Reseña de Moreno, J.L. “En devenant Foucault”

Review of Moreno, J.L. “En devenant Foucault”

Contexto: el desafío de la sociología de la filosofía

Conocedor de la vida intelectual parisina, sociólogo dedicado al análisis sociohistórico y actualmente filósofo en la Universidad de Cádiz (después de haber enseñado en la Universidad de Jaén), el autor de libro utiliza esta triple cualificación para ofrecernos un trabajo en el que perfila con rigor la formación de Michel Foucault.

En el prefacio con el que se abre el libro, Gérard Mauger, director-adjunto del Centre de Sociologie Européenne, comienza por describir los obstáculos que se oponen a la empresa del autor: “Por mucho que respete su objeto, la sociología se expone siempre pasar por sacrílega cuando estudia las posiciones dominantes del espacio social y, en particular, las posiciones más afamadas del campo intelectual o artístico. La profanación es tanto o más escandalosa cuando se trata de la filosofía, ‘disciplina de coronamiento’” (p. 11). La explicación sociológica de lo extraordinario por medio de lo ordinario, se confronta a la popularidad de la noción mágica de “genio”, molesta a los narcisismos y a las devociones y tiende a ser asociada a una forma muy evidente de reduccionismo.

Consciente de la dificultad, José Luis Moreno Pestaña no intenta reducir el talento inmenso del filósofo nacido en Poitiers a algunos determinismos sino de esclarecer el “campo de posibles” que atravesó y a través de los cuales se formó y se afirmó progresivamente. El autor evita una doble trampa: por un lado, su historización no pretende convertir a Foucault en síntoma de un periodo obsoleto; por otro lado, precisa que “un gran pensador es menos un genio que merece comentarios arrebatados, que un individuo capaz de conciliar, con una perspectiva propia, mundos teóricos diversos, de trabajar su experiencia social sin descanso hasta encontrar un sesgo propio” (p. 241).

Esta sociogénesis de un gran filósofo se inscribe en la línea de la sociología de los intelectuales de Pierre Bourdieu, por ejemplo en el análisis consagrado a L’ontologie politique de Martin Heidegger (París, Minuit, 1988), Les règles de l’art (París, Seuil, 1998), así como los trabajos no publicados sobre Manet que insisten sobre las causas y consecuencias de la noción de autonomía relativa del campo intelectual y artístico en el análisis sociológico. La perspectiva de Bourdieu se opone a la perspectiva internalista donde el texto prima sobre el contexto; del mismo modo, critica la perspectiva “externalista” clásica que, desde una perspectiva demasiado macrosociológica ignora “el efecto ejercido por las coacciones específicas del microcosmos filosófico sobre la producción de discursos filosóficos” (Bourdieu, 1998: 10).

Origen social y trayectoria intelectual

Cuando José Luis Moreno Pestaña comienza la descripción de la formación del pesador ejemplar que es Michel Foucault comienza por la observación del primer campo de posibles¹: el entorno familiar en el que Paul-Michel Foucault, hijo y nieto de médico en una ciudad de provincia y destinado a suceder a su padre, se transforma en Michel Foucault, hijo de una madre que deseaba que cada uno se gobernase a sí mismo y que tenía la energía suficiente para contrarrestar los proyectos paternales. Cuando Michel –nombre asignado por la madre- se impone sobre Paul –nombre asignado por el padre- el Foucault que conocemos comienza a nacer. Espoleado por una homosexualidad que debe escapar al control social de un medio burgués de provincias, ayudado por una herencia cultural familiar considerable (tanto por el lado materno como por el paterno) que representa una condición casi indispensable para alcanzar las mejores ramas del sistema educativo francés, Michel Foucault se dirige a París.

Durante sus años de khâgne y luego en l’Ecole Normale Supérieure (ENS), Foucault se confronta a una pluralidad teórica que descubre e interioriza, a la vez que se debate entre las carreras de filósofo y psicólogo. Esta diversidad científica, pero también política, aparece en le segundo capítulo del libro. La presentación de la vida intelectual francesa a finales de los años cuarenta del pasado siglo efectuada par José Luis Moreno Pestaña pone en relación una descripción del campo académico (sobre todo la psicología, la fenomenología de Husserl y de Merleau Ponty, la epistemología de Bachelard et de Canguilhem) y una descripción del espacio de posibles específico del campo político.

Este esquema de lectura permite comprender la adhesión de Foucault en 1950 al grupo comunista de la ENS. A pesar del “affaire Lysenko” y la tesis de las “dos ciencias” (burguesa y proletaria), el marxismo había ganado su derecho de entrada en la ENS y en el célebre barrio Saint-Germain-des- Pres, ydel movimiento generacional procomunista en el que el joven Foucault se integró sin convertirse en un militante demasiado devoto.

