que se hubiese modificado la demanda de mano de obra femenina en las producciones, aunque sí destacaron la existencia de profundos cambios productivos.

Sin embargo, me encontré con un esquema de división sexual del trabajo en la agricultura y la agroindustria por un lado y, por otro, con que los testimonios de las trabajadoras incluían, dentro de las actividades que consideraban “trabajo”, aquellas vinculadas a las tareas reproductivas y de cuidado. A partir de estos dos ejes reformulé el problema de investigación hacia las inserciones laborales femeninas en el trabajo agrícola y agroindustrial, tomando en cuenta los vínculos entre estas, el trabajo doméstico y la importancia que esto tiene en relación a los principales eventos sucedidos en la vida de las mujeres.

En relación a estos primeros hallazgos, las preguntas de investigación se reorientaron hacia preocupaciones vinculadas con la relación entre los roles de género difundidos en el medio y los puestos de trabajo ocupados por las mujeres.

A su vez, la amplia categoría de trabajo que las mujeres utilizaban para enmarcar sus tareas diarias me llevo a estudiar la vinculación entre las trayectorias vitales y las inserciones laborales de las trabajadoras. Así, era posible observar, a partir de los testimonios, la apelación a determinadas pautas que desde la normativa de género difundida en la zona, asociaba el trabajo asalariado femenino con las tareas reproductivas. Es decir, que algunas características del empleo agrícola y agroindustrial como la inestabilidad laboral, los ciclos cortos de empleo, los bajos salarios, la desvalorización del aprendizaje y la experiencia que contienen estos oficios se profundizaban en el caso de las trabajadoras. Además, el discurso empresarial interpreta todas estas características desfavorables como una suerte de “flexibilidad ventajosa” que las mujeres pueden aprovechar para compatibilizar su trabajo doméstico con su presencia en el trabajo asalariado.

En el nuevo planteo conceptual, las determinantes económicas (los cambios productivos, el viraje hacia un perfil exportador y los nuevos parámetros de calidad requeridos para la producción) quedaron en un segundo plano para priorizar el análisis de las particularidades de las inserciones laborales femeninas en estos contextos.

Otro aspecto importante surgido de los primeros relevamientos de campo mostraba que las mujeres contaban con una extensa historia de participación en las tareas agrícolas y agroindustriales de la zona cuyo estudio permitió dar cuenta de cambios percibidos a nivel intergeneracional tanto en las condiciones de trabajo como en el significado que las mujeres le asignaban al trabajo asalariado.

Esta secuencia de hallazgos dinamizó la búsqueda de una estrategia metodológica que asegurara la profundización en el estudio de la experiencia de las trabajadoras, priorizando como fuente de información los relatos de las mujeres con el objeto de reconstruir las categorías con las que se organiza el trabajo femenino, aquello que Leonor Faur y Nina Zamberlin (2008) definen como “gramáticas de género en el mundo laboral”

3 Las herramientas metodológicas

A partir de lo explicado, la tarea se concentró en reconstruir mi objeto de investigación y, en este sentido, encontré algunas dificultades para organizar el “recorte” del problema de investigación. Estas dificultades, estaban vinculadas a la pregunta de investigación y a las señales que provenían de las primeras indagaciones de campo.

En resumen, me preguntaba por las condiciones de producción de las trayectorias laborales femeninas en los sectores agro-industriales de una zona de Mendoza. Hasta allí parecía bastante sencillo pero, como se señaló antes, las trabajadoras no excluyeron el trabajo doméstico de la categoría de trabajo con las ellas me relataban su experiencia. Esto se convirtió en un dato central para el futuro de la investigación porque hablaba de dos cuestiones. La primera, puesta en evidencia desde el principio, era que tenía que tomar la dimensión del trabajo doméstico en el análisis; evaluar de qué modo las modificaciones de la carga de trabajo doméstico influían en el acceso al trabajo asalariado. A la vez, esto llevo a ampliar el tiempo del relato tomado en las entrevistas, es decir que tenía que construir con ellas un relato diacrónico con el que pudiera unir las trayectorias vitales con las trayectorias laborales ya que no sería posible comprender unas sin otras.

La segunda cuestión que se fue revelando a medida que acumulaba testimonios, no solo de las mujeres sino también de sus empleadores, tenía más que ver con la forma en que las características del trabajo agro-industrial y los roles de género se vinculaban y recreaban conformando las particularidades de la gramática de género propia del espacio laboral agro-industrial (Faur y Zamberlín, 2008). Dicha gramática mantenía una línea de continuidad con el rol asignado a las mujeres en el espacio doméstico. En resumen, la relación entre trabajo doméstico y trabajo asalariado agro-industrial no era incompatible en el relato de los roles genéricos difundidos y legitimados en la zona estudiada. La dinámica del trabajo asalariado femenino, tanto en sus tareas específicas como en la organización del espacio y tiempo de trabajo, es considerada, a pesar de las contradicciones presentadas en los discursos de todas/os las/os entrevistadas/os, como compatible y asociable con las tareas domésticas reproductivas y de cuidado que en esta zona son exclusiva responsabilidad femenina.

Para caracterizar y analizar las inserciones laborales de las mujeres en esta zona, me centré en el relato de las propias trabajadoras. El problema radicaba en dar con herramientas metodológicas que pudieran ordenar las diferentes dimensiones que me interesaba captar: la de las trayectorias vitales, la historia propiamente laboral asalariada, pero también las diferentes formas en que las trabajadoras se manejaban entre el mundo doméstico y el mundo del trabajo asalariado.

En la búsqueda de las herramientas de generación de datos fue fundamental dar con el trabajo de la antropóloga Mirta Barbieri (2008). La mirada de esta autora sobre el papel central que los agentes tienen tanto en el construcción de las relaciones sociales como en la asignación de sentido a las diferentes categorías me permitió analizar la rol de las mujeres en la dinámica de las relaciones de género estudiadas, la forma en que comprenden estas dinámicas y también la agencia de las mujeres en el desarrollo de estrategias de cambio.

La autora destaca el papel de los métodos biográficos en el contexto de una revitalización de la metodología cualitativa en las ciencias sociales que busca dar lugar como objeto de estudio, a las experiencias de la vida cotidiana y privada. En esta línea, se ha buscado conocer la experiencia e interpretación de aquellos grupos sociales que carecen de poder y representación para hacer conocer sus experiencias. En este contexto, el “relato de vida” como herramienta de generación de datos tiene la capacidad de captar lo vivido por los sujetos pero fundamentalmente conocer la forma en que las personas interpretan y comprenden el mundo que los rodea, permitiendo mostrar desde la mirada de las mujeres, una reflexión acerca de la sociedad y del cambio.

Para el análisis de las experiencias de trabajo asalariado se combinó la técnica del relato de vida con el trabajo con biografías ocupacionales (Dombois, 1998). Esta técnica permitió subvertir el relato que homogeniza las experiencias laborales de los varones y las mujeres en la agricultura explicando las condiciones de explotación y precarización a través de variables como la discontinuidad del ciclo agrícola y la consecuente inestabilidad laboral.

En el espacio laboral, el trabajo con las biografías aportó conocimientos y detalles de los cambios ocurridos con el trabajo de las mujeres en la agricultura a lo largo de los años. Además, permitió captar la opinión de las trabajadoras de mayor edad sobre los procesos de transformación de la producción en los últimos años. Asimismo, se han captado las miradas diferentes que poseen las mujeres para pensar en su rol como trabajadoras agro-industriales.

Las ‘biografías ocupacionales’ son una herramienta interesante para construir tipologías de los itinerarios ocupacionales típicos en el caso de mercados de trabajo cuyas características son la informalidad, la inestabilidad, la precariedad, la alta rotación y la escasa correspondencia entre educación, calificación y empleo. Pero fundamentalmente, es posible identificar aquellos elementos decisivos para la vida laboral donde aparecen las diferencias entre las trayectorias de individuos empleados en la misma ocupación. Estas diferencias se expresan en las formas que adopta el trabajo asalariado en empleos precarios, en las posibilidades y trayectos de movilidad ocupacional y en las representaciones del trabajo y de la identidad social (Montero Casassus, 1998).

En esta línea se buscó poner luz sobre procesos sociales que suelen quedar opacados, como señala Rainier Dombois (1998) las explicaciones teóricas de la segmentación prestaron poca atención a los procesos a través de los cuales las personas se insertan en el mercado de trabajo. Estos enfoques suelen dar una idea de excesiva correspondencia entre las características atribuidas a las personas y/o adquiridas por ellas y las oportunidades laborales presentes en los mercados de trabajo dejando de lado el análisis de las trayectorias de vida y laboral y las estrategias y perspectivas de los agentes.

Los análisis de las biografías laborales “enfocan el proceso mediante el cual las personas se ubican en el mercado de trabajo como un proceso en el tiempo biográfico e histórico” (Dombois, 1998, p. 173).

La historia de vida laboral enfatiza la biografía individual a partir de la comprensión de la interpretación que los agentes hacen de su situación frente al trabajo y al mercado de trabajo, de las estrategias que desarrollan y las decisiones que toman situándolas en un marco biográfico y en su contexto social.

El análisis de trayectorias combina una dimensión biográfica mediante la cual se establecen secuencias típicas según los ciclos de vida con una dimensión histórica que expresa las limitaciones y oportunidades para distintas generaciones:

El análisis de trayectorias laborales permite reconstruir el proceso de asignación de personas a posiciones sociales como un proceso relacionado con el tiempo de la vida de las personas, pero al mismo tiempo con una determinada perspectivas del tiempo histórico. Tienen un doble objetivo: analizar la diferenciación social como un proceso, a través de las pautas típicas de la movilidad intrageneracional, los cambios en las posiciones laborales en el transcurso de la vida laboral, su continuidad y determinación, por un lado; establecer el impacto de los procesos, instituciones y normas sociales y sus cambios sobre la estructuración de estas pautas. (Dombois, 1998, p. 174).

En cuanto a la etapa de análisis, Daniel Bertaux (1981/1999) señala que, al trabajar con relatos de vida, la etapa de análisis consiste en la construcción progresiva de una representación del objeto, que continúa a lo largo de toda la investigación, destacando que en este proceso “se invierte un máximo de reflexión sociológica y un mínimo de procedimientos técnicos” (Bertaux, 1981/1999, p. 12) A la vez, sostiene que la calidad del análisis se juega en la selección de los informantes y en la habilidad para descubrir las líneas que hablan de procesos inadvertidos anteriormente, pero también en la organización de los elementos de información en una representación coherente.

4 Reflexiones finales

Los testimonios permitieron recuperar a las mujeres en la escena social y poner sus experiencias en el centro del relato, mientras que su análisis abrió el camino para replantear las preguntas de investigación. En esta línea, el objeto a investigar era la trayectoria de las obreras agrícolas y agroindustriales en la actualidad pero haciendo hincapié en la agencia de las trabajadoras más que en las cuestiones productivas y por sobre la normativa de género difundida en la zona. En este sentido, fue fundamental tener en cuenta que los relatos de las mujeres en la actualidad se relacionan con una tradición de participación como trabajadoras del sector.

Poner los testimonios de las mujeres en el centro del análisis permitió recuperar su agencia en la escena social por sobre las características productivas. Con estas herramientas se buscó construir una versión de lo que las mujeres hacen con el contexto en que se desarrollan los distintos momentos de sus vidas, la maternidad, las tareas domésticas y de cuidado y también el contexto productivo en que desenvuelven su trabajo asalariado.

Las entrevistas se concentraron en la reconstrucción de la historia laboral de las trabajadoras recorriendo los hitos más importantes de sus relatos de vida, vinculándolas con los cambios en sus inserciones laborales. Asimismo, se trabajó en las entrevistas sobre las percepciones de las trabajadoras acerca de las limitaciones y posibilidades para las mujeres en estos mercados de trabajo.

La dimensión intergeneracional se reveló productiva para analizar los procesos de transformación de la producción en los últimos años captando diferentes experiencias que expresan las mujeres y para pensar en su rol como trabajadoras agroindustriales, dando cuenta de un largo proceso de aprendizaje a través del cual las mujeres han desarrollado un oficio que muchas veces utilizan como una categoría de diferenciación.

El desarrollo de esta estrategia metodológica, que combinó distintas técnicas de generación y análisis de los datos, permitió reconstruir desde los relatos actuales las huellas de una presencia femenina histórica como obreras del sector agroindustrial en Mendoza.

5 Referencias

Barbieri, Mirta (2008). Representaciones de lo femenino en los 90. De madres e hijas, abuelas, tías y hermanas. Buenos Aires: Antropofagia.

Bertaux, Daniel (1981/1999). El enfoque biográfico: su validez metodológica, sus potencialidades. Proposiciones, 29, 197-225.

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Candela, Paloma y Piñón, Josefina (Eds.) (2005). Mujeres entre naranjas: Las trabajadoras de los almacenes valencianos de manipulación y comercialización de cítricos. Valencia: Centro Francisco Tomás y Valiente-UNED Alzira.

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Faur, Eleonor y Zamberlín, Nina (2008). Gramáticas de género en el mundo laboral: Perspectivas de trabajadoras y trabajadores en cuatro ramas del sector productivo del área metropolitana de Buenos Aires. En Marta Novick, Sofía Rojo y Victoria Castillo (Eds.), El trabajo femenino en la post-convertibilidad. Argentina 2003-2007 (pp. 85-118). Buenos Aires: CEPAL-GTZ-Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la República Argentina.

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León, Magdalena y Deere, Carmen Diana (Eds.) (1986). La mujer y la política agraria en América Latina. Bogotá: Siglo XXI y ACEP.

Mingo, Elena (2012). El trabajo de las mujeres en la agricultura y la agroindustria del Valle de Uco, provincia de Mendoza. Trabajo asalariado, trabajo doméstico y división sexual del trabajo. Tesis doctoral sin publicar. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales.

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