Reseña de Pastor y Ovejero (2008) “Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación”

Review of Pastor y Ovejero (2008) “Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación”

  • Pep Vivas i Elias
Portada libro

Pastor, Juan y Ovejero, Anastasio (2008).
Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación. Oviedo: Ediciones de la Universidad de Oviedo.
ISBN: 978 84 8317 633 7



Como de forma imaginada se señala en el prefacio de este libro: “Cuan equivocado estaba Foucault” sobre la multitud de escritos aparecidos sobre él y su trabajo con posterioridad a su muerte. Michel Foucault consigue, esta vez y con este texto, reunir a tres importantes estudiosos del pensador francés en el campo de la psicología social y, por lo tanto, en el ámbito de las ciencias sociales: a Tomás Ibáñez en el prólogo, a Anastasio Ovejero en la introducción y, a Juan Pastor en el resto de los capítulos que conforman el manuscrito. Así pues, es este último autor, a través de la trayectoria personal y vital que ha experienciado durante estos últimos años a partir de la elaboración de su tesis doctoral, el encargado de presentarnos, mediante la exquisita selección de algunas obras del filósofo y la delicada exposición de algunos apuntes biográficos sobre Foucault, su visión personal sobre dicho autor. El resultado se manifiesta a través de un texto, que no es un tratado sobre la obra filosófica de Foucault, ni tampoco sobre su biografía personal. Es una obra híbrida que incorpora y entremezcla ambos aspectos a la vez y que, además, propone nuevas tesis sobre Foucault como persona, académico, activista político e intelectual del momento que le tocó vivir. En consecuencia, por este carácter híbrido y por las propuestas que se plantean sobre el pensador francés, Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación, quedaría situado, de forma destacada, en el conjunto de la amplísima obra elaborada sobre dicho autor.

Desde nuestro punto de vista el libro se puede desmenuzar en tres etapas:

En un primer momento (desde el capítulo II hasta el capítulo V), el libro sugiere un recorrido por los textos iniciales del filósofo. Los autores1, a través de la exposición de algunos acontecimientos importantes de la vida de Foucault, establecen relaciones entre dichos acontecimientos y cada una de las obras seleccionadas, incorporando diferentes reflexiones y consideraciones en torno a temas como la psicopatología, la locura, la psicología, la psiquiatría, la medicina, la filosofía, el estructuralismo, etc.

En un segundo momento (desde el capítulo VI hasta el capítulo VIII), los autores centran su atención en las obras foucaultianas Vigilar y Castigar e Historia de la Sexualidad para, a partir de ellas, reflexionar sobre el poder y la construcción del sujeto moderno.

Al final del texto (desde el capitulo IX hasta el capítulo XI), los autores se centran más en los aspectos vitales de Foucault y no tanto en su producción filosófica, es decir, y en palabras de los autores: no tanto en las “palabras” como en las “cosas”. Sin dudarlo esta parte del libro es la más arriesgada, ya que es donde encontramos más reflexiones, planteamientos y propuestas sobre la vida activista y política de Foucault, sobre sus formas de “hacer” filosofía, sobre sus formas de “problematizar” y sobre sus formas de vivir.

Las palabras del libro provocan e incitan la reflexión al lector y a la lectora de forma constante. Incluso los autores tienen la “delicadeza” de incluir una cita de Foucault, a modo de epílogo y cierre, como metáfora de lo que pretende ser Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación. A continuación destacamos algunos efectos que nos ha provocado su lectura:

En diferentes momentos de la exposición, los autores ponen en entredicho, como también lo hacía el mismo Foucault, el conocimiento sobre la “verdades” en mayúsculas. En consecuencia, a lo largo del texto los autores cuestionan la “verdad” del saber psicológico, la “verdad” sobre los discursos científicos, la “verdad” sobre cómo se ha construido histórica y socialmente la persona como ser social y, finalmente, la “verdad” de cómo se han estructurado nuestras realidades sociales actuales.

Respecto a la psicología, se critica el papel que ha tenido esta disciplina (y nunca mejor dicho) como saber/poder constructor de las personas y de las realidades actuales. Como sujetos y como sociedad, la psicología ha influido de manera importante en el proceso de interiorización y de psicologización de aquellos y aquellas que no siguen (o seguían) los valores y normas sociales impuestos por el capitalismo y el postcapitalismo.

Para apuntalar esta crítica, los autores apelan a la obra Las confesiones de la carne. En ella, Foucault explica cómo la psicología moderna se ha convertido en el nuevo cristianismo que substituye el confesionario por el diván, y la confesión por la psicologización de uno mismo. El resultado de este proceso de construcción de conocimiento psicológico desemboca en la aparición de un “yo” moderno capaz de autovigilarse y autocontrolarse. La psicología se pone, de este modo, al servicio del poder para controlar los aspectos más íntimos de la persona. Así pues, los psicólogos y las psicólogas debemos “problematizar” sobre el saber psicológico que hemos construido. Necesitamos cuestionar, repensar, interrogar sobre cómo el conocimiento psicológico se ha “normalizado” en nuestra cotidianeidad y de qué manera fluye por la sociedad del presente para, de este modo, esclarecer qué efectos tiene nuestra práctica psicológica y para saber al servicio de quien estamos como científicos sociales y como personas que somos.

La ética de los psicólogos y de las psicólogas debería estar fundamentada, en palabras de los autores y siguiendo a Foucault, en la posibilidad de ser, pensar y vivir de otra manera, es decir, en practicar una psicología que no solamente se resista y se libere de todo sometimiento sino que, además, nos atrevamos a reinventar un tipo de conocimiento psicológico diferente. Debemos ser valientes para atrevernos a pensar en una psicología diferente. Si reconstruimos este saber psicológico, y dado los efectos que tiene lo psicológico en la sociedad postmoderna, estaremos reconstruyendo nuestras formas de vivir, nuestras formas de ser, pensar y actuar como seres sociales –como así hizo Foucault a lo largo de su vida, no solamente como pensador sino también como persona.

En definitiva, aquellos y aquellas que hemos leído y estudiado a Foucault –desde la psicología social o desde otras ciencias sociales-, que hemos transformado nuestras formas de pensar y de ser gracias a las lecturas sobre este autor o mediante las lecciones que hemos recibido sobre él a través de nuestros profesores y nuestras profesoras o colegas de psicología social, tenemos, con la publicación de este libro, un nuevo pretexto para volver a leer (y releer) a Michel Foucault, para intentar, de nuevo, un sinfín de posibilidades hacia nuevos caminos reflexivos. Como comentan los autores al final del libro “Foucault analiza lo que fuimos y lo que somos […], analiza lo que estamos dejando de ser ya… pero sin diagnosticar lo que seremos, pues eso no es posible predecirlo”. En nuestras manos está que practiquemos otras psicologías y en nuestras manos está también la posibilidad de construir otras realidades.