Permite igualmente comprender las tomas de distancia –con sus resortes sutiles- por parte del joven filósofo respecto del compromiso político comunista: el “comunismo nietzscheano” declarado a posteriori simboliza esta toma de distancia. Esta se opone al control social ejercido por “el Partido” (incluso respecto de la vida privada de sus miembros) y permite también a Foucault distinguirse de una posición comunista que en el mundo intelectual estaba cada vez peor vista y comenzaba a ocupar una posición claramente subordinada, una posición que puede atribuirse al “obrerismo/antiintelectualista” que caracterizaba al Partido comunista francés². De este modo, el autor esclarece la relaciones que unen un pensamiento a una época y a sus transformaciones : me refiero a la salida de la segunda guerra mundial y al prestigio de la resistencia intelectual y física de los comunistas, después a la llegada de la “guerra fría” y a la marginalización creciente de la influencia comunista y cómo estas evoluciones determinaban las relaciones de un campo intelectual, sin embargo, autónomo.

Una lectura convincente de la relación entre conceptos y experiencia

La hazaña del trabajo de José Luis Moreno Pestaña es mostrar bien cómo “detrás de tales alternativas disciplinares y teóricas, se encuentran problemas intelectuales tanto como futuros profesionales, sin olvidar la búsqueda de respuestas a problemas vitales y de identidad personal” (p.134), particularmente intensos estos últimos en Foucault ya que incluso produjeron tentativas de suicidio y un rechazo visceral del encierro psiquiátrico. Puede leerse así el interés de la Foucault como, sucesivamente, una orientación intelectual que abría perspectivas prometedoras de carrera, pero también como el rechazo de la herencia paterna, sin por ello dejar de guardar una cierta fidelidad en tanto que vástago de médico y, por fin, como el resultado de una experiencia personal que flirtea con los límites de lo razonable.

Gracias a un conocimiento preciso de la formación de la obra de Foucault, José Luis Moreno Pestaña efectúa un análisis minucioso de sus primeros textos de juventud, en particular de la “Introduction à Binswanger” y de Maladie mentale et personnalité, señalando las permanencias y las rupturas, la búsqueda retórica de la trascendencia filosófica, los golpes de teatro y la búsqueda del misterio que crearon al gran Foucault, sobre todo después de Histoire de la folie à l’âge classique, su primera obra mayor publicada en 1961. Así, en el tercer capítulo muestra que la introducción a Binswanger (psiquiatra y psicoanalista influido por el existencialismo) corresponde a un brillante estudiante cuidadoso de presentarse como el guardián de los “textos sagrados” que vigila las fronteras de la filosofía de la intrusión de las ciencias sociales. Sin embargo, en Maladie mentale et personnalité, Foucault estuvo a punto de abandonar la filosofía y pasarse a las ciencia sociales utilizando referentes despreciados por las vanguardias filosóficas como Pavlov o la Academia de ciencias de la URSS. “Podría decirse que la introducción a Binswanger representa la máxima atracción de Foucault por un polo filosófico existencial, mientras que Maladie mentale et personnalité representa la atracción por un polo científico de inspiración marxista” (p. 216). Los desplazamientos intelectuales efectuadas por el joven Foucault muestran cómo se encontraba atraído por polos intelectuales e institucionales tirantes entre sí y las dudas que esto generó antes de la unificación y armonización de su habitus teórico.

Los textos publicados en 1957, en particular “La recherche scientifique et la psychologie”, indican en efecto cómo se ha estabilizado su habitus teórico y muestran una orientación filosófica –nada original entre los filósofos: era, fue y sigue siendo la norma en muchos de ellos, tanto en el medio “analítico” como en el “continental”- marcada por la duda respecto de la calidad epistemológica de las ciencias humanas, lo que le permitirá “utilizar sus instrumentos de objetivación, sin asumir su programa epistemológico y sin aceptar que su identidad teórica quedase encerrada en alguna de ellas” (p. 223).

Michel se transforma en Foucault. Aquí cerramos este libro sin concesiones que abre perspectivas interesantes para la sociología de los intelectuales, en particular en cuanto a la formación de su habitus teórico. José Luis Moreno Pestaña nos muestra la vitalidad intelectual de Foucault y nos describe al mismo tiempo los determinismos entre los que esta vitalidad se debate pero sobre los que toma también apoyo. La obra cuestiona la noción casi hegemónica del genio individual, omnipotente y casi innato, y el autor recuerda que no se “nace” intelectual: se convierte uno, siempre, en el cruce entre una herencia social, un contexto, una trayectoria y, también, pagando el precio, no sólo en términos de esfuerzos intelectuales, de un aprendizaje difícil.

Referencias

Bourdieu Pierre (1998). L’ontologie politique de Martin Heidegger. París: Minuit.

Eribon Didier (1989). Michel Foucault. Flammarion: París.

Macey, David (1993). Las vidas de Michel Foucault. Madrid: Cátedra.

Pudal, Bernard (1989). Prendre parti. Pour une sociologie historique du PCF. París: Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques.