Athenea Digital -núm. 5 Primavera 2004-

Íñiguez, Lupicinio (2003)
Análisis del discurso. Manual para las ciencias sociales. Barcelona: Editorial UOC.



Jesús M. Canto Ortiz
Departamento de Psicología Social, Antropología Social, Trabajo Social y Servicios Sociales
Universidad de Málaga
jcanto@uma.es

 

Lupicinio Iñiguez, profesor titular de psicología social en la Universidad Autónoma de Barcelona, uno de los pioneros en España en el interés y el empleo del análisis del discurso, ha editado un manual, cuyo prólogo lo firma Teun a. van Dijk, titulado Análisis del discurso. Manual para las ciencias sociales. En las primeras líneas de la presentación (página 17) Lupicinio Iñiguez expone con claridad el objetivo de su libro, objetivo que se cumple en las 207 páginas que lo conforman ya que, de hecho, este libro se va a constituir en un manual de referencia necesario para saber lo que es y cómo se investiga utilizando el método y la perspectiva que implica el análisis del discurso. “Este libro, afirma, pretende introducir a sus lectores y lectoras en el debate sobre el papel del lenguaje en las ciencias sociales y en los fundamentos teóricos que justifican este papel. De forma más específica, pretende introducirlos en el Análisis del Discurso como perspectiva teórico-metodológica y como herramienta de investigación”.

El objetivo de este manual configura de hecho la estructura de los seis capítulos que componen el libro. En el capítulo 1, El giro lingüístico, escrito por Tomás Ibáñez, se expone e ilustra el papel que el lenguaje ha desempeñado en las ciencias sociales y su impacto tanto epistemológico como teórico, ya que el giro lingüístico supuso pensar de forma diferente la naturaleza del conocimiento, a significar otro modo el término “realidad” y a diseñar nuevas modalidades de investigación y, sobre todo, supuso modificar la propia concepción de la naturaleza del lenguaje. En el capítulo 2, El lenguaje en las ciencias sociales: fundamentos, conceptos y métodos, escrito por el propio Lupicinio Iñiguez, se repasan los fundamentos teóricos que defienden el papel del lenguaje en las ciencias sociales, refiriéndose lo que supuso las aportaciones de la Teoría de los Actos del Habla, la Pragmática, la Etnometodología y algunas aportaciones de la impresionante obra de Michel Foucault. En el capítulo 3, El análisis del discurso en las ciencias sociales: variedades, tradiciones y práctica, también escrito por Lupicinio Iñiguez, se trata del análisis del discurso como método y como perspectiva en las ciencias sociales. Se presentan los motivos por los que el análisis del discurso constituye una de las áreas que mejor representa la inclusión del lenguaje en la comprensión de los procesos sociales. En el capítulo 3 se presentan distintas orientaciones y tradiciones del análisis del discurso, tales como la sociolingüística interaccional, la etnografía de la comunicación, el análisis conversacional, el análisis crítico del discurso y la psicología discursiva.

Los capítulos 4, 5 y 6 presentan tres ejemplos significativos del análisis del discurso en la práctica: el análisis de la conversación (capítulo 4, escrito por Charles Antaki y Félix Díaz, titulado El análisis de la conversación y el estudio de la interacción social), psicología discursiva (capítulo 5, escrito por Derek Edwards, titulado Psicología discursiva: el enlace de la teoría y el método mediante un ejemplo) y el análisis crítico del discurso (capítulo 6, escrito por Luisa Martín, cuyo título es El análisis crítico del discurso. Fronteras y exclusión social en los discursos racistas).

El lenguaje, no debe quedar ya ninguna duda, ocupa un lugar relevante y significativo en las ciencias sociales. Incluso esta consideración ha influido en la propia psicología social que, aún a pesar de la conciencia de lo que supuso la crisis iniciada a finales de los años 60 del siglo pasado, sigue siendo en buena medida, en su línea mayoritaria, reacia a tales influencias. Porque el efecto de la influencia de lo que ha supuesto el giro linguístico para la psicología social no ha sido tanto de naturaleza directa (asumiendo las perspectivas teóricas que han que han sido sustentadas por el giro lingüístico) sino más bien de naturaleza indirecta: se ha admitido la necesidad de la pluralidad teórica y la conveniencia de admitir como válida la metodología cualitativa. Lo que, en terminología de Kuhn, hace no tanto tiempo se hubiera considerado como paradigmas inconmensurables, en la actualidad buena parte de los investigadores que se autodenominan psicólogos sociales admiten el pluralismo teórico; un pluralismo que debería producir programas de investigación más o menos progresivos, entre los cuales se deberían implantar el diálogo y el debate.

Que el giro lingüístico se plasme, entre otros, en la configuración del análisis del discurso, tanto a nivel teórico como metodológico, es fundamentado de forma exhaustiva a lo largo de las páginas del manual editado por Lupicinio Iñiguez. Por sus características, por el enfoque de su elaboración, por la sistematización y orden de sus capítulos, los lectores a los que pueden ir dirigido va mucho más allá de los especialistas que conocen y defienden los principios epistemológicos y teóricos del análisis del discurso. Sin perder un ápice de rigurosidad, sabiendo el lugar donde se puede encontrar el lector (desde un especialista, un científico social que no conoce el análisis del discurso y/o un estudiante de algunas de las disciplinas que conforman las ciencias sociales), los autores de este manual van respondiendo a las posibles preguntas que pueden ir haciéndose sus lectores (de orden epistemológico, teórico y metodológico), adecúan el contenido de su mensaje, ya que, en definitiva, el orden, la secuencia y el contenido del mismo en buena medida son regidos por el lugar donde se sitúan los lectores a los que va dirigido este manual. Es en ese diálogo entre autores y lectores en el que este libro adquiere la categoría para el que fue elaborado: para convertirse en un auténtico manual de referencia para aquellas personas que quieran utilizar el análisis del discurso en sus investigaciones.

En este libro queda perfectamente explicitado que ciertas opciones metodológicas y el énfasis en el lenguaje que han ido connotando muchos métodos poco a poco han acabado por convertirse en perspectivas teóricas nuevas por derecho propio, constituyendo un planteamiento teórico radicalmente diferente al que caracterizaba a periodos precedentes. Es decir, que lo que comenzó siendo un método, una aplicación de los conocimientos del lenguaje a la investigación de procesos sociales, se ha ido transformando en un conjunto de perspectivas que ha supuesto una nueva forma de abordar y comprender los procesos sociales. Este manual invita, desde sus primeras páginas, a la reflexión porque asume que cualquier tipo de cambio implica cierta resistencia y, por qué no, hasta un cierto reto. Porque el lector, al leer este manual, es invitado a asumir un reto, que puede ser de distinta naturaleza y de distinto alcance. El análisis del discurso es una etiqueta para definir una gran cantidad de métodos que se pueden utilizar en una gran cantidad de temas (por ejemplo: interacciones cotidianas cara a cara, problemas sociales, procesos como la memoria, las emociones, etc.). El análisis del discurso como método tiene similitudes y diferencias con otros enfoques metodológicos de naturaleza cualitativa. Pero en el manual se insiste que más que constituir una alternativa metodológica, la reflexión teórica que ha propiciado el análisis del discurso está provocando que no sólo sea considerado como un método sino como una perspectiva desde la que se pueden analizar los procesos sociales. Así, pues, el lector que sea persuadido por los autores que participan en este libro deben concretizar si asume el reto al que ha sido invitado y hasta dónde participa del mismo.

No cabe ninguna duda que los analistas del discurso no olvidan que el discurso tiene efectos sobre las estructuras sociales y que al mismo tiempo está determinado por ellas, por lo que el discurso puede contribuir tanto al control como al cambio social. Que el discurso sea lenguaje como práctica social determinada por estructuras sociales significa que el lenguaje es una parte de la sociedad, que es un proceso social y que es un proceso condicionado social e históricamente. Como decir es hacer y como hacer ciencia entraña un tipo de discurso que no deja de ser político, el analista del discurso nos recuerda que el científico social debe saber qué tipo de discurso (político) está haciendo en su praxis científica y debe posicionarse o en tanto defensor del orden establecido o en tanto propulsor de un cambio social que opte por un discurso enmacipatorio. Porque, como afirma Lupicinio Iñiguez, si un analista del discurso se ve investigando un problema social debería formularse preguntas tales: ¿qué posición ocupamos y cómo podemos intervenir sobre ello? (más que ¿cuál es el mejor procedimiento para estudiar este proceso?) y ¿cómo contrarrestar el discurso del poder? (más que por el procedimiento de análisis que ha sido más correcto). El análisis del discurso es entendido como herramienta de compresión de los procesos sociales y como herramienta de transformación